Revista Latitud 21

Avaltra, tu seguridad es primero

Con más de una década de experiencia, Avaltra brinda servicios privados en materia de seguridad en el Caribe Mexicano

Luego de más de 20 años de servicio en diversas corporaciones policiacas, primero en la Ciudad de México y después en Cancún, Max Enrique García Pérez sintió que ya era tiempo de reenfocar toda esa experiencia en un negocio privado; así que junto a su esposa, creó Seguridad Máxima Privada, una compañía que inició en funciones en 2010 y que desde entonces se ha consolidado en la entidad.

Este año, aprovechando la renovación de los permisos correspondientes que cada 12 meses deben actualizar, decidió -con la ayuda de su hijo que estudia Mercadotecnia en la Universidad Anáhuac-, rediseñar la imagen e identidad del negocio. Así, ahora bajo el nombre Avaltra, avanzan en una nueva etapa con miras a ampliar su presencia y solidez en el mercado.

“Yo siempre me he dedicado a la seguridad preventiva, de ciudadanos, interna, intramuros, escoltas”, recuerda el excomandate de la Policía en la capital del país, donde hizo una carrera técnica policial. Ahí estuvo 23 años, de 1980 hasta 2004, cuando se dio de baja y decidió mudarse a Cancún, donde vislumbraba la oportunidad de poner un negocio.

Sin embargo, al llegar, no se dieron las cosas de inmediato para la empresa, pero sí recibió invitación para ingresar a las filas de la policía de Cancún, donde estuvo cinco años.

Se dio de baja en 2010 y fue entonces que, ya madurada mejor la idea, decidió emprender el negocio, apoyado por su esposa y su hijo.

Servicios y plantilla

Ofrecen todo tipo de servicio de seguridad: intramuros, extramuros, escoltas, para eventos masivos, deportivos, conciertos, bancos, casas, residenciales y oficinas. “Abarcamos todo lo que el usuario necesita; nos adaptamos o bien cuando no tienen un panorama de qué es lo que quieren cuidar, podemos hacer un levantamiento y guiarlos con un proyecto de qué es lo que necesitan, se les dice y orienta acerca de los puntos más vulnerables que tienen”, señala.

Conscientes de que es una gran responsabilidad atender la seguridad de una persona, empresa o evento, asegura que el personal que contratan debe pasar por dos filtros iniciales: uno con Recursos Humanos y el segundo con él, para evaluarlos. Una vez eso, recaban todos los documentos y los envían al C-4 de Chetumal, a Plataforma México, donde les dan un resultado acerca de la persona, con antecedentes penales. Pasado ese filtro, acuden a la casa del aspirante a verificar dónde y cómo vive; también piden cartas de recomendación y se comunican a los trabajos anteriores.

Una vez aceptados, les dan una inducción acerca de lo que van a hacer dentro del servicio y aspectos básicos como qué es un preventivo, gas lacrimógeno, cómo se pueden hacer detenciones y en qué momento llamar al 911; “los capacitamos para que lleguen al servicio con un panorama general”, explica Max.

La plantilla de elementos son 50 y procuran que no haya rotación. Para ello, asegura, les dan un buen sueldo, prestaciones de ley y buen trato. “Es importantísimo este último punto; les pedimos a los condominios que no haya prepotencia, porque el elemento de seguridad es alguien que va hacer valer el reglamento interno, por eso platicamos con el comité de vigilancia para que no rompan esos lineamientos y no traten mal al elemento, porque por mejor pagado que esté, se va”.

Demanda y confianza

Max asegura que los servicios que más les piden son en residenciales y fábricas; eventualmente algún servicio de escolta para deportistas o figuras del espectáculo, en ese caso les dan un chofer y escolta para que los cuide.

El permiso que les da la Secretaría de Seguridad Pública es a nivel estatal y cada año lo renuevan; por ahora, tienen más demanda en Cancún y Playa del Carmen. Al respecto, señala que es importante que quien contrate un servicio de este tipo, verifique que la empresa cuente con todo en orden. “Lo primero que tienen que preguntar es si está dada de alta con la SSP y si cuentan con todas las licencias del estado y municipio; cuando no los tienen, la empresa no está legal, son fantasma o patito, así que normalmente no responden por el elemento, no hay ninguna garantía por si algo pasa”, advierte.

Asegura que normalmente firman contrato por un año, aunque hay quienes lo han pedido por seis meses, como pruebas, “y después ya ven que hay un trato serio y profesional y lo alargan seis meses más”.

Gracias a los buenos resultados que ofrecen, han tenido clientes de muchos años, como La Europea que estuvieron nueve o condominios como Maestro a la Vista, con el que ya llevan casi cinco años.

Inseguridad y armas

Asegura que en Cancún, como todas las ciudades, al crecer también aumentan sus problemas, entre ellas la inseguridad y más ahora en esta época, por la falta de trabajo, después del encierro sí hubo un alza de asaltos, reconoce.

De hecho, dijo que aumentó en algunos casos el contrato de elementos, por el riesgo de las empresas que se quedaban solas durante el confinamiento por la pandemia.

Asegura que la mayoría de empresas de seguridad privada sus elementos están sin armas, aunque algunas sí hacen alianzas con la policía o si pertenecen a exgenerales o exjefes de muy alto nivel, han logrado sacar permisos; “ahora he visto más de cinco empresas armadas en la ciudad”, dijo.

Sin embargo, acotó, en el caso de Avaltra, su mejor arma es un radio, evadir, prevenir, disuadir y prevenir; “porque el arma de fuego es muy peligrosa en manos de quienes no están entrenados, y te puedo decir que no hay en el estado ningún stand de tiro, entonces que no les lleven a entrenar y les den un arma solo con una inducción ligera no es bueno”.

Nosotros, insistió, nos dedicamos a prevención y persuasión, a estar pendiente que no entren, que no saqueen, porque cuando viene un asaltante, normalmente van dispuestos a todo. Por suerte, en la empresa de nosotros no hemos tenido ningún caso de asalto o robo mientras nuestros elementos están en funciones”.

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Avaltra

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