Revista Latitud 21

¿De qué te sirve ser el mejor si no lo comunicas?

Ilan José Cohen CEO Agencia Bindiva

En los últimos años nos ha tocado vivir cambios acelerados en la forma de hacer negocios, las tendencias de la tecnología y de la automatización nos llevan a cuestionar los paradigmas y las formas de definir y ejecutar las acciones estratégicas dentro de una empresa.

El liderazgo juega un papel esencial en las organizaciones de hoy, en donde el poco margen de error que hay ante la apertura a la información, y la abundante competencia en todos los sectores nos llevan a generar modelos organizacionales más eficientes, fomentados por una visión y un entendimiento más profundo sobre las necesidades de un mercado cada vez más cambiante y acelerado.

A pesar de que hay empresas en México y en el mundo que han subsistido y prosperado por varias décadas, hoy nos enfrentamos a un cliente o consumidor cada vez más informado, en donde en 15 segundos puedes tener acceso a cualquier información a través de los medios digitales.

Por lo mismo, es indispensable para toda organización generar una comunicación efectiva con sus distintos públicos, tomando en cuenta que las audiencias están presentes en distintos canales, además de que existe una importante brecha generacional entre los baby boomer, la generación ‘X’, la generación ‘Y’ o  millennials y la generación ‘Z’.

También las brechas socioeconómicas se han transformado notablemente gracias al acceso a la tecnología, de forma que los medios digitales cada vez han abarcado más sectores socioculturales; en México, 57% de la población tiene un smartphone con acceso a las principales redes sociales y de búsqueda (Qualcomm e IDC).

Por lo mismo es indispensable regresar a la raíz de la comunicación y el marketing, en donde las marcas son la suma de todas las acciones que hace una empresa u organización y un vehículo indispensable para su comunicación efectiva.

Cómo crear una comunicación efectiva:

1.- Marca sólida y definida

La definición o alineación de una marca es el primer paso para generar una coherencia entre la oferta de valor y el público meta.

Una marca está constituida por elementos intangibles (espíritu) y elementos tangibles (cuerpo), de manera que la comunicación de una marca inicia desde esta definición.

Los elementos intangibles son aquellos que no se ven pero que constituyen el porqué de todas las acciones de la misma, entre ellas están:

– Definición del público meta, sectores de competencia, filosofía corporativa, canales de comunicación, audiencias, competidores, entre otros.

Los elementos tangibles son aquellos que podemos percibir y que generan una percepción sobre la marca, entre ellos están:

– La identidad gráfica (con todos sus componentes), logotipo, los materiales corporativos y las herramientas de comunicación.

2.- Herramientas alineadas

– Toda herramienta de comunicación tiene que estar perfectamente homogenizada en su estructura, manejando mensajes claves consistentes y contenidos coherentes al porqué de la marca.

Algunos ejemplos de herramientas de comunicación son: páginas o portales  web, brochures de servicios o catálogo de productos, apps, materiales gráficos (folders, carteles, flyers, materiales comerciales, entre otros).

3.- Presencia multicanal y engagement estratégico

– En esta parte es esencial tener una estrategia de marketing y de comunicación definida para generar presencia en los diferentes canales (online y offline), además de contenidos segmentados acorde a cada audiencia (es sumamente importante tomar en cuenta todos los públicos que tienen interacción con la marca).

Para esto existen distintos canales digitales altamente efectivos, como son las redes sociales (Facebook, Twitter, LinkedIn, Instagram y otros), grupos de WhatsApp, SEM (Google Adwords) y SEO (contenidos relevantes posicionados), portales interactivos o blogs, portales de e-commerce, las Relaciones Públicas, eventos, publicidad ATL y BTL, por mencionar algunos.

Como conclusión, es sumamente importante entender el contexto y los cambios tecnológicos de esta época, de forma que es responsabilidad de los líderes de cada empresa u organización revisar a detalle la marca y alinearla de forma coherente y estratégica, comunicando efectivamente sus mensajes clave en los múltiples canales de impacto para sus audiencias.

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