Sin embargo, los padecimientos que tenía la orca empeoraron y este viernes falleció, sin que se lograran concretar los planes de trasladarla a sus aguas natales.

Se tenían grandes esperanzas…

Cuando anunciaron el plan de reubicarla, explicaron que las probabilidades de adaptación de Lolita a su nuevo entorno en el Puget Sound dependerían de varios factores, incluyendo su salud, su capacidad de aprender comportamientos naturales y la forma en que se lleve a cabo el proceso de reintroducción.

En el santuario marino que construían para ella, se le proporcionaría un entorno más natural para nadar, sumergirse y explorar, lo que podría mejorar su bienestar físico y mental.

Podría escuchar a otras orcas y posiblemente interactuar con miembros de su familia de origen, lo que mejoraría su estado de ánimo.

Aunque sería todo un desafío debido a su larga vida en cautiverio, las esperanzas eran altas, ya que el proceso sería llevado a cabo por profesionales experimentados y se estaban tomando todas las precauciones necesarias para garantizar su bienestar.

La tribu Lummi, que considera a Lolita como su pariente, celebró entonces la noticia y dijo que la orca representa la resiliencia y fuerza de los pueblos nativos y su necesidad de sanación.

Ahora, con la noticia de su muerte, hay conmoción entre todos los que esperaban y se esforzaban porque Lolita volviera a sus aguas natales.

Descansa Lolita. Gracias por todo.