En Chiapas, un indígena demostró que cuando se quiere, se puede. Es un ejemplo de emprendedor que incluso salió adelante, a pesar de las limitaciones en su pueblo.
Su nombre es Alberto López Gómez y tiene una línea de ropa artesanal llamada K’uxul Pok.
Lo más difícil para él al iniciar en esto fue el luchar contra corriente, porque en su natal Aldama, Chiapas, tejer no es para hombres.
Contra viento y marea
En ese municipio del sureste de México, con habitantes de la etnia tzotzil, los hombres deben dedicarse a la agricultura.
Sin embargo, él no hizo caso a las críticas y limitantes y salió adelante. Aprendió a tejer el telar de cintura y se dedicó a crear hermosos diseños.
Dejó atrás los estereotipos y echó a volar su ingenio e inspiración, transformándolos en huipiles, vestidos y bordados que ya le están dando la vuelta al mundo.
Genera empleo
Y lo mejor de todo, es que creó un negocio en el que da empleo a varias mujeres indígenas.
Son alrededor de 150 mujeres tejedoras que le ayudan a crear las prendas y tiene un catálogo extenso de diseños típicos mexicanos.
Su historia es ya mundialmente conocida gracias a una asociación alemana de derechos humanos en México, que le hizo videos y lo dio a conocer al mundo.
Gracias a eso, Alberto, indígena tzotzil, dará una charla en Harvard y participará en la Semana de la Moda en Nueva York 2020, donde compartirá su experiencia.
Así que hoy Alberto se siente muy orgulloso de ser indígena, chiapaneco, hombre y exitoso emprendedor.
¡Felicidades Alberto! ¡Más historias como esta!