Uno de los temas que mayormente nos aquejan a las Pymes es la construcción y motivación de los equipos que se empiezan a conformar.
Cientos de ofertas sobre capacitación, cursos motivacionales, empresas ‘head hunters’, todo para crear un equipo integrado y ganador.
¿Pero cómo hacen los líderes para que un grupo de personas persigan el mismo objetivo al mismo tiempo? Aquellos que tenemos empresas, y que estamos comprometidos por hacerla crecer, por crear un mejor ambiente de trabajo, generar más utilidades para pagar mejores sueldos, pasamos por asesores externos que nos venden la Misión y Visión, nos enseñan sobre modelos de gerenciamiento, el método del caso para aplicar cuestiones prácticas de otros líderes, cursos, maestrías y mucho, pero mucho tiempo invertido en el tema. Y, sin embargo, seguimos teniendo gente que se desmotiva o que nunca estuvo motivada, gente sin expectativas, gente que sólo hace lo mínimo indispensable u otros personajes que se enquistan en la estructura de nuestras empresas que no aportan.
Me acuerdo de que hace algún tiempo tomé un curso en el que nos explicaron el gerenciamiento tipo “Darth Vader” (que ni se hagan los millennials a preguntarme: ¿Quién es ese?, porque es un personaje mucho más cool que muchos de sus otakus). El gerenciamiento “Darth Vader” está basado en el terror; ¿recuerdan esa escena donde mata al Almirante de su flota por un error? Ante ese tipo de política empresarial es obvio que su equipo debe encontrarse altamente motivado.
Este tipo de gerenciamiento se aplica claramente al crimen organizado. No me imagino a algún subalterno comunicando a su jefe que se le perdió el paquete o que la competencia ganó territorio en el último trimestre; seguro que no van a llevar un memo al departamento de RH para solicitar un acta administrativa o descontarle un día de trabajo ¿Verdad?.
Estoy hablando del extremo tragicómico de lo que podría hacer la diferencia entre una organización altamente motivada y otra que no.
Pero regresemos a las empresas comunes y corrientes, ¿Qué podría motivar a los equipos? ¿El dinero? Pues estoy segura de que muchos empresarios han intentado ese método y no siempre funciona. ¿La promesa de lograr un mundo mejor? Pues si así fuera, las organizaciones civiles con fines como salvar el planeta, resolver la pobreza, etcétera, no tendrían los mismos problemas de coerción en sus equipos. ¿Avance profesional? Sólo aplica a unos cuantos.
En fin, si hay alguien que NO tenga estos problemas en su organización, ¿sería tan amable de echarme una manita y me acepte una copita para que me platique algunas ideas?