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La economía y el Covid-19

Hace algunos meses escribía sobre los efectos económicos causados por el Covid-19, los cuales no se vislumbraban muy claramente, pero mencionaba que tendría que pasar un tiempo para realmente apreciar en materia económica las consecuencias de una enfermedad catalogada como pandemia por ser de talla mundial y que sigue evolucionando cada día.

El aislamiento, las fronteras cerradas, las fábricas que tuvieron que dejar de operar, aumento en el costo de los transportes internacionales marítimos y aéreos, así como un sinnúmero de factores que hemos vivido durante estos más de dos años, reflejan hoy una nota que se repite en cada uno de los países del mundo: INFLACIÓN sin precedentes.

Primero, apuntalaría de forma reiterativa que este fenómeno está sucediendo en todos los países; los desarrollados, que la han logrado mantener de forma controlada en 2% hasta noviembre, llegaron a 5%. Nosotros en México no somos la excepción: llegamos a 7.05%. 

En el día a día como consumidores lo percibimos en el aumento de los precios de los productos y servicios, lo cual disminuye el poder adquisitivo de los ingresos que recibimos.

Ante este fenómeno, ¿cuál es nuestra posición como ciudadanos? ¿Cómo participamos en contener y recuperar los niveles que teníamos? Podríamos pensar que esto sólo forma parte de las políticas económicas de nuestro gobierno o de los gobiernos del mundo, pero hay un factor que requiere nuestra participación de manera inmediata y directa, que nos lleva a seguir cuidándonos, llevar cabalmente los lineamientos sanitarios e invitar a quienes no se han vacunado a hacerlo; la respuesta es muy sencilla, en la medida que logremos contener el aumento de enfermos, podremos mantener nuestros semáforos en color verde, que permitirán recuperar el nivel de operación de  nuestras actividades de forma regular, recuperar el curso de nuestras actividades y no sólo en el ámbito turístico, también de producción, porque hoy día todos sumamos para esta solución, no sólo en nuestro estado, también influyen nuestros estados productivos del sector primario y secundario, para hacer parte de esta solución.

Dentro de las soluciones alternas a considerar se encuentra la economía regional, donde debemos trabajar en sustituir productos que vienen de orígenes lejanos, por productos dentro de nuestro país o mismo continente, con la intención de disminuir los tiempos y costos de suministros, así como en nuestro caso muy particular de nuestro estado, que tiene un alto consumo de productos diversos y que no existe una balanza contra nuestra producción de productos primarios y secundarios para diversificar y aprovechar las bondades de nuestra zona sur para incursionar de forma inmediata, que nos permita a mediano plazo concretar un economía más sólida y autosustentable, complementándola con sistemas de producción que incluyan energías limpias.

Que nuestra meta sea participativa; de todas y todos. No bajemos la guardia, sigamos cuidando los lineamientos sanitarios durante este semáforo verde como si fuera un naranja, sigamos promoviendo la vacunación y recuperemos nuestra salud y economía. 

Sergio León
  • Entre empresarios
  • CEO de Impoexporta
  • Twitter: @oigres14
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