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Por el bien de Quintana Roo, impulsemos también el sur

 

Quintana Roo es la parte integrante de los Estados Unidos Mexicanos más joven, con apenas 48 años desde que así fue decretado en 1974. Nació con una clara vocación turística y esa actividad ha resultado muy importante para el desarrollo y crecimiento de la entidad, iniciando en la zona más al norte, pero que al pasar del tiempo se ha ido extendiendo hacia el sur.

Un ejemplo se presenta en el acceso a la denominada Costa Maya, ubicada en el municipio Othón P. Blanco (el más sureño de todos) y en el que también se encuentra el puerto de Mahahual, que ostenta el segundo lugar nacional en la recepción de cruceros, y con ello el arribo de turistas y los potenciales ingresos derivados de sus consumos por los distintos bienes y servicios que ahí se ofrecen, así como la generación de divisas en favor del erario, entre otros.

Sin embargo, se aprecia una problemática del sector comunicaciones que incide de manera negativa con el potencial desarrollo, no solamente para la industria de los cruceros, sino en el de Mahahual y de toda la Costa Maya y sus alrededores. Su atención podría resultar un muy buen acicate en esa zona para el desarrollo y bienestar que ahí se reclama. 

Pareciera entonces claro que para que se dé el desarrollo turístico, es menester que existan adecuadas vías de comunicación que permitan el tránsito, acceso y traslado de los bienes y servicios requeridos; lo mismo para la transportación y desplazamiento de los turistas a los distintos atractivos, pero también para ir descubriendo nuevos potenciales sitios y actividades que, naturalmente, se van generando en virtud de que los propios habitantes van detectando ciertas áreas de oportunidad, así como también los inversores que “desde afuera” observan y están a la expectativa de oportunidades y nichos de negocio. 

En este sentido, fue realizada la construcción y modernización de dos vías carreteras fundamentales: la carretera que va de Mérida, Yucatán, hasta Cancún y la que va de Cancún a Chetumal; pasando ambas vías por distintos poblados y/o entroncando con caminos secundarios que conducen a otras partes de la entidad.

A lo largo de la geografía estatal, principalmente en el norte, se distribuyen en la actualidad hoteles, desarrollos y complejos turísticos de clase mundial, entre las que están las marcas hoteleras más importantes; y con ellos toda una serie de industrias y servicios que la actividad hotelera trae aparejados, como la renta de autos, vuelos, tours, excursiones, campos de golf, restaurantes, bares, centros de espectáculos; y una buena lista de etcéteras; y todo ello, significando trabajo para médicos, contadores, trabajadores para la hotelería, choferes, profesores, y de nueva cuenta, una larga fila de etcéteras.

Las actuales carreteras quintanarroenses son transitables y permiten una comunicación aceptable; fundamentalmente las ya mencionadas, sin embargo, no es la norma en los caminos secundarios como los del sur y sobre todo la carretera a Mahahual, que deja mucho que desear; más si se reflexiona en el enorme potencial que tiene la zona con el muelle de cruceros ahí instalado, la belleza de sus playas y la existencia de un arrecife de fama mundial.

De esta decisión y acción, bien puede surgir una política pública que se aboque a la construcción, mantenimiento y apertura de caminos que permitan a la ciudadanía una mayor y mejor comunicación en el territorio de Quintana Roo, y desde luego a los visitantes y prestadores de servicios, con los consecuentes, previsibles y ya acreditados resultados a lo largo de casi 50 años, que la actividad turística ha traído mucho beneficio a la entidad, sus pobladores e inmigrantes.

En esta edición de la revista llevamos la recopilación de la promoción que hicieron los municipios con el gobierno del estado en la Feria Internacional de Turismo en España, que abarcó reuniones con mayoristas, minoristas y potenciales mercados que serán los próximos visitantes a Quintana Roo. 

Es por ello que por el bien de Quintana Roo se debe pensar en el sur también.

Un drama.   

Amador Gutiérrez Guigui
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