Frecuentemente en el ámbito empresarial la gente suele no entender que el triunfo no es más que la expresión de lo mejor que tenemos dentro de nosotros mismos; el mundo nos provee de muchísimas oportunidades para hacerlo más humano.
Para ayudarnos podemos comenzar por hacer una distinción entre la compulsión por triunfar por el simple hecho de ganar, y el deseo de enriquecer nuestra vida y la de otros utilizando los recursos con efectividad y el mínimo de desperdicio. Son muchas las cosas que hacen a una persona triunfadora, una de ellas es el optimismo, ya que en el fondo les da poder. Mucha gente ha logrado salir de situaciones adversas gracias a su habilidad de enfocarse sólo en lo positivo; la gente optimista no suele triunfar sólo por creer que las cosas van a salir bien, sino porque la expectativa de que así sea las hace trabajar más duro para alcanzar sus metas.
La gente triunfadora tiene grandes expectativas, piensa en grande, espera lo mejor de las situaciones y generalmente lo consigue. Cuando se encuentran ante una situación difícil tienen la habilidad de darle la vuelta para su ventaja, y cuando otras empresas o personas están involucradas busca soluciones con ganancias maximizadas para todos los implicados.Los éxitos significan poco si uno no es exitoso como persona. Las capacidades de amar, aprender y escuchar son vitales para nuestro bienestar, y sin ellas es difícil tener las relaciones significativas que se necesitan para renovarnos e inspirarnos hacia el triunfo.
Consejos del doctor.
«El éxito requiere de una concentración en el objetivo. Mucha gente desperdicia gran parte de sus energías en demasiadas cosas, por lo que falla y no destaca en nada. Para lograrlo debemos recurrir a la disciplina, siendo inteligentes y creativos con el uso del tiempo, aunado al deseo y la capacidad para aprender, así podremos plantearnos metas altas y perseguir su realización”.
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