Porque la ministra presidenta no está a sus órdenes, como lo estuvo Arturo Zaldívar, el presidente quiere eliminar el fideicomiso de la Corte. Detesta los fideicomisos en los que no puede meter baza: por eso eliminó 109. Pero, eso sí, dejó los del Ejército.
Mientras el ministro carnal, Zaldívar, fue su escudero, al presidente no le importó que la Corte tuviera un fideicomiso de 20.5 mil millones de pesos para pensiones de ministros y magistrados jubilados, más pensiones complementarias.
Esos 20.5 millones estaban también bajo la presidencia de Zaldívar. Sin embargo, el presidente jamás mencionó el tema, ni siquiera cuando canceló 109 fideicomisos para gastar los 68 mil 400 millones de pesos que tenían, en sus becas y dádivas políticas.
Aquellos 109 fideicomisos, extinguidos por decreto presidencial, se habían constituido antes de 2018, con los fondos que generaban los rendimientos de cuentas bancarias abiertas con capital del gobierno y de empresas privadas.
Pero al cancelar los fideicomisos, el presidente no tocó este de la Corte que ahora quiere cepillar, pues entonces Zaldívar estaba tratando de torcer la Constitución para permanecer más tiempo en el encargo, y sentar un precedente para el Ejecutivo.
Sí; hay fideicomisos que sí le encantan, como el del Fonadín, que fue creado por Felipe Calderón, pero del cual tomó sin sonrojos el fondo de 23 mil millones que tenía, para comprar la refinería de Deer Park en Houston, Texas.
Y recordemos que en su campaña electoral creó un fideicomiso para apoyar a damnificados por los dos sismos de 2017, del cual 70 personas sacaron 64,5 millones en cheques, pero ninguno era damnificado: todos eran de Morena. Un robo al descampado.
Tampoco tiene problemas con que los militares hagan fideicomisos públicos sin estructura, para recibir y administrar el dinero que obtienen en las aduanas, que ellos coordinan en opacidad, desde que el presidente echó a los funcionarios civiles.
También, por decisión personal del presidente, el Ejército se quedará con las ganancias del AIFA: lo de las casas de cambio, comercios al por menor que no aplican impuestos ni tasas locales o nacionales, de los baños…
Sin embargo, ahora es un problema que los 20.5 mil millones de la Corte no los maneje Zaldívar, sino la ministra presidenta Norma Lucía Piña Hernández, a quien el presidente califica de “florero” y critica por estar “de adorno”.
Lo que sucede es que la ministra Piña Hernández no se pone de pie cuando ve llegar al presidente, y tiene más popularidad en las mismas encuestas que el presidente elogia porque lo colocan en el punto muy alto de aceptación.
Así que ni siquiera es por dinero: es porque la ministra no se le cuadra como se le cuadraba Zaldívar.
Hay niveles.
- Canela fina
- Periodista y escritor
- Twitter @Ruben_Cortes