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Comercio exterior en Quintana Roo

 

Desde los inicios de la historia de nuestro Quintana Roo, ha sido una entidad que, por la distancia del centro y el norte del país, tiene una vocación de comercio exterior para la importación de los insumos que se requieren para este gran destino turístico; no sólo para el área de construcción, también para alimentación y bebidas alcohólicas y no alcohólicas, los cuales provienen de diferentes latitudes de nuestro continente, Europa y Asia. Muchas veces, aunque lo vivimos a diario, no nos percatamos de este fenómeno. 

A partir de los años 90 se benefició a nuestro estado con un programa de reducción de impuestos a la importación y de IVA, provocando un gran desarrollo de las importaciones, y por ende, de productos que en el interior de la república no se veían, por los altos aranceles y el Impuesto al Valor Agregado que se pagaban. Y aunque las circunstancias han cambiado y los beneficios casi están homologados en todo el país, ya dejó una cultura del comercio exterior que supera a la mayor parte de los estados.

Esto permitió el desarrollo de Puerto Progreso, Yucatán; su conectividad marítima, así como la de nuestro aeropuerto permiten utilizar las rutas para la carga aérea y de mensajería internacional, que compite sólo con CDMX.

Sin embargo, en muchos casos las altas tarifas internacionales de transporte aéreo para mercancías de importación y exportación provocan que estados del centro del país prefieran pagar transporte terrestre a nuestro aeropuerto, y, aun así, sigue costando más bajo llevar las mercancías vía aérea a otros países.

Esto nos ha dado un preámbulo para un área de oportunidad de un mercado que podemos explotar. Hoy existe una tendencia mundial denominada economía regional, y nuestra experiencia en comercio exterior, la oportunidad que tenemos de la conectividad para Centroamérica vía terrestre, aérea y marítima, así como con los países del Caribe, el norte de Sudamérica y el sur de Estados Unidos, nos permitiría proyectarnos en materia logística como Singapur y en materia industrial como Nuevo León.

La importancia de nuestros jóvenes para aprovechar estos sectores es prioritaria; nuestros gobernantes deben brindar las facilidades y certeza jurídica para desarrollar estas áreas.

Comenzar con la exploración y desarrollo de estas ideas es básico, en el entendido que el retorno de inversión comparado con el rubro turístico o inmobiliario es más lento, pero a su vez es más constante y en casos de crisis podría rescatar la economía de Quintana Roo y sus familias, así como cobrar más importancia de la que ya tenemos en la generación del Producto Interno Bruto de nuestro país y convertirnos en principales proveedores de estados y países vecinos.

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