- Al buen entendedor
- Presidente de la AMATUR
- Presidente del centro de atención de salud mental y prevención de adicciones «Vital»
- sgrubiera@acticonsultores.com
Sergio González
Cuando atestiguamos las expresiones de Donald Trump, sus arranques de ira y arrogancia y sus mandatos absolutos, sobre todas las regiones del mundo, nos hace pensar en aquellos legendarios reyes, emperadores y generales del mundo antiguo que querían el mundo entero para ellos, y guardada la proporción, es como nos sentimos en México, frente al avasallamiento que sobre las instituciones ha emprendido la mal llamada cuarta transformación, haciendo uso de un supuesto y sumamente engañoso, “apoyo del pueblo”, una falacia, un ardid que se asemeja más a los tiempos de las viejas conquistas del mundo antiguo, que a la modernidad que aparentemente domina al mundo actual.
“El Rey tiene respecto a sus súbditos el privilegio de hacer beneficios. Como buen dueño está preocupado por su bien lo mismo que el pastor por sus ovejas. En este sentido es semejante a los padres y sólo la magnitud de los beneficios lo levanta sobre ellos. Lo mismo que un padre, es la causa de la existencia de los suyos, cuida de su alimento y educación. La Tiranía no acepta comunidad alguna entre señor y súbditos: no hay en ella ni derecho ni justicia. El súbdito es para el tirano lo que la herramienta para el artesano… hablando con propiedad, el tirano no ve a su alrededor seres humanos, sólo bueyes, caballos y, en todo caso, esclavos”. Aristóteles.
El tema que debería preocuparnos es esa ambición desmedida por el poder, que lleva a los suspirantes y ansiosos gobernantes, de todos los partidos, de todas las afiliaciones y todas las edades, a querer hacerse del poder a toda costa, a querer dominar, tener, poseer y mandar, sin importar los compromisos que haya que hacer, aunque luego no se cumplan, eso es lo de menos.
Me hace recordar a los antiguos reyes y emperadores, que teniéndolo todo, nunca estaban satisfechos. Antíoco III, rey de Siria, dominaba todos los territorios que una vez conquistó Alejandro Magno, pero no contento con ello, quiso apoderarse de Egipto y de todas las salidas y puertos al mar mediterráneo en el siglo III a.c. acometiendo para sus propósitos sangrientas y eventualmente épicas, aunque siempre injustas batallas.
La ambición en el mundo actual persiste, igual que el engaño al pueblo. Las mentiras son casi idénticas, el robo, la corrupción y la impunidad se mantienen tal como en la antigüedad y los más necesitados siguen idénticamente engañados.
Tal es el caso de la supuesta reforma judicial, pero peor aún, el lamentable y tristísimo engaño de la “elección” judicial, que no fue una elección sino una simulación, que el aparato en el poder sigue anunciando como una “decisión del pueblo”, argumento que para los que podemos pensar un poco más, parece ofensivo, insultante.
En la antigua Roma, que se presumía como una República, con un senado, antes de que surgieran los temibles emperadores, existían los Tribunos de la Plebe, eran como los representantes ciudadanos, que a pesar del enorme poder del Senado, se hacían escuchar y hacían valer los intereses del pueblo. En la actualidad, eso podría ser como los consejeros del INE, vigilantes en todo sentido de la voluntad del pueblo, pero hasta esos, esos tribunos de la plebe actual han sido, copados, juzgados a priori, casi ajusticiados por la máxima y omnipotente autoridad de esta decadente república, que además ha sabido controlar los movimientos, recursos y voluntades de los gobernadores de los estados, todos cooptados por el máximo poder. Optimus Maximus, con igual o mejor eficacia que en la antigua Roma.
Sorprendente cómo luego de 2,300 años y más, prevalezcan las formas, los designios, las injusticias, los sometimientos de la era romana, las ambiciones del gran Antíoco III, y los riesgos de perecer en la batalla por ser valiente.
Ha cambiado mucho el mundo, en algunas cosas, pero en muchas sigue igual…
Al Buen Entendedor…
Hoy les presento las anomalías, desperfectos y situaciones fuera de la ley que prevalecen en La Costa de Puerto Juárez-Punta Sam, desde el Muelle Fiscal de APIQROO al sitio arqueológico de El Meco.
