Revista Latitud 21

Gin Solferino, orgullosamente de Quintana Roo, para el mundo

En plena pandemia y desde el tranquilo pueblo de Solferino, Cristian Taraborrelli logró no solo un destilado único, sino también una conexión profunda con la comunidad que lo acogió

Christian Javier Taraborrelli no imaginaba que la pandemia le daría la oportunidad de crear una bebida que hoy es un orgullo para Quintana Roo. El Gin Solferino, destilado artesanalmente en el pequeño pueblo que lleva su nombre, es el primer producto de su tipo en el estado, y más que una simple bebida, es un reflejo de la comunidad, el entorno y el esfuerzo de un emprendedor que encontró en el Caribe Mexicano su hogar y fuente de inspiración.

Christian, originario de Argentina, llegó a México en 2008 como bartender, atraído por la tranquilidad y belleza de Isla Holbox. Sin embargo, fue en Solferino donde decidió echar raíces y dar forma a su proyecto más personal. “Lo que nos atrapó a mi esposa y a mí fue la tranquilidad del lugar. Holbox creció rápido y de forma desordenada, pero en Solferino encontramos paz y un sentido de comunidad que ya no teníamos”, comenta.

Durante los meses de confinamiento en la pandemia, Cristian, con su restaurante cerrado y tiempo de sobra, decidió aprender el arte de la destilación. “Comencé a destilar con libros y tutoriales de YouTube”, cuenta. Lo que empezó como un experimento pronto se transformó en un proyecto sólido gracias al descubrimiento de los botánicos locales que utilizaba la gente del pueblo: zacate limón, hoja santa, hierbabuena y toronja. Todos estos ingredientes, junto al enebro – el único importado por la falta de producción en México – le dieron a su gin una esencia única.

La conexión con la comunidad: De la tierra a la botella

La historia de Gin Solferino no sería la misma sin el pueblo que le dio vida. Para Christian, era importante que los ingredientes vinieran de los vecinos de Solferino. “Les compro los botánicos a los vecinos, pero voy rotando, para no sobreexplotar las plantas de una misma familia”, explica. Este proceso no solo garantiza la sostenibilidad del producto, sino que también involucra a varias familias del lugar, fomentando una economía circular. “Estamos hablando de unas 5 o 8 familias que apoyamos de esta manera”, añade.

El proceso de destilación es artesanal y detallado. Cristian describe cómo, después de recolectar y macerar los botánicos en alcohol de caña, los destila en un alambique de cobre traído de Michoacán. “Cada lote es único. Cada botella se etiqueta a mano, con su número de lote y fecha, lo que añade un toque personal”, dice con orgullo.

De Solferino al mundo: Un destilado premiado

Lo que comenzó como un proyecto de pandemia ha crecido exponencialmente. Hoy, Gin Solferino se distribuye en todo México a través de Amazon, y recientemente, Christian logró su primera exportación a Estados Unidos, específicamente a Chicago. “Fue gracias a una distribuidora de bebidas que conoció el producto en un concurso de destilados donde Solferino ganó medalla de oro”, comenta sobre el momento clave que catapultó a su gin al mercado internacional.

Las competencias han sido otro de los grandes logros de este destilador argentino, quien ha llevado el nombre de Quintana Roo a lo más alto en varios certámenes. “En 2021 ganamos medalla de oro en Chile en la ‘Cata de Or’, y en México también hemos sido reconocidos con dos medallas”, señala orgulloso.

 

Superar la burocracia: El reto de ser pionero

Sin embargo, no todo ha sido fácil. Cristian enfrenta desafíos como pionero en la producción de alcohol en un estado que no tiene tradición destiladora. “Quintana Roo no es un estado productor de alcohol. Soy el primer productor legal de alcohol aquí, y eso implicó muchísimos trámites, permisos, y una burocracia que me sacó lágrimas de sangre”, confiesa. A pesar de las dificultades, el esfuerzo ha valido la pena: hoy Gin Solferino es la primera destilería con patente en Quintana Roo.

 

Una botella que cuenta la historia de su tierra

El diseño de la botella es un tributo a Solferino. “El color de la etiqueta es el color solferino, que viene de la madera de palo de tinte. Cuando llueve, la madera destiñe y deja todo el suelo de un color rojo intenso”, explica. Los animales que decoran la botella: el tucán, el venado, el jaguar y el jaguar negro, también son parte fundamental de la identidad del lugar. “Estos animales son representativos del pueblo, y quería que formaran parte de la esencia de Gin Solferino”, expresó.

 

Una visión para crecer

Christian no se conforma con lo logrado hasta ahora. Su visión es clara: “Mi meta es que Gin Solferino sea el gin representativo de México. Aunque soy argentino, me siento profundamente agradecido y enamorado de esta tierra. Representar a Quintana Roo es un orgullo para mí”, afirma.

A largo plazo, planea aumentar la producción y generar empleo en la comunidad, apostando por un crecimiento sostenible que beneficie tanto a Solferino como al estado.

En definitiva, Gin Solferino es mucho más que un destilado. Es el fruto de la perseverancia, la creatividad y el amor por una comunidad. Cristian Taraborrelli ha logrado capturar en una botella la esencia de su tierra adoptiva, y ha demostrado que con pasión y dedicación, se puede crear algo único, aún en tiempos difíciles.

 

 

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Mi meta es que Gin Solferino sea el gin representativo de México. Aunque soy argentino, me siento profundamente agradecido y enamorado de esta tierra. Representar a Quintana Roo es un orgullo para mí”.

Christian Javier Taraborrelli

 

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