Revista Latitud 21

CATA A CIEGAS Agosto 2013

ALAMOS, 2012

Tea Vaahtikari

“Su color violáceo nos dice obviamente que es un vino joven, aunque tiene mucha pigmentación y una capa bastante alta. En nariz lo sentí muy introvertido, un poco tímido, no se abre tan fácilmente. En copa quieta encontré plátano. Sin embargo, ya en movimiento aprecié frutos rojos, unos toques de algo vegetal, que no es una mala cosa… En sabor entra muy suavemente, es afrutado y con acento de cereza roja; tiene pocos taninos, sin mucha acidez ni mucha profundidad. Es un vino bastante simple, pero agradable. Es un caldo para tomar solito; si se marida con carne o alimentos con sabor, éstos van a sobresalir y el vino se va a ahogar”.

Patrick Jouault

“Sus colores violetas, de buena intensidad, te hablan de un vino bastante joven. En nariz te dice que no es un vino muy expresivo, creo que debido a su juventud, aunque te da algo acerezado, algo de frutos rojos, no muy intensos. En paladar, a mi gusto, es balanceado, no muy potente. El retrogusto al final es jugoso y agradable. Es un vino bastante versátil, creo que no pide platillos muy complicados debido a su estilo. Puede sugerirte  algunas carnes a la parrilla, algún jamón serrano, igual quesos un poquito añejos, aunque más bien lo recomendaría para tomarse solo”.

Alejandro Pérez

“El color a simple vista, desde que lo están sirviendo, me parece que es como muy aguado, en palabras coloquiales; al momento de olerlo me pareció como muy sin chiste, ni dulce ni afrutado, es más intenso, como tirándole más a alcohol. Yo no lo tomaría ni solo ni acompañado… No fue mucho de mi agrado”.

Jaime Munguía

“Este es un vino franco, lo que noto en nariz lo siento en boca, un ataque alcohólico, que no permite que exprese demasiado el tema de los frutos, pero se me hace que tiene un final medio. Lo maridaría con una tabla de quesos; un queso manchego curado creo que le vendría bastante bien”.

 

FUSIONE

Tea Vaahtikari

“Su color rubí es muy bonito, brillante; normalmente significa que tiene buena acidez; en la nariz encontré fruta roja, como fresa madura, y unas notas especiadas, y todo ello repite mucho también en el paladar. Diría que es un vino de medio cuerpo, joven, a lo mejor en un par de años tendría ya madera… Lo resumiría como un ejemplar súper divertido, moderno, que me remonta a la Navidad, con ese sabor de composta de mermelada, anís, regaliz. Es un vino que aguanta más proteína, alimentos especiados”.

Patrick Jouault

“En el color le noté algo de evolución. Sus notas de tonalidad ladrillo en el borde de la copa nos dice que ya tiene algunos años. En nariz encontré frutos maduros, con presencia un poquito alcohólica; me hizo recordar ciruelas maceradas en alcohol, típico de un vino un poquito añejado. Los taninos son muy suaves; me gustó la textura, que es algo generosa en boca, carnosa. Por ser tan versátil lo maridaría con una gran variedad de platillos un poco preparados, como una carne sin mucha grasa en salsa de reducción en vino tinto, o me iría por un filete de res sin tanto condimento”.

Alejandro Pérez

“Desde que lo vi lo noté muy alcoholizado, se me hizo muy fuerte, y lo comprobé en nariz y en boca; el alcohol predomina más que otra cosa. No me gustó, aunque acompañado con un buen corte podría ayudarlo”.

Jaime Munguía

“Para mí es un vino que a la vista es brillante, limpio, con un color rojo granate y con un aroma muy particular. Me da notas de anís y algunas de café tostado. Me parece un caldo con un ataque alcohólico permanente en boca. Se me apetece maridarlo con algo de cerdo, como un chuletón con una reducción de salsa de ciruela y algún puré de camote”.

 

LAPOSTOLLE, 2011

Tea Vaahtikari

“A simple vista creo que no está muy evolucionado, aunque su color por lo menos es brillante. En copa quieta está muy especiado, encuentro clavo y pino, y al mover la copa salen también notas especiadas y vegetales, así como frutos negros. Para mí este es un vino tinto fresco, entre paréntesis.  No sé qué le pasaría si se enfriara un poco; tiene carácter, que pudiera hacerlo interesante si se sirviera un poco más frío porque es un poco introvertido. Sus taninos son bajos, pero agradables, aunque no lo podría tomar solito. Definitivamente lo maridaría con carne con una salsa de crema especiada, o a lo mejor con un jugo de carne”.

Patrick Jouault

“A la vista lo encuentro con una buena intensidad. En nariz lo noté muy profundo, complejo, muy llamativo. Es mi estilo de vino. En boca el alcohol quizá está un poquito presente al inicio, pero es bastante balanceado, y lo tiene todo: buena textura a fruta, muy armonioso y de largo final. El maridaje lo haría con una pierna de cordero rostizada en su jugo o algo bastante generoso”.

Alejandro Pérez

“Coincido en que este vino a simple vista es muy agradable; me gustó mucho su aroma ahumado, y su sabor lo encontré potente, muy rico en retrogusto.  Su fuerte carácter me lleva al extremo, a beberlo solo o con una comida muy pesada y condimentada”.

Jaime Munguía

“Para mí este vino tiene una apariencia un poco evolucionada, pero no dañina. En el tema aromático encuentro notas muy animales, de cuero y  un poco terroso. En el tema de boca encuentro un ataque interesante pero muy elegante, que se va suavizando y va haciendo que el vino esté muy bien estructurado y que esté muy bien armonizado en boca, con un final largo. Yo creo que lo maridaría con algo interesante, como cualquier carne de caza,  jabalí o venado”.

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