Revista Latitud 21

Pulseras artesanales Manik Chúl

Tejedores de arte

La marca de pulseras artesanales Manik Chúl expande su mercado con una novedosa propuesta de arte indígena con la que se busca apoyar a mujeres en diversas comunidades

Concebida como un proyecto social para empoderar a mujeres indígenas, la marca de pulseras artesanales Manik Chúl (manos sagradas), nacida en Chiapas, extiende su mercado a más puntos de venta, así como también genera fuentes de empleo en comunidades de otros estados, en donde ya se incluye a 24 artesanos (21 mujeres y tres hombres).

El proyecto inició hace tres años y medio con una inversión de 177 mil pesos, recurso que se destinó a los gastos de operación, recorrido por comunidades para dar a conocer la idea y buscar mano de obra, así como para crear el diseño de imagen, la marca y establecer los canales de comunicación. “Son muchos factores que hay que considerar, no solo la producción de la misma pulsera sino ir más allá, porque se generan además muchos empleos indirectos y mayor economía en esos lugares”, expresó Elizabeth Hurtado, fundadora y directora creativa de Manik Chúl.

Detalló que Manik Chúl nace por la preocupación de preservar la cultura y raíces mexicanas, así como de rescatar las tradiciones, generar una identidad como país y que personas fuera de México conozcan la parte mística y ancestral de la gente de las comunidades, y que a través de un producto artesanal valoren lo hecho a mano.

“Buscamos empoderar principalmente a las mujeres, darles una visión más allá de poder generar el producto, una visión empresarial a menor escala, pero que tengan la noción de que hay ese campo de posibilidades para ellas y que esto les proporcione recursos para mejorar su calidad de vida y la de sus familias”, indicó.

Los artesanos son de comunidades de Chiapas, Puebla e Hidalgo, y recientemente sumaron a Veracruz y Quintana Roo. Todos laboran desde sus lugares de origen. “Se busca que trabajen cómodamente con tiempo para su familia en condiciones justas; ellos ponen el precio. Nos está yendo bien. Recientemente subimos 30% el precio que se le paga al artesano, para que le tengan amor al proyecto y podamos pedir calidad en el producto”, comentó Hurtado.

Acerca de las pulseras que comercializan explicó que se elaboran en telar de cintura con hilo metálico, el cual es muy difícil de trabajar. “Este material es de alto riesgo, muy laborioso y delicado, tiene que manejarse con mucho cuidado. Si normalmente les lleva hacer una pulsea día y medio, esto les lleva dos días y medio”.

Se trata de un producto innovador en cuanto al material, diseño e historia de las etnias indígenas de México; es una pulsera ceremonial, una especie de protector con base en la iconografía sagrada de sus diseños, así como del ámbar y jade que se incluye en ellas.

“La base de toda la iconografía en los pueblos indígenas es el rombo, la conexión del cielo con la tierra y los cuatro puntos cardinales. Cada una nos va contando una historia en el imaginario maya”, detalló la directora creativa de la marca.

Actualmente estas pulseras artesanales se venden principalmente en boutiques de hoteles de Riviera Maya, Riviera Nayarit, Los Cabos, Ciudad de México, Guadalajara, Puebla, Sonora, San Miguel de Allende y Puerto Vallarta. En la zona del Caribe mexicano en centros de hospedaje de cadenas como Original Group, Fiesta Americana; Lomas Travel y hoteles El Dorado. El precio por unidad oscila entre 777 y 880 pesos.

Entre los planes a mediano plazo de Manik Chúl está expandir su mercado a otros puntos de México, además de empezar a exportar hacia Estados Unidos y Europa. “Nos interesa mucho comercializar fuera del país, estamos esperando la oportunidad para poder hacerlo”. (Antonia Rusca)

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