Revista Latitud 21

Cata a Ciegas Noviembre

Casa Madero 2V

Roberto Martín

“Me encantó. Por su sabor, su Chardonnay, muy amantequillado, muy fresco, una acidez súper equilibrada, un color muy clásico, pajizo. Me gustó mucho. Me falta saber el precio, lo pondría sobre unos 180 pesos, más o menos, pero excelente”.

Karla Enciso

“Lo sentí con poco alcohol en nariz, muy frutal, no es un vino que sienta tan seco. A pesar de que no me gustan los vinos blancos, la verdad es que este sí lo compraría, lo sentí muy ligerito. Me gustó”.

Federico López

“En este vino tenemos notas bastante florales, manzana, piña, krispy; rico y balanceado en acidez, con tonos paja, más hacia el verde manzana, muy brillante. Estable en su acidez y en retrogusto. Me gustó bastante. Creo que es un vinito muy amigable para un coctelito, un cevichito o unos quesos suaves”.

Óscar Cabrera

“Me parece un vino joven, muy agradable en nariz, con olores a lima, limón, cítricos. En boca una acidez muy agradable, muy fresco, para un clima como el de Cancún. Me encantaría para ceviches o solo, o con alguna ensalada, algo fresco, algo para equilibrar su misma acidez”.

Jackie Jiménez

“Este primer vino me da color amarillo claro con destellos verdosos. Un cuerpo aparente medio, y parece tener  riqueza alcohólica por su caída de gotas en copa. En nariz detecto aromas herbales como lemon grass, mineralidad, también cítricos. En boca percibo una acidez media alta, muy buena permanencia. Me apetece con  un pescado a la parrilla con un poco de mojo de ajo como el de nuestro restaurante anfitrión, Puerto Santo”.

Silver Buckle

Roberto Martín

“Este segundo vino, también blanco, lo siento con un paso pequeño por barrica, se siente un poco con más cuerpo, más cítrico. A este vino sí necesitaría ponerle algo de comida, no es el clásico para refrescarte. Pondríamos una pasta, una langosta o algo, pero todo con mucho  condimento. Me gustó”.

Karla Enciso

“Lo sentí con un poquito de más acidez, más color a comparación del primero, menos frutal. Solito no me gustó, y con el bocado de tostada de ceviche de Puerto Santo sí me gustó, pasó rico en boca”.

Federico López

“Definitivamente tenemos un color amarillo más intenso,  que me hace pensar que pasó por barrica; está muy ligero, muy agradable en boca. Tenemos una buena tonalidad de alcohol, lo cual lo hace un vino muy fácil de tomar, untuoso, tiene un poquito de cuerpos grasos; fruta, algo cítrico como toronja y notas amargas.  Lo combinaría con una pasta, con algo que tenga queso,  o con un pollito en alguna salsa de crema o con cualquier cosa salteada, cocinada o sofrita en mantequilla”.

Óscar Cabrera

“El segundo vino me pareció con un gran cuerpo. Concuerdo con que se ve que tiene algo de barrica. Le sentí un alcohol más alto. Buen cuerpo, con una muy buena acidez. En nariz le sentí olores a nance, a piña miel, notas más dulces, no tan cítricas. Me gustaría con algo cremoso, como pasta con alguna salsa de crema, a los cuatro quesos, algo lácteo”.

Jackie Jiménez

“Este vino tiene un color amarillo canario, y una de dos, es por una mayor evolución o un pequeño paso en barrica. En aroma unas flores blancas, frutas cítricas pero un poquito más exóticas, tipo maracuyá, piña madura. El pequeño paso en barrica se lo he notado pero hasta el paladar y después de un tiempo, cuando ya los aromas menos volátiles han salido. Pero está balanceado, no me enmascara esa frutalidad. Por esa ligera complejidad me gustaría ponerle platillos con presencia: pescado capeado; pescado a la tikinchic o unas verduras tempura capeadas”.

