“Sólo los ignorantes o los tontos se permiten la insensatez de no estar al corriente de la política que los afecta”
Apolonio Molón
Isla de Rodas, 72 a. C.
Esa fue la frase que pronunció el viejo Apolonio, maestro de oratoria de Julio César, cuando éste, exiliado en la Isla de Rodas, le espetó curioso al maestro, que estaba bastante enterado de los asuntos de la política de Roma.
Esa, y tantas otras enseñanzas nos dejan griegos y romanos, que increíblemente siguen aplicando en nuestra realidad actual, como el hecho de que la política y las decisiones de los políticos nos afectan a todos, aunque no todos estén deseosos de participar en la discusión.
De hecho cuando uno se decide a participar de alguna manera, no faltará quien, amigo, pariente, conocido o adversario te diga que estás loco, que eres atrevido, osado, inoportuno, imprudente y el calificativo que mejor convenga para advertirte que lo mejor es, por una parte, alejarte de la política, y por otra, mejor no meterte, o entrometerte con los políticos porque sin duda, eso no habrá de acabar bien; y así, con tales advertencias, y con la pereza, indolencia, indiferencia y eventual temor que nos caracteriza, dejamos por zanjado el penoso asunto de la política o de señalar a los políticos y la cosa continúa en el mismo statu quo, aunque no nos complazca.
Y, así las cosas, resulta entonces, que cuando uno se queja, se manifiesta o critica, aunque sea de forma constructiva, eres sin duda el que padece la peste, ya sea para los criticados o para los curiosos pasivos que prefieren el anonimato, el silencio y la conformidad con el estado de cosas. ¡Vaya cosa!
So pena de ser de los apestados, aquí sigue “al buen entendedor”…para mis escasos ocho lectores declarando de cuando en cuando, lo que de los políticos nos afecta, para estar al corriente como decía el viejo Apolonio de Rodas.
Y es en tal virtud, que si bien aplaudimos todos o una buena parte de la población y la comunidad empresarial el actuar de la gobernadora de Quintana Roo, Mara Lezama, como gran líder, impulsora, dinámica, emprendedora, visionaria y comprometida, al mismo tiempo atestiguamos el abandono por las ciudades y sus servicios que ha caracterizado a los munícipes, quienes en medio del discurso triunfalista y montados en la ola del éxito indudable de la gobernadora, se han olvidado de la tarea de mantener a las ciudades en óptimas condiciones para ciudadanos y visitantes; para mejor ejemplo la ciudad de Cancún, en donde calles y avenidas padecen de baches, ausencia de luminarias, lamentable recolección de basura, rezago en innumerables colonias, inseguridad, corrupción en la regulación de vendedores ambulantes, burocracia excesiva y un sinfín de etcéteras, mientras los munícipes viven en la fantasía, acompañando a la gobernadora en giras, eventos y viajes sin entender que su tarea, que está sin efectuarse, es otra.
Genial sería que los munícipes entendieran que su responsabilidad es brindar la mejor calidad de vida posible a los ciudadanos, y no el quedar bien con la gobernadora o los políticos en turno.
Genial sería que, en lugar de viajar a ferias turísticas, lo cual no constituye parte de su trabajo y responsabilidad, se quedaran en casa, a tratar de entender cómo diseñar, en conjunto con la ciudadanía, los mejores planes de desarrollo urbano con verdadera visión de largo plazo, y mientras se logran, esforzarse por enmendar algunos de los errores del pasado, los que a su alcance estén.
Por hoy, eso no sucede, pero aquí seguiremos para recordarlo de cuando en cuando.
Al Buen Entendedor…