Con la selección del diseño arquitectónico de la Basílica de Cancún, el proyecto emprende una nueva etapa y abre un nicho de oportunidad para el turismo religioso
Anualmente cerca de 400 millones de personas visitan los llamados lugares santos, un mercado valorado en 20 mil mdd a nivel mundial, según el reporte de la primera Conferencia Internacional de Turismo Religioso auspiciada por la Organización Mundial de Turismo en 2010. Tan sólo en Europa 30 millones de cristianos hacen peregrinaciones dentro o fuera de su continente.
Las cifras del potencial son evidentes. La Basílica de Guadalupe en México ocupa el primer sitio mundial en número de visitantes; 20 millones de fieles acuden a este recinto anualmente de acuerdo con la revista Forbes, récord que ostenta desde el 2006 y mantiene a la fecha, por lo que el nicho de turismo religioso es una buena veta que podría explotarse para el Caribe mexicano, incentivado por la construcción de la Basílica de Santa María del Mar que se ubicará en la zona de Tajamar en Malecón Cancún.
Al respecto Monseñor Pedro Pablo Elizondo, obispo de la Prelatura Cancún –Chetumal, comenta que justamente el objetivo principal de edificar la basílica es potenciar el turismo religioso en el estado. “La intención es que los creyentes vengan a Cancún y tomen tours especiales para visitarla”, comenta.
Cronología
La propuesta de edificar lo que es considerado la estructura de más alto nivel dentro de la religión católica surge en 2004, a raíz de la intención del gobierno municipal de trasladar la sede del ayuntamiento hacia el área del Malecón, proyecto que quedó descartado. Sin embargo, la Iglesia continuó con las gestiones en busca de un predio en la zona.
Al final de su mandato en 2006, el presidente Vicente Fox aprobó la donación del terreno de 10 mil 300 m2, pero debía hacerse legalmente a través del gobierno del estado de Quintana Roo, proceso que se concretó en 2007 bajo la administración estatal de Félix González Canto.
En el 2008, en el marco del VII Congreso Mundial de la Pastoral del Turismo, Monseñor Cristopher Pierre, nuncio apostólico del Vaticano, bendijo el terreno, y ese mismo día se conformó el patronato de la Basílica María del Mar, integrado por 20 empresarios y ciudadanos cancunenses.
Cada proyecto fue “bautizado” con un seudónimo, por lo que los integrantes del comité técnico y el jurado desconocían la firma que estaba detrás, y basaron sus apreciaciones únicamente en las características establecidas para calificar cada propuesta, asegurando de esta forma imparcialidad en el proceso. Tras una evaluación, a finales de mayo de este año se dio a conocer el despacho ganador: ArqTel, una firma local con 30 años en el Caribe mexicano, liderada por el arquitecto Gabriel Téllez.
Inspiración divina
Téllez, quien radica en Cancún desde 1985 y participó en el Primer Plan Maestro del Corredor Cancún-Tulum, lideró el equipo del despacho ArqTel, que integraron Teresa García y Eric Alcalá (de Illch Disegno), así como César y Mario Téllez, a cuyo proyecto se le bautizó como Moisés.
“Durante varios meses de trabajo vimos una serie de conceptos, valoramos los más trascendentales, después a Tere y Eric se les ocurrió la brillante idea de usar popotes, empezamos a jugar con ellos y realmente de ahí surgió la propuesta de utilizar prismas hexagonales de concreto prefabricado como material principal”, detalló Téllez.
Explica que en el diseño de una edificación religiosa hay varias directrices: la esencia es la función, la segunda es la espiritualidad y la tercera es la experimentación entre lo histórico y lo contemporáneo. “A la hora de diseñar tomamos en cuenta que en los momentos de reflexión el ser humano mira al cielo, dentro de un edificio no tienes esa cualidad pero la buscamos con la apertura del edificio, que permite ver la laguna y el cielo desde diversas perspectivas”, refiere Eric Alcalá.
“Buscamos de una manera simbólica tener muchos elementos religiosos, como el bautisterio y el presbiterio, que en la antigüedad se pretendía que fuera una ventana hacia el sol naciente”, agrega Tere García.
Como un plus del diseño, la característica de prefabricación individual de los prismas permite que una persona pueda donar sólo un prisma o varios, de acuerdo a su presupuesto, a lo que se suma que este proceso constructivo es relativamente menos costoso.
A decir de Eduardo Albor, ya que se cuenta con el anteproyecto arquitectónico continúa la etapa de elaboración del proyecto ejecutivo, proceso complejo y complicado que comprende cálculos estructurales y permisos de construcción. Al finalizar esta etapa seguirá la selección por concurso de la empresa constructora, en tanto el patronato se avoca a la obtención de recursos. “Esperamos iniciar la construcción de la Basílica en el 2014”, afirma.
Otros proyectos
En Quintana Roo actualmente se construyen 45 recintos religiosos, desde pequeñas capillas hasta la Catedral de Cancún, con la intención de proporcionar a la feligresía lugares dignos para profesar su fe, comenta Monseñor Pedro Pablo Elizondo. Relata que justamente en el proceso de edificación de la Catedral el mayor reto fue la obtención de un predio adecuado. En el 2001, al final del mandato del entonces gobernador Mario Villanueva, éste les otorgó un terreno entre las avenidas Kabah e Xcaret, pero era muy pequeño.
Posteriormente la administración de Magaly Achach en el municipio Benito Juárez concedió a la Iglesia Católica dos hectáreas en la zona denominada Ombligo Verde. Ese mismo año iniciaron los trabajos, aunque desde el principio del proyecto hubo inconformidades por parte de residentes de la zona, ya que el área es considerada un pulmón ambiental para Cancún. Posteriormente, en 2009, el entonces presidente municipal Greg Sánchez propuso trasladar la sede del poder municipal al Ombligo Verde, ubicado sobre la Av. Kabah, e integrar la Catedral al circuito de parques alrededor, pero el proyecto no se llevó a cabo.
“Actualmente la Catedral está en la segunda fase, de planeación y recaudación de fondos, para iniciar la obra de material permanente. Actualmente puede recibir hasta mil personas”, explica Monseñor.
Turismo y religión
A nuestro país, de acuerdo con datos de la Secretaría de Turismo (Sectur), llegan 34 millones de connacionales a templos religiosos, lo que deja una derrama económica anual de 10 mil 200 mdp; de este total de visitantes cerca de 225 mil son extranjeros.
El turista secular que llega a una ciudad tiene un plan cultural, reserva hospedaje y genera un gasto que puede ir de los 750 a los mil dólares por estancia, explica Miguel Torruco, actual secretario de Turismo del Distrito Federal, y ex presidente de la Confederación Nacional Turística (CNT).
Este tipo de turistas tiene estancias cortas, de tres o cuatro días, que buscan hacer los fines de semana o puentes; abarcan tanto la visita a santuarios, iglesias, catedrales o lugares sagrados como participación en peregrinaciones, además comprende visitas a tumbas de santos, asistencia y participación en celebraciones religiosas.
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