Casa Madero 3V

Roberto Martín

“Detecté un vino de cuerpo medio, con barrica muy ligera, con taninos medios, frutos rojos maduros, un final también medio. Iría muy bien acompañado con algún guiso, con algo no tan condimentado. Me gustó mucho”.

Karla Enciso

“Me dio mucho chocolate en nariz, tanto al principio como al final, por ahí mucho chile, como un guajillo, un chile rojo, pimienta. En boca me dio muchos sabores a madera. Me gustó. Definitivamente lo maridaría con un buen spaghetti bolognés, lasagna o algún guisadito”.

Federico López

“Tiene un color de intensidad media, bastante fruta madura, grosellas, fresas; no tiene mucho grado alcohólico, ni grado dulce, pero sí tiene un retrogusto de esa concentración de azúcar. Su alcohol es medio, no tiene taninos, lo cual lo hace un vino muy agradable en boca, tiene permanencia. Me gustó la idea de Karla de la bolognesa, una salsa de tomate guisada, caramelizada, tal vez con un glass, un estofadito, o hasta  unas tapitas de queso, jamón, algún untable. No apto para quienes no les gustan los vinos dulces”.

Óscar Cabrera

“En color le vi unos colores cereza. Se ve que es un vino que tiene algo de evolución, entonces me imagino que pasó un poco por barrica. En sabor le sentí bastantes ahumados, madera, una sequedad baja; más que nada lo que tiene este vino es acidez, con un cuerpo medio bajo. En nariz le encontré varias especias, pimienta blanca, un poco de canela. Por lo ahumado me gustaría con costillas bbq pero al carbón”.

Jackie Jiménez

“Es un vino con tono ciruela, en cuyo ribete denota juventud, y parece ser generoso en alcohol. Tímido en nariz; me trae frutos rojos, notas ligeramente especiadas. En boca tiene buena acidez, taninos suaves, y muy bien integrada su generosidad en alcohol. Me parece un vino sencillo pero  muy interesante, que ahí es por lo que lo compraría, cuando se puso al tú por tú con este delicioso queso envuelto en hoja santa con salsa picante. Es muy difícil armonizar un platillo que tenga  picante con vino, y con esto lo logró”.

Santo Tomás 31.8

Roberto Martín

“Este cuarto vino me gustó muchísimo. Es un vino que le encuentro un rojo intenso, un cuerpo alto, muy largo en boca, y encuentro frutos secos, madera. Es un vino para comerse con algo muy condimentado. Podría ir muy bien con un filete a la pimienta, con un cordero. La verdad me encantó”.

Karla Enciso

“En nariz me sentí en un campo de puros olivos, fuertísimo, después me dio un poco de especias, pero cuando estaba fresco; un color muy bonito, mucha fuerza en boca; me dio un poco de chile. Lo maridaría con un buen mole oaxaqueño. Necesita un saborcito fuerte, nada de mariscos”.

 Federico López

“Este cuarto vino es de intensidad alta, tiene un color bastante intenso pero de alguna manera también tiene mucha juventud. Noto especias: vainilla, regaliz, mucha pasa, sobre todo cuando está oxigenado desprende especias… y hasta de caramelización tardía por sus torrefactos tostados.  De alguna manera tiene también estos torrefactos tostados. Definitivamente tiene que ir con un mole especiado o con un guisado que tenga muchos condimentos”.

Óscar Cabrera

“Tiene unos colores bastante agradables, colores púrpura. En nariz es potente. Me da fruta compotada, tabaco. Concuerdo con Federico que había olores a torrefactos de café. En boca es muy  balanceado. Lo podría tomar solo o con platillos condimentados, ya que está bastante completo”.

Jackie Jiménez

“Tiene  un color púrpura atractivo, un ribete de juventud. Parece ser generoso en alcohol; sin embargo, en boca lo tiene integrado, lo que es muy importante. Fruta en compota, mermelada, como ciruela roja, higo, arándano y, hermoso, después de un cierto tiempo evoluciona y me salen unos aromas de enebro. Taninos redondos, suaves. Me viene a la memoria una morcilla con arroz que comí en la Riviera del Duero. El mejor vino de los cuatro”.

 

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