En colaboración con el Colegio de Ginecología y Obstetricia de Quintana Roo, expertos destacan la importancia de brindar información clara y accesible. La clave está en educar para prevenir.
La educación sexual en adolescentes sigue siendo un tema que genera debate, pero su importancia es incuestionable. Recientemente, el Hospital Amerimed Cancún, en colaboración con el Colegio de Ginecología y Obstetricia de Quintana Roo, organizó una conferencia impartida por la reconocida doctora Josefina Lira Plasencia, experta en salud sexual y adolescencia.
En el evento, la doctora Gabriela Martínez, directora de la unidad hospitalaria Amerimed Cancún, dio la bienvenida y agradeció la presencia de los doctores, así como de la ponente.
La doctora Lira Plasencia destacó que hablar con los adolescentes sobre sexualidad es una oportunidad única para cambiar su futuro, el de sus familias e incluso el del país. En su ponencia, hizo un recorrido histórico sobre la educación sexual en México, recordando que desde 1920 ya había intentos por institucionalizarla, aunque con muchas resistencias. En las décadas de los 70 y 80, el enfoque se centró en la biología reproductiva y la prevención de enfermedades, especialmente tras la aparición del VIH/Sida. Hoy en día, la educación sexual se concibe desde una perspectiva integral basada en derechos humanos y equidad de género, aunque su implementación aún enfrenta desafíos.
Uno de los puntos clave de la conferencia fue la falta de acceso a información adecuada para los adolescentes. Según datos compartidos por la doctora, solo el 10% de la información sobre sexualidad proviene de médicos, mientras que la mayoría de los adolescentes aprende del entorno social, la familia o el internet, con todos los riesgos que ello implica. Además, persisten barreras como la negativa de los padres a permitir que sus hijos reciban información sobre anticoncepción o el temor de los médicos a posibles represalias legales.
El problema no es solo la falta de información, sino la mala información. Por ejemplo, aunque el 94% de los adolescentes conoce la existencia de las píldoras anticonceptivas, solo el 14% sabe cómo usarlas correctamente. Algo similar ocurre con el condón: muchos saben que existe, pero lo aprenden a colocar a través de tutoriales en YouTube, lo que puede derivar en un uso incorrecto y aumentar el riesgo de embarazos no planeados e infecciones de transmisión sexual.
Otro dato alarmante es que el 36% de los adolescentes que han tenido relaciones sexuales no planeaban hacerlo. La falta de previsión, la desinformación y las limitaciones educativas crean un cóctel perfecto para embarazos no deseados. De hecho, las cifras muestran que los adolescentes con rezago educativo tienen hasta tres veces más probabilidades de embarazo que aquellos con secundaria terminada.
La conferencia dejó claro que la educación es una herramienta clave para la prevención. Mantener a los jóvenes en la escuela y brindarles información adecuada sobre su salud sexual no solo impacta su bienestar individual, sino que también influye en el desarrollo social y económico del país. La tarea es enorme, pero abrir el diálogo es el primer paso.