Cancún perdió a uno de sus pioneros: Sandro Müller Rolandi partió de este mundo, 47 años después de llegar al Caribe Mexicano
Cancún, una ciudad joven, con sólo 53 años de fundación, tiene la fortuna de contar aún con muchos de sus fundadores; mujeres y hombres visionarios, aventureros, que se enamoraron de esta tierra a orillas del Caribe, que establecieron los primeros negocios y que a lo largo de estas cinco décadas han hecho mucho por el destino. Por eso, cuando alguno de ellos parte de este mundo, como está ocurriendo en los últimos meses, su adiós está lleno de nostalgia, de gratitud y reconocimiento. Eso, es justo lo que ocurrió con el fallecimiento de Sandro Müller Rolandi, quien deja tras de sí un gran legado en el rubro restaurantero, hotelero y filantrópico, pero más allá de eso, deja muchos amigos que cultivó en sus 74 años de vida.
Enamorado de Cancún
Sandro nació en 1949, en Suiza. Llegó a México en 1973, trabajando para el Fiesta Palace; después regresó a su país un tiempo, hasta que en 1976 volvió, como gerente del hotel Mauna Loa, en el naciente Cancún. Era un lugar muy concurrido, porque ofrecía cena-show y después de las 11 pm se convertía en la discoteca Krakatoa.
A la par, abrió Pizza Rolandi’s en Cozumel; tiempo después, Pizza Rolandi’s en Cancún, en la avenida Cobá.
Después, en los 80, por su conocimiento de la comida italiana y entre amenas reuniones con amigos, surgiría el menú que daría vida al restaurante Casa Rolandi, sin pizzas, con puros platos a la leña que disfrutaba cocinar. Ubicado en Plaza Caracol, se convirtió en el más popular en aquellos días.
Con el tiempo, franquició Casa Rolandi y se extendió a la Riviera Maya, Ciudad de México y Miami.
Siempre inquieto y visionario, vendría también el Hotel y restaurante Rolandi en Isla Mujeres.
Sus restaurantes son extraordinarias cartas culinarias del destino, con galardones como los 5 Diamantes de la AAA.
Tuvo otras propuestas, que funcionaron durante un tiempo, entre ellas El Campanario, Brazil by Rolandi y Fish Market.
Legado familiar
Junto a su esposa, Silvia, supo inculcar en sus hijos, Daniele y Alessandra, la perseverancia, puntualidad y disciplina para alcanzar la calidad en el servicio que lo distinguió siempre, pero sobre todo, les inculcó el gran amor por Cancún.
Sandro también formó parte de la asociación internacional de gastronomía “La Chaine des Routisseurs”, que tiene presencia en 80 países, en la que compartió su tradición culinaria, nutriéndola y enriqueciéndola a lo largo de cuatro décadas.
Además, Müller Rolandi fue Cónsul Honorario de Suiza en Cancún, cargo que dejó en mayo de 2020.
Hasta siempre Sandro, tu huella es imborrable.