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Y se armó la guerra…

 

Aún no superamos la invasión de Rusia a Ucrania, cuando ya estamos todos preocupados por el ataque a Israel y los movimientos de las grandes potencias involucradas.

A mí me gustaría preguntar ¿por qué los humanos seguimos tomando bandos? Para hacer una guerra siempre se toma una posición que justifique la actuación, no ante los demás, sino ante nosotros mismos. En nuestro fuero interno sabemos perfectamente que esas justificaciones son pretextos económicos, sociales o religiosos que imponen unos cuantos y la idea va permeando hasta convertirse en una excelente razón para atacar y matar.  

Esto es parte de nuestra naturaleza, desde el día uno en la tierra nos la pasamos peleando. Pregúntenle a Caín su justificación para deshacerse de Abel. Podemos discutir al infinito sobre qué bando lleva la razón; sin embargo, me parece hasta un poco estúpido perder el tiempo en eso, no hay forma que justifiquemos destruir una cultura para sustituirla por otra, justificar una religión sobre otra, un color de piel, un idioma….  ¿Cómo validar una acción donde se quiere imponer una voluntad o ideología, destruyendo lo que ya existe y con (la palabra que más odio) genocidio? Discúlpenme, pero mi mente y mi alma, no encuentran una justificación válida para matar a mis congéneres.  

Las guerras son un negocio para ciertos individuos, eso lo sabemos todos, pero me sigo sorprendiendo de lo fácil que es influenciar a grupos de personas que pasaban por la vida tranquila y pacíficamente, para que de pronto empiecen a odiar por la razón que sea y entonces justifiquen acciones como secuestros, violaciones y muertes. Acciones que nunca habían pasado por su mente hasta que alguien las siembra ahí, sólo se necesitó encontrar el enemigo perfecto y prender la mecha de la sinrazón. 

Como humanidad no creo que cambiemos, ya que nuestras reacciones ante las acciones, son indicativos de que las guerras no van a terminar. El gran problema es que la tecnología nos ha hecho más eficientes en este menester de librar batallas, más mortíferos y muy asertivos. Así que lo único que creo que lograremos será destruirnos a nosotros mismos, en esta escalada de violencia y con el poder en manos de hombres con justificaciones muy pero muy vendibles, no auguro un desenlace feliz para nuestra historia humana.   

Espero que lo que sobreviva logre evolucionar y su comportamiento sea como el de una jirafa, o un león, o un oso polar, un delfín ¿quizá?, en fin, una especie que no quiera matarse entre sí, que no quiera convencer a las cebras que ser jirafa es mejor y que respete que los cocodrilos están un poco feítos.   

Inna German Gómez
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