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Dónde estamos parados

Edgar Rodríguez Lozano

Logísticamente hablando, muy difícilmente encontraremos un país cuya ubicación geográfica sea mejor que la de México, pues al norte tenemos una extensa frontera con Estados Unidos, una de las principales potencias económicas del mundo, al sur somos la conexión con Centro y Sudamérica, por el lado del océano Pacífico tenemos conexión con Asia, y por el lado del océano Atlántico tenemos acceso al llamado Viejo Continente, Europa. De esta manera estamos condenados a ser un centro logístico mundial que facilite las transacciones comerciales internacionales que son tan frecuentes hoy en día.

Pero empecemos por el principio. Entendemos por logística internacional todos los procesos, funciones y actividades necesarias para que la mercancía se transporte de un país a otro u otros donde se necesite, independientemente de que se trate de materia prima, suministros, producto para ser transformