Revista Latitud 21

Comprometidos con el arte y la cultura

 

A través de la Orquesta Sinfónica de Cancún, un grupo de empresarios con alto sentido social promueve la música de calidad; invitan a más personas a sumarse a este movimiento cultural, que es el de mayor impacto en nuestra ciudad

Conscientes de que la música es un lenguaje universal, y que la buena música, la de calidad, la que transmite sentimientos y mueve las emociones más profundas es motor de unidad, identidad, cohesión y desarrollo social, hace 12 años un grupo de cancunenses se preocuparon y ocuparon de organizarse para convocar talentos con los cuales formaron una agrupación e impulsaron conciertos de música clásica y contemporánea.

Iniciaron como la Camerata de Cancún, que tuvo gran aceptación y al poco tiempo de manera natural evolucionaron a la Orquesta Sinfónica de Cancún; hoy por hoy es el movimiento cultural de mayor impacto en nuestra ciudad, que se sostiene gracias a los esfuerzos de un grupo de empresarios, a los donativos que reciben y por supuesto, al pago de boletos que en promedio, superan los 600 en cada concierto. 

Este año están presentando su décima temporada de conciertos mensuales en el Teatro de Cancún; interpretan obras de todos los periodos, desde la época renacentista hasta composiciones contemporáneas del siglo XXI, incluyendo música de videojuegos y películas, así como un concierto navideño que disfrutan las familias al final del año. 

La Orquesta Sinfónica de Cancún es operada y promovida por el Patronato para la Cultura y las Artes de Cancún, por lo que platicamos con Manuel García Jurado, presidente; Jaime Valenzuela Tamariz, vicepresidente y Servando Acuña Braun, secretario y encargado del comité de comunicación, así como con Gerardo Tlapa, director de la Sinfónica, quienes nos comentaron los desafíos a lo largo de estos años, los desafíos para que perdure este gran proyecto y la enorme satisfacción por ver que han dejado huella, que han marcado historia y que cada vez hay más personas que se suman y que apoyan con donativos y con la asistencia a los conciertos.

Adelantaron que este año retomarán los planes que pusieron en pausa por la pandemia para llevar conciertos a parques públicos, con el fin de acercar la buena música a más cancunenses.

Sin duda, un gran esfuerzo al que vale mucho la pena sumarse e impulsar.  

Surgimiento y trayectoria

Manuel García Jurado recuerda que empezaron en 2011 con algunos conciertos en la Universidad del Caribe. La idea fue aprovechar la gran cantidad de músicos de escuela, de conservatorio, que estaban en Cancún en esa época, ya que había mucho trabajo en hoteles. “Fue muy significativo que en nuestro primer año formal, con una temporada completa en el Teatro, en 2012, teníamos 14 nacionalidades diferentes entre 30 músicos; había de Suiza, Canadá, Rusia, Estados Unidos y de otros países. Era una orquesta muy interesante, con músicos variados de diferentes escuelas y formaciones”, relata.

La buena fortuna y los vaivenes de las decisiones políticas les favoreció, y así lo recuerda: 

“Al final de la administración del gobernador Félix González, el entonces secretario de Cultura lo convenció de que este era el único estado que no tenía sinfónica, entonces invirtieron y trajeron a un director, David González, un excelente director, se lo llevaron a Chetumal, empezó a trabajar y a jalar músicos de otras orquestas, que no se iban a ir a vivir a Chetumal ni iban a estar de planta, pero con ese apoyo hizo una gira de cuatro conciertos en el estado. Así se resume la historia de la Sinfónica de Quintana Roo… Y se acabó, dejando a David congelado en Chetumal, con su plaza”.

Solidez desde el principio

Entonces los organizadores de la naciente Camerata de Cancún aprovecharon esta situación e invitaron a David a que los apoyara. 

“Le mandábamos los boletos y le conseguíamos hotel, así que venía a apoyarnos, nos lo prestaba el gobierno, él dirigía y coordinaba, eso nos permitió un arranque bastante sólido”, comenta García Jurado.

Actualmente David González es el director de la Sinfónica de Puebla y cada temporada lo invitan a dirigir un concierto en Cancún; “sigue siendo parte importante de la historia de nosotros”.

De la Unicaribe al Teatro de Cancún

Después de cuatro conciertos en la Universidad del Caribe, decidieron mudarse; “porque no iba casi nadie, es muy difícil que la gente vaya a eventos ahí, no es un lugar muy a la mano, es complicado”, reconoce Manuel García.

Así llegaron al Teatro de Cancún, en 2012, con el mismo formato que continúan, que son 9 o 10 conciertos, uno cada mes, empezando en febrero y concluyendo en diciembre.

Ese año también conformaron el Patronato para la Cultura y las Artes de Cancún, ya con Jaime Valenzuela integrado. “Decidimos que había que darle forma, para tener solvencia. Somos una donataria autorizada, a pesar de la guerra del SAT para eliminar a las donatarias, a nosotros nos han revisado y todo está impecable, porque esto no se usa para otro fin, más que recibir apoyos para pagarle a los músicos y otros gastos operativos del funcionamiento de la orquesta”.

Y aunque el ensamble sinfónico es el corazón del Patronato, regularmente apoyan otras manifestaciones artísticas y culturales, como exposiciones, lanzamiento de libros, eventos de la escuela de Laura Chuc, entre otros.

Reconocimiento

Después de varias temporadas, los empezaron a buscar para presentaciones fuera del teatro; eventos de la Sedetur, del gobierno del estado e incluso festejos privados. “No es muy sencillo, porque estamos hablando de llevar mínimo 30 músicos, hay que acomodarlos y si es un lugar que no está hecho para eso, hay que sonorizar el espacio… Hemos tocado en la playa, en dos o tres hoteles, en el Teatro de Playa del Carmen, en el Centro de Convenciones y en el Gran Cenote Maya, cerca de Valladolid, donde se hizo un concierto muy bonito con la orquesta y una banda, con temática de The Beatles”.

El bache de la pandemia

La buena marcha de la Sinfónica de Cancún se vio interrumpida (como muchos aspectos) por la emergencia sanitaria del Covid-19; no pudieron hacer temporadas durante dos años, pero sí ofrecieron un concierto cada año, uno de ellos, en Puerto Cancún.

Por eso, cuando las restricciones para eventos sociales quedaron atrás, retomaron este año los esfuerzos; la Temporada 2023 ha tenido una muy buena aceptación, y es algo natural, porque el público asiduo ya extrañaba música de calidad; y lo mejor de todo, es que cada vez hay nuevos públicos, lo que los anima a redoblar esfuerzos. 

Movimiento en favor del pueblo

Jaime Valenzuela destaca que ellos retomaron el concepto de la camerata que surgió como un movimiento en Europa, cuando los grandes mecenas promovían la música, pero sólo entre los nobles, y el pueblo quiso hacer sus propios conciertos.

“Esa bandera fue la que retomamos; aunque hemos tenido buena relación con los gobiernos estatal y municipal, nunca hemos tenido apoyo como las orquestas de otros estados. Ha sido nuestro sello y así queremos mantenerlo”, comentó.

Agregó que en todos estos años han tenido el respaldo y el apoyo de empresarios como ellos, que le han apostado al proyecto. Mencionó a Miguel Quintana, que les facilitó el Teatro de Cancún, que ahora es la casa, el hogar de la Sinfónica.

También la Fundación Oasis; “un grupo hotelero que le ha metido muchísimo a Cancún, nos ha apoyado cuando traemos algún músico o director invitado, nos han favorecido con cuartos de hotel. Y así como ellos, otros patrocinadores, a los que les agradecemos mucho su apoyo.

Adelantó que próximamente firmarán un convenio con The Dolphin Company, grupo que lidera el empresario Eduardo Albor, quien está muy interesado en impulsar la cultura para beneficio de la sociedad. 