1.- Invasión de habitantes y negocios en áreas no permitidas
La zona adyacente a la playa pública “Playa del Niño”, está invadida por habitantes que hacen uso de la zona federal marítima terrestre en condiciones de falta de higiene y sin que medie regulación alguna para habitar justo en la playa, generando mal aspecto, mala imagen y sin la seguridad de que los habitantes estén conectados a los sistemas de agua potable, alcantarillado, drenaje, entre otros servicios.
En la misma zona, hay negocios de comida, sin servicios de higiene y drenaje, que afectan no solo a la imagen de la zona, sino que ponen en riesgo a turistas, visitantes y locales.
No es nuestra intención que esa gente que ha encontrado una fuente de ingresos en Puerto Juárez, carezca de ellos y se queden en el abandono, pero sí que sean regulados. Lo que hoy son un montón de “changarros” con pésima imagen que sirven mariscos, con unos “jaladores” (promotores) de mal aspecto que acosan a los automovilistas, podría convertirse en un atractivo corredor turístico y gastronómico.
Estamos en la disposición de apoyar para lograr esta reconversión de la zona, pero es importante que las autoridades de los tres niveles de gobierno se aproximen, hagan el diagnóstico y se implemente un plan integral.
2.- Carretera en pésimas condiciones
El tramo que va desde el muelle fiscal de APIQROO hasta el sitio arqueológico El Meco, recientemente remodelado y puesto en valor, está en condiciones lamentables, no solo por los baches, que de cuando en cuando se reparan de forma temporal con chapopote, sino de forma general, con grietas, vados y topes sin sentido; da sensación de abandono y es riesgo para automovilistas. URGE una solución integral, una carpeta asfáltica nueva.
Algunos empresarios de la zona como el muy frecuentado restaurante Marbella, podrían cooperar si se toma en consideración el pésimo aspecto de su propio acceso.
3.- Banquetas, guarniciones y accesos
Todo el tramo, desde el muelle fiscal hasta El Meco, en ambos lados de la carretera es lamentable para el peatón. Una zanja, para introducir fibra óptica, después de meses, continúa sin ser restablecida a la normalidad. La zona permanece llena de arena sin que nadie se ocupe de limpiar.
Banquetas invadidas por la maleza, que impiden el tránsito de peatones.
Algunas marinas privadas, han destruido la banqueta con sus accesos de embarcaciones al mar, e invadieron las zonas públicas y limitaron el acceso peatonal. En diversos tramos la banqueta ya no existe.
4.- Inmuebles abandonados
Hay inmuebles a medio construir, con varillas de construcción oxidadas en sus azoteas. Destacan las ruinas de lo que fue el Club Deportivo Odissey, del que aún se pueden ver sus letreros; da un aspecto denigrante y sus inmediaciones se han convertido en un basurero y cementerio de lanchas.
Es urgente que la autoridad conmine a sus propietarios a poner sus fachadas en valor, en tanto resuelven sus problemas jurídicos.
Ciudadanos y turistas no tenemos por qué ser víctimas de su desdicha en los negocios.
5.- Construcciones y operaciones irregulares
Se construyó una barda próxima a Playa del Niño, del lado de la selva, de la que no se conoce su legalidad. Hay un estacionamiento, muy necesario sí, frente a Playa del Niño, de enormes proporciones, pero con pésima imagen, limitado por llantas, rodeado de arena, parece lote baldío en una zona de tercer mundo.
La situación de la costa de Puerto Juárez, que tiene implicaciones para los tres órdenes de gobierno, merece ser atendida y no ser soslayada, como hasta hoy, ya que tiene un enorme potencial turístico y generación de ingresos.
Más vergonzoso resulta que haya organizaciones empresariales, que fomenten este circo de supuesta elección y que hasta inviten a candidatos a expresarse frente a sus membresías.
La Costa de Puerto Juárez-Punta Sam, Caribe Mexicano.
Tramo desde el Muelle Fiscal de APIQROO al sitio arqueológico de El Meco.
Cancún, Q. Roo 17 de mayo de 2025.
Se presenta a continuación una relación de las anomalías, desperfectos y situaciones fuera de la ley que acontecen y prevalecen en el espacio arriba denominado.
