Revista Latitud 21

Marache Cirai: sin huevos, ¡pero con muchas ganas y sabor!

Una receta familiar chiapaneca dio origen a un emprendimiento que ha tenido mucha aceptación en Cancún: rompope Marache Cirai

Villaflores, un municipio de Chiapas, vio nacer a una familia de mujeres creativas y trabajadoras, que disfrutan la vida y les gusta compartir con vecinos y conocidos; sin embargo, María del Rosario Aguilar Sánchez nunca imaginó que una de sus recetas sería la base para el emprendimiento de sus hijas, que hoy es un negocio creciente en Cancún, a más de mil kilómetros de su ciudad natal.

Se trata de Marache Cirai, un original rompope que en su preparación no lleva huevos, pero conserva el característico sabor de esta bebida.

La idea nació hace ocho años, cuando yo estudiaba la licenciatura en Administración de Empresas, y mi hermana, que estudió Comercialización, trabajaba en la capital. Platicando entre ambas surgió la idea de vender un producto que entre nuestros conocidos y familiares tenía muy buena aceptación”, recuerda Citlali Reyes Aguilar.

Refiere que es una receta 100 por ciento familiar, su mamá la hacía para eventos como bautizos, rezos de la virgen o para las fiestas de la vestida del Niño Dios, en diciembre.

Así fue como en 2015, ella y su hermana, Anaí, empezaron a ofrecer la bebida a compañeros de escuela y el trabajo, pero algo muy empírico, sin nombre, etiquetas ni envasado especial.

El salto al Caribe Mexicano

Después, se vino a vivir con su esposo a Cancún, en 2016, así que decidió continuar acá con el negocio; platicó con su mamá para que le heredara la receta secreta; “mi idea desde un principio fue distribuirlo y posicionarlo como competencia de las marcas tradicionales y comerciales”.

Así que compaginaba la venta del rompope entre sus conocidos, con los trabajos en los que se desempeñaba. Sin embargo, en 2019 tuvo un embarazo delicado y detuvo el negocio; además, llegó la pandemia y su esposo se quedó sin empleo, así que volvieron un tiempo a Chiapas mientras nacía el bebé.

Pasado un tiempo volvieron a Cancún y Citlali decidió dar un nuevo paso, “la pandemia me orilló un poco más a formalizar, a aterrizar ideas que tenía en sueños”.

Así que decidió trabajar en darle una identidad al negocio; surgió el nombre, que es una combinación del nombre de su mamá, su hermana y ella; diseñó un logotipo, que es una flor de fiesta, como un rehilete; “es como la labor de las mujeres, un ciclo que siempre crece, que no termina”, destaca.

También buscó proveedores de botellas de vidrio para darle una mejor presentación.

Señala que en este caminar se topó con una amiga que también es emprendedora, quien la orientó a que asistiera a bazares para distribuir la bebida. “Me animé a ir, con mucha expectativa, era la primera vez que iría con un público no conocido, no familiares o vecinos o conocidos, era la prueba de fuego de ver si la gente compraba porque me conocía o porque realmente el producto tenía buen sabor”.

Y en efecto, la aceptación fue muy buena; “empecé a asistir a más bazares, me puse las pilas y lancé las redes sociales, en todas nos encuentran como Rompope Marache Cirai; hemos ido avanzando muy bien”, comenta orgullosa.

Incluso, ya tiene un punto de venta en el parque de Las Palapas, todos los días de 18 a 22 horas.

A veces también va a vender en hoteles donde hacen bazares, donde da degustación sin alcohol porque los empleados están en horario laboral.

Comenta que todo el rompope que vende lo hace y distribuye en Cancún; en Chiapas, su mamá y su hermana lo siguen haciendo, pero como hobby. Actualmente el negocio en Cancún, y la marca, es con su esposo.

Prepara semanalmente de cuatro a seis litros, pero en el transcurso de la semana, a veces salen más pedidos, entre conocidos o en el trabajo de su esposo, así que preparan otros cuatro a seis litros.

Como ninguno

Asegura que el sabor se siente tal cual a los rompopes conocidos, pero la gran diferencia es que no lleva el ingrediente principal tradicional, que es el huevo; “sí lleva leche, azúcar, especias, vainilla, alcohol y un ingrediente secreto que sustituye el huevo, así que el sabor es igual, pero no deja la sensación final del huevo que a muchos no les gusta”.

Comenta que lo más satisfactorio ha sido que en la población de Cancún ha tenido muy buena aceptación; “tenemos personas que son clientes recurrentes; además, en este camino veo muchas chicas que a pesar de que estamos luchando de manera independiente, por nuestra cuenta, nos apoyamos y tratamos de salir adelante”.

Sólo tiene hasta ahora una experiencia negativa: a finales del año pasado, cuando había escasez de vidrio, tenía un pedido grande para una óptica que lo querían para detalles de sus clientes, y al tratar de comprar envases, resultó que una persona le estafó. “Ese tipo de cosas desmotiva, porque este es un emprendimiento que se mantiene solito, compro, vendo y reinvierto; no saben el sacrificio que hay detrás y hay gente que se le hace fácil timarnos. Sin embargo, me he rodeado de gente que tiene buen ángel y me ha ayudado para que este proyecto avance y siga en pie”.

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Presentaciones y sabores

Manejan tres presentaciones. 250 ml, 500 ml y un litro; en dos sabores: vainilla y nuez.

Costos:

250 ml: de vainilla, $ 60 y de nuez $85

500 ml: de vainilla $85 y de nuez $125

1 litro: de vainilla $150 y de nuez $200

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