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OYO Hotels, ¿una burbuja más?

Tl turismo sustentable, a donde he llevado mis últimos 72 artículos (incluyendo este) que he escrito para Latitud 21; pero no se desesperen, al final, verán que todo va conectado.

Si ustedes viven o han visitado México, Brasil o algunos estados de la Unión Americana, probablemente no hayan escapado de la curiosidad de preguntarse sobre algunos hoteles que, de repente, cambiaron de marca incluyendo en fachadas y otros espacios tres letras rojas, grandes, con el nombre OYO -que significa On your own– . Estos hoteles en nuestra región han seguido a más de 200 mil habitaciones en India, Malasia, China y Nepal, que fueron los primeros mercados de esta start up.

La promesa de venta de la “cadena” era muy atractiva: apoyar a pequeños hoteles (algunos a punto de cerrar) con financiamiento directo, a hacer mejoras y a “alinearse” con el estilo OYO (urbano, despreocupado, pero limpio y atractivo) para generarles reservas e ingresos constantes, con un mercado turístico que cada vez viaja de forma más digital.

Tal ver por ello, la compañía lanzada en 2013 por el hindú Ritesh Agarwal se volvió una de las “cadenas” hoteleras de mayor crecimiento. De acuerdo con su página, 42 personas hacen check in en su plataforma cada 10 segundos, lo que, si Pitágoras no miente, significa más de 66 millones de personas por año. Eso le permitió abrir oficinas y contratar personal en diversos puntos del mundo, incluyendo Latinoamérica.

Pero como a todos, el Covid-19 los golpeó fuertemente, y ha decidido cerrar su división OYO Latam, para plantear operaciones exclusivamente digitales desde India, lo que significa una pérdida de aproximadamente 300 empleos en México y 500 en Brasil. El CEO agradeció el compromiso de sus colaboradores afectados y prometió hacer este proceso “lo más humano posible”. ¿Y dónde entra en este tema la sustentabilidad?

En dos aspectos: el primero, en incumplir este precepto de que la actividad turística pueda tener beneficios a largo plazo para todos los actores involucrados; pero a veces estas empresas que crecen de manera acelerada (y los bancos o fondos de capital que los financian) buscan beneficios inmediatos, sin ver a futuro, basando sus decisiones en especulaciones de mercado y de crecimiento sostenidas con pinzas.

La segunda, en el hecho de que ahora, por esta decisión, 800 familias se suman a miles que han sufrido el impacto de la pandemia, habrá que ver bajo qué condiciones y beneficios (o no) por el trabajo realizado.

Si bien es cierto el Covid-19 ha traído un impacto fuerte en todos los negocios turísticos, aquellos que tienen visión a corto plazo y estrategias de crecimiento extremadamente aceleradas, sufren más las crisis como la que vivimos hoy. Vamos lento, para llegar lejos.

 

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