1.- Invasión de áreas de zona federal marítimo terrestre, sin autorización, supervisión ni vigilancia de autoridad alguna.
La zona adyacente a la playa pública denominada “Playa del Niño”, por una parte, esta invadida por habitantes que hacen uso de la zona federal marítima terrestre en condiciones de falta de higiene y sin que medie regulación alguna para habitar justo en la playa, generando mal aspecto, mala imagen y sin la seguridad de que los habitantes estén conectados a los sistemas de agua potable, alcantarillado, drenaje, entre otros servicios.
2.- En la misma zona descrita, existen una serie de negocios de comida, de mal aspecto.
Sin servicios de higiene y drenaje, que afectan no solo a la imagen de toda la zona de Puerto Juárez, sino que ponen en riesgo a turistas, visitantes y locales.
No es nuestra intención en absoluto, que toda esa gente que ha encontrado una fuente de ingresos en Puerto Juárez, carezca de ellos y se queden en el abandono, pero si que pudieren ser por una parte regulados y por otra y que se pudiera diseñar una Plan Integral de rescate y mejora de su imagen y que con ello se convierta en un Producto Turístico Segmentado y atractivo tanto para locales como para turistas de todos los mercados.
Lo que hoy son un montón de “changarros” con pésima imagen que sirven mariscos, con unos “jaladores” (promotores) de mal aspecto que acosan a todos los automovilistas, podría convertirse en un atractivo corredor turístico y gastronómico.
Estamos en la disposición de apoyar para lograr esta reconversión de la zona, pero es importante que las autoridades de los tres niveles de gobierno se aproximen, realicen el diagnóstico correspondiente y se implemente un plan integral de Acciones de Mejora.
3.- El tramo carretero que va desde el muelle fiscal de APIQROO hasta el sitio arqueológico de El Meco.
Recientemente remodelado y puesto en valor, está en condiciones lamentables, no solo por los baches, que de cuando en cuando se reparan de forma temporal con chapopote, sino de forma general presentando grietas, vados, topes sin sentido entre otras anomalías que generan no solo mal aspecto y sensación de abandono, sino riesgo para automóviles. URGE una solución integral. Lo que se requiere es una carpeta asfáltica nueva para todo el tramo descrito.
Algunos empresarios de la zona como el muy frecuentado restaurante Marbella, podrían cooperar si se toma en consideración el pésimo aspecto de su propio acceso.
4.- Estado de Banquetas, guarniciones y accesos.
Absolutamente todo el tramo descrito desde el muelle fiscal hasta El Meco, en ambos lados de la carretera es lamentable en términos de las áreas para el peatón.
Una zanja, para introducir fibra óptica, después de meses, continúa sin ser reestablecida a la normalidad. La zona permanece llena de arena sin que nadie se ocupe de limpiar.
Banquetas invadidas por la maleza a todo lo largo de la costa que impiden el tránsito de peatones.
Algunas marinas privadas, han destruido con sus accesos de embarcaciones al mar, la banqueta, han invadido las zonas públicas y han limitado el acceso peatonal.
En diversos tramos de la zona, la banqueta, la acera, es inexistente.
5.- Inmuebles abandonados.
Existen, a lo largo del tramo aquí descrito, diversos inmuebles a medio construir, que presentan varillas de construcción oxidadas en sus azoteas que afectan de manera importante el paisaje. Destaca de manera especial el inmueble abandonado y en ruinas de lo que fuera el Club Deportivo Odissey, del que aún se pueden ver sus letreros y/o rótulos, que no solo presenta un aspecto lamentable y denigrante de la zona, sino que, además, sus inmediaciones se han convertido en un basurero y un cementerio de lanchas en mal estado.
El hecho de que este inmueble abandonado, que posiblemente esté en medio de litigios, se encuentre en Puerto Juárez, y lejano a las zonas turísticas de Cancún, no significa que, por ello, las autoridades deberían tenerlo en el abandono.
Es preciso, urgente y necesario que la autoridad conmine a sus propietarios a poner sus fachadas en valor, en tanto resuelven sus problemas jurídicos.
Ciudadanos y turistas, no tenemos porque ser víctimas de su desdicha en los negocios.
6.- Construcciones y operaciones irregulares.
Se ha construido una barda próxima a Playa del Niño, del lado de la selva, de la que no se conoce su legalidad.
Existe un estacionamiento, muy necesario sí, frente a Playa del Niño, de enormes proporciones, con pésima imagen, limitado por llantas, rodeado de arena que da la sensación de un lote baldío en una zona de tercer mundo. El estacionamiento es necesario, pero habría que regularlo y dotarle de una imagen digna y limpia.
La situación de la costa de Puerto Juárez, que tiene implicaciones para los tres ordenes de gobierno, merece ser atendida y no ser soslayada como si se tratara de una zona sin importancia para el gobierno, como hasta hoy ha parecido.
Hay muchas zonas en Quintana Roo en el total abandono de las autoridades de los tres niveles de gobierno.
Por hoy, solicitamos hacerse cargo de Puerto Juárez, ya que además tiene un enorme potencial turístico y generación de ingresos.
Atentamente
Sergio E. González Rubiera.
En el año 235 a. C., fecha en la que se tiene registro del nacimiento del gran Escipión el Africano, estaba una tarde su padre, Publio Cornelio Escipión, asistiendo a una puesta en escena en el incipiente teatro de madera de la Roma antigua. Las obras de teatro, traducidas del griego al latín para el entendimiento de los romanos, eran frecuentadas por reducidos grupos que apreciaban este naciente arte, mientras que la enorme mayoría prefería decantarse por los Saltimbanquis, los mimos y por supuesto las luchas de gladiadores.
La tarde en que el cónsul de Roma se disponía a disfrutar de una nueva puesta en escena, los promotores de los gladiadores y saltimbanquis, aprovecharon el gentío que se reunía en el improvisado teatro, para iniciar sus espectáculos en las proximidades haciendo tremenda alegoría y con ello atraer a la masa de gente menos gustosa de la cultura y captarlos hacia estas diversiones para un público menos letrado.
Y así, mientras el teatro se vaciaba poco a poco, en medio de las interpretaciones actorales, al cónsul le avisan los esclavos que, en su casa, el momento ha llegado.
Acompañado de su hermano Cneo Publio, el cónsul se fue abriendo paso entre la multitud, hasta llegar a su Domus, para atestiguar el nacimiento de quien años más tarde sería el legendario vencedor de Aníbal, el también legendario general Cartaginés.
Sirva el laudatio, al gran Escipión, para referir que ya desde las épocas de la antigua Roma, la plebe prefería por supuesto los espectáculos grotescos, ruidosos y menos cultos que el teatro y que los promotores de los mismos no hacían gala de ética alguna al utilizar cada vez que podían, la promoción de la obra culta, para robarles al público, si se puede decir así.
Y esta referencia que me permito hacer respetuosamente para mis ocho lectores, me lleva a pensar en el actual estado de cosas en donde la apología del delito está presente en los famosos narco-corridos, ahora en medio de discusiones que, como siempre, los políticos aprovechan; así como otras fuentes y versiones de espectáculos que divierten a la gran masa y en donde, como desde hace más de dos mil años se soslaya a la cultura.
Es decir, que no debería asombrarnos, si ya es así desde la antigüedad y es lógico que siempre serán reducidos los grupos de quienes aprecien con mayor intensidad el arte y la cultura, que quienes se decanten por el escándalo. Pero lo que se antoja insospechado es que se privilegien los narco-corridos, que la gente los exija y que hasta se incurra en la violencia si no se complace a quienes consumen este tipo de manifestación, que no se, si se puede denominar artística.
No vendría mal que en la actualidad, en medio de la descomposición social que vivimos y ante la zozobra que nos produce el crimen y la violencia, los gobiernos impulsaran y promovieran acciones estratégicas encaminadas a que nuestras juventudes, por una parte aprecien formas de arte más cultas, que enriquezcan su formación, y por otra que sin afectar a la libertad de expresión, se vayan desalentando estratégicamente las manifestaciones que hoy sin duda representan una alabanza a los delitos y a los delincuentes.
Los corridos que en una suerte de farfullo, idolatran a los narcotraficantes, así como algunos espectáculos grotescos con gran audiencia y que se promueven masivamente, son sin dudarlo una apología de nuestra incultura.
Hay gente, para todo, como en la antigua Roma, pero podríamos mejorarnos un poco.
Al Buen Entendedor…