Lamentablemente murió una cantante. Una más, entre muchas, dirían algunos, pero ésta en particular fue una que rompió muchos paradigmas. En este pequeño espacio que me da la grandiosa oportunidad de expresarme y de que ustedes me lean (espero) puedo contarles de personas que fueron gigantes y realizaron contribuciones increíbles en el crecimiento de la humanidad.
Tina Turner creció como cualquier mujer de su época, sometida al establishment masculino de control e incluso explotación. Muchas mujeres no conocieron algo diferente. Sin embargo, a una edad reconocida incluso hoy como tardía, floreció, se liberó y creó una carrera. A sus 44 años estableció un estilo y vendió canciones sin ayuda de ningún marido. Su interpretación, su voz, su forma de vestir y sobre todo sus pensamientos, fueron memorables.
Hoy escribo sobre ella, porque como mencioné en mi artículo pasado, estamos escasos de héroes. Y en este caso encontré una heroína para recordar y apreciar. Las letras de sus canciones pueden hacernos creer que el amor nada tiene que ver en todo esto, pero siempre sabremos cómo ser el mejor. Ella tiene conciertos que han quedado documentados en Youtube, en donde a la increíble edad de 69 años nos enseña que el talento es atemporal.
Ella es un ejemplo para todas nosotras; todos los esquemas que dictan el comportamiento de las mujeres, a cierta edad, se rompen. Ella demuestra que las mujeres aún en sus 70 años pueden hacerlo todo, o por lo menos conciertos que vendan todos los tickets disponibles. Conciertos en donde su forma de vestir, de peinarse, de comportarse no sea la de un estereotipo de mujer de 70 años. Realmente una mujer que nos ayuda hoy a todas a crear sueños, a dirigir nuestras vidas, a cambiar entornos, a romper paradigmas y sobre todo a simplemente SER. No hay edad, no hay género… sólo talento y capacidad.
Descanse en paz, dirían en los protocolos, pero yo creo que una mujer como ella lo que menos haría sería eso.
Me gusta pensar que lo que existe después de la vida, es un regalo, y este consiste en seguir creando momentos de felicidad basados en las cosas que nos gustan. Puede ser una teoría un poco fuera de lo esperado, pero quiero imaginar a una Tina Turner cantando a todo pulmón sus canciones favoritas, y los que ya están con ella disfrutando su concierto. Cambiando el cielo y redefiniendo el infierno.
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