Comprometidos con acercar la música de calidad a más personas, mencionó el programa social por el que en cada concierto, entre 100 y 150 boletos son destinados a asociaciones y escuelas para acercar a personas que no tienen recursos para asistir; han beneficiado a niños, jóvenes y personas de la tercera edad, “hemos invitado a Huellas de Pan, escuelas de música, monjitas, hay muchos grupos que están prestos a oír algo así, pero les era inaccesible”.

Mencionó que este año retomarán el plan de llevar la Sinfónica a los parques, a las colonias; “queremos llevar la cultura y la música a más personas”. 

Estabamos muy adelantados con ese plan antes de la pandemia y ahora lo echarán a andar. Esperan concretar dos conciertos fuera del Teatro, para involucrar a una mayor cantidad de gente.

De hecho, refirió que en la programación, en los contenidos de los conciertos también han hecho cambios, para hacerlos más visuales y lograr una mejor conexión con el público.

Siempre han tenido el respaldo de La Salle y ya gestionaron un convenio con la Anáhuac, para que sus estudiantes vean lo que se hace en la planeación y logística del concierto, y que los músicos se puedan ver favorecidos en las escuelas.

Una Sinfónica refleja 

el nivel cultura de una ciudad

Servando Acuña aseguró que en las ciudades más importantes del mundo tienen una sinfónica, es la primera medida del nivel cultural de una ciudad, en las ciudades que ya demostraron una madurez social, inmediatamente aparece la creación de una orquesta sinfónica.

“Nosotros nos fuimos dando cuenta poco a poco que dejar la cultura en manos del gobierno es una equivocación, porque una sinfónica es una institución que se hace para nunca morir; aquí nuestra ciudad es joven, de apenas 50 años, la sinfónica nació en 2011, y se va a quedar, porque no la hacemos de acuerdo con el gobierno”, comentó. 

Añadió que la prueba es que ahora que el gobierno federal canceló presupuesto para orquestas, de otros estados los han llamado, porque saben y se acordaron que aquí funcionan sin ese apoyo sino, gracias al empresariado y a la sociedad. “El ejemplo ya lo pusimos, porque estamos convencidos que la educación, la cultura y la salud deben estar en manos de toda la comunidad, no se lo podemos dejar a un gobierno que cambia, se modifica y se pluraliza; son cosas fundamentales que tienen que estar en nuestras manos”.

Dijo que ahora buscan un público joven, porque en los conciertos recientes han llegado personas de 18, 25 o 30 años; “tenemos que alimentar ese interés, si queremos salir a la calle, es para que más gente escuche, que quienes no tienen oportunidad o recursos, tengan acceso a música de calidad”, insistió.

Expresó que su interés se enfoca en lo social y saben que están en el camino correcto, al ver los resultados. “Al segundo concierto llevamos niños con Síndrome de Down, quienes lo disfrutaron mucho, lloraron de emoción, de algo que les llegó, y eso es porque no somos una organización que entretiene, sino que te lleva a un conocimiento convertido a música, la música es un lenguaje como las matemáticas, es un lenguaje que todo mundo puede entender; si quieres entretener, trae a Los Ángeles Azules, nosotros somos una organización cultural de primer nivel, quien quiera sentir emoción, debe ir a estos conciertos”.

Es por eso que su labor ahora se centra en atraer a más gente joven “como una semilla que estamos plantando, para que cuando estos jóvenes crezcan y tengan hijos, les pongan esta música”.

Adaptación

Servando Acuña comentó que traer a Beethoven no es traer a un músico de hace 200 años, es traer a un genio, para que la gente lo conozca, lo escuche y lo disfrute. “Cuando mencionamos música clásica, se entiende como un concepto equivocado, realmente es música Sinfónica, por ejemplo, el concierto de gamers, no es música hecha así, fue hecha a computadora, y el maestro Ibarra tuvo que hacer el concierto sinfónico, a partir de lo que se hizo digitalmente, no es nada fácil; las personas que están acostumbrados a oirlos en sus computadoras, de repente lo oyeron a su máxima expresión, al haber incluido 50 músicos, con su pieza favorita, y fue un éxito”.

