Revista Latitud 21

Patrimonio protegido

Contratar un seguro puede hacer una gran diferencia a la hora de enfrentar una emergencia natural

México tiene zonas propensas a sufrir, cada año, diversas emergencias naturales; por un lado, hay entidades con mucha actividad sísmica y por otro, hay ciudades, principalmente las ubicadas en nuestras hermosas costas, que son vulnerables al embate de huracanes. Y aunque es cierto que hemos avanzado como sociedad en la cultura de la prevención y la actuación oportuna ante estos desastres que dejan pérdidas económicas millonarias, muy pocos ciudadanos, empresas y comercios están amparados contra los estragos que pueda causar un sismo o las inundaciones.

De hecho, la Encuesta Nacional sobre las Finanzas de los Hogares realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), destaca que la vivienda es el principal activo no financiero para los mexicanos; sin embargo, no lo protegen con un seguro.

La Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) destaca que los seguros contra daños protegen los bienes patrimoniales o negocios ante accidentes o riesgos imprevistos a los que se encuentra expuestos, tales como incendios, terremoto, fenómenos hidrometeorológicos o robos y pueden cubrir desde la estructura del inmueble, hasta todos los contenidos.

Esto significa que tras un siniestro, se pueda reparar el inmueble dañado en el menor tiempo posible, ya que el seguro ayuda a solventar los gastos, y evitar poner en riesgo la estabilidad financiera de las familias, de los comercios y las empresas.

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