Con la teatralidad en una negociación de muchos ceros a la izquierda, 22 mdd para ser precisos, Daniel Chávez, de Grupo Vidanta, consiguió epopéyico contrato con Cirque du Soleil para incorporarlo al elenco de atractivos turísticos del Caribe mexicano, tema hoy de nuestra portada.
Y ni hablar, estaba condenado a encabezarlo para este natural escenario. Como lo decía la secretaria de Turismo Claudia Ruiz Massieu. Grupo Vidanta es una empresa convencida de la magia de México, de su potencial, que bien ha capitalizado para posicionarse como uno de los principales grupos desarrolladores turísticos de México y ser una pieza clave en la consolidación del país como un destino de clase mundial. Y a su numeralia nos remitimos. Con cuatro décadas a cuestas, ha conseguido una generación de divisas por el orden de los 600 mdd anuales, una facturación aproximada de 750 mdd, un staff de 14 mil colaboradores que despachan en siete cadenas hoteleras con siete mil llaves, una operadora de golf, una desarrolladora de infraestructura hotelera y una operadora aeroportuaria.
Y no fue Puerto ni Nuevo Vallarta. Tampoco Los Cabos, Mazatlán, Acapulco o Puerto Peñasco. Fue la Riviera Maya, donde concentra casi el 50% de su oferta hotelera, la elegida por el audaz empresario para importar el nuevo espectáculo de la compañía quebequense, el primero permanente fuera del territorio estadounidense.
Sí, en la Riviera Maya es donde tiene uno de sus más generosos activos, pero también como lo decía el mismo Daniel Chávez, Quintana Roo es un escenario con una ventaja extraordinaria al tener la cultura del entretenimiento como pocos sitios, incluso de Latinoamérica, y esto es el resultado de la suma de una serie de experiencias, gracias a la visión de grupos como Xcaret, que concentra seis de los más respetables centros de entretenimiento, o Grupo CocoBongo, que aterrizó aquí su concepto más maduro y consolidado que le ha permitido exportarlo a República Dominicana y por venir Las Vegas.
Ambos, como la compañía Cirque du Soleil, llevan años creando, inventando, sorteando toda clase de malabares y acrobacias, incluso financieras, para responder a esa tendencia, llamada “atractividad” como la denomina la secretaria de Turismo, que le ha permitido a sitios consagrados turísticamente hablando, como Las Vegas, Orlando, Nueva York o Los Ángeles, su permanencia, su vigencia, su apetencia. Paréntesis. No es de su exclusividad. La “atractividad” también ha sido tema que han recomendado los grandes monstruos del turismo internacional a nuestro querido Quintana Roo, y es con esta Joya, de Cirque du Soleil, que ahora responde Grupo Vidanta.
En cifras de “Alegría”, Cirque du Soleil le reporta más de nueve mil espectadores cada noche a su espectáculo de Las Vegas, que suman tres millones de espectadores anuales -tan solo en esa plaza-. Pero el nouveau cirque como también le denominan, a pesar de sus descalabros financieros, ha tenido la magie continue para llevar sus espectáculos a más de 250 ciudades de 40 países de los cinco continentes, con un total de más de 25 espectáculos exhibidos, y con ingresos anuales superiores a los 800 millones de dólares canadienses. Obra de un genio financiero, Daniel Lamarre, quien desde el año 2000 no solo ha sido el responsable de las estrategias de desarrollo del negocio, sino en toda la organización de valor cultural y creativo.
Y como Daniel Chávez, Daniel Lamarre desea una nouvelle expérience para el destino turístico líder del Caribe y Latinoamérica, y ese es un Cirque réinventé con délirium para robustecer la “atractividad”, para la permanencia, la vigencia, la apetencia del viajero en busca del mystére. Voilá! Bienvenu á la maison!