Por eso, dijo que lo idóneo es adaptarse, cambiar con los tiempos, traer música que sea un puente entre generaciones. “Y por eso, tenemos que reconocer la forma en cómo se comunica la gente ahora, irnos por ahí; así es como la Sinfónica de Cancún perdurará”.

Hizo el llamado a todos los cancunenses a que se sumen a este movimiento; “una Sinfónica es la muestra de una cultura, entonces si quieren ser parte de ese nivel alto, pueden ser parte del Patronato, o donando o la manera más bonita, que es yendo a los conciertos de manera recurrente e invitando a más personas”.

Desde su fundación la Sinfónica de Cancún ha ofrecido más de 100 conciertos; “se dice fácil, pero es difícil; es una organización tremenda, es mucho el tiempo que ha invertido cada persona del Patronato; lo hacemos con gusto, nos sentimos responsables, poque llegamos a esta ciudad, la vimos nacer y crecer, asumimos el compromiso de contribuir de esta manera.

Dijo que una ciudad sin organizaciones civiles que promuevan el bienestar y el mejoramiento de su comunidad, no prospera; “y nosotros estamos increíblemente orgullosos de que la Sinfónica existe y va a seguir existiendo, con nuestro esfuerzo y con la ayuda de más cancunenses”.

Crecimiento y experiencia

Gerardo Tlapa, director de la Sinfónica de Cancún, quien radica en Cancún desde hace 20 años, participando en diversas agrupaciones musicales, comentó que han crecido mucho en trabajo, experiencia, en calidad de la música y el repertorio. “Hemos crecido como patronato y coordinación, hemos tenido más experiencia y desarrollado formas más sencillas de ir haciendo las cosas”.

Destacó que la asistencia al concierto es apoyo para la orquesta, cada boleto que se paga es de mucha ayuda; en promedio llegan 500-600 personas, la capacidad del Teatro es de 800; “hemos tenido llenos o 90%, pero la mayoría, entre 70-80%, es el público que no nos suelta”.

Comentó que la programación la hacen precisamente pensando que haya público al que le llame la atención ciertas obras; “aún no tenemos un público para arriesgarnos a un programa con obras distintas, entonces nos centramos en las más conocidas”.

Dijo que de manera personal, en los últimos años que ha estado al frente, ha sido una experiencia “muy bonita, muy difícil, porque vivimos en un lugar donde no hay apoyo a la cultura”.

Coincidió en que aunque es un gran desafío, están dejando huella, al permanecer. “Somos un patronato de la iniciativa privada, gracias a señores que le echan muchas ganas para que el proyecto siga adelante; hemos tenido muy buenos resultados que nos hacen ver que el trabajo que se está realizando no se está tirando, sino que va dejando algo, poco a poco tenemos más público y la orquesta tiene más seguidores, con eso somos felices”.

Reconoció que la falta de impulso de la cultura por parte del gobierno es algo que frena; “siempre he dicho que aquel que no necesita del arte, cree que nadie lo necesita, entonces mientras no tengamos gente que crea que sí lo necesitamos como ciudad, o no se dan cuenta, o lo saben pero no lo quieren hacer porque es mucha chamba, el arte y la cultura seguirán estancados”.

Sin embargo, dijo que es algo muy importante para la sociedad. “Hacer algo bonito, noble, que enriquezca el alma, es muy difícil; prefieren creer y apostar a los artistas plásticos que no brindan nada, más que entretenimiento; es difícil cambiar la mentalidad, sobre todo en una ciudad como Cancún, donde se ha vivido del entretenimiento. Hacer proyectos serios donde tratemos de dignificar el arte, es más difícil, pero gracias a personas como las que pertenecen a este patronato, se pueden lograr poco a poco; son caminos que hay que recorrer”. 

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