Abraza a tu niño interior y regocíjate de cambiar la forma en que estás viendo la vida.
¿Qué es nuestro niño interior? Es el resultado de la experiencia en la etapa infantil, aproximadamente desde nuestra gestación hasta los 10 años. La forma en que vivimos esa etapa es lo que ha marcado nuestra forma de comportarnos y ver la vida; y si cambiamos eso, podremos ver las cosas de forma diferente.
Todos llevamos dentro y forma parte de nuestro ser, ese niño pequeñito. Me refiero a ese niño que es sinónimo de alegría e imaginación, pero también de miedos, angustias y desconcierto, es a todo esto lo que en psicología le llamamos el niño interior, e influye determinantemente en nuestro comportamiento y la mayoría de nuestros actos cotidianos y sobre todo en las decisiones que tomamos. Evidentemente no se trata de un niño de carne y hueso, sino de esa parte de nuestro “YO” que no ha crecido del todo.
¿Cómo conocer y mejorar nuestra relación con el niño interior?
Definitivamente dándonos un tiempo para reconocer y reconocernos específicamente en ese periodo que ha marcado nuestras vidas, nuestra infancia.
Recuerda cómo fue esta etapa en tu vida, obsérvala con detenimiento y a través de tus recuerdos e imaginación, trata de vivir nuevamente las emociones que se generaron en esa etapa y descubre de dónde fueron surgiendo los miedos y las malas sensaciones.
Escribe. ¡Sí! Escribe todo lo que recuerdes; plásmalo para trabajar con ello, lo podrás leer las veces que sea necesario y podrás avanzar y conjuntar los recuerdos, lo cual permitirá que descubras esa historia que ha conformado tu presente.
Atender al NIÑO INTERIOR te permitirá sanar la herida fundamental de nuestra personalidad y nos dará una mayor capacidad y fuerza para amar.
Hoy en día, sea la edad que tengas, definitivamente eres el reflejo y el resultado de lo que de niño o niña viviste; si recuperamos en AMOR a ese niño que fuimos y que habita en nosotros; si trabajamos duro en volverlo a rehacer, si nos convertimos en su madre y su padre, de nueva cuenta podrá florecer, lo que significa que nuestra esencia emocional sanará y nuestra forma de ver el mundo cambiará, y así, nuestra manera de interactuar con él.
¿Hace cuánto que no juegas algo que verdaderamente te apasione?
¿Cuál era tu juego favorito en la infancia?
Ríete a carcajadas, juega bajo la lluvia, saca tus mejores juguetes, comparte con tus hijos -en caso de tenerlos- esa parte infantil que todos tenemos, sigue haciendo bromas y descubre que ser un niño en algunos momentos también es algo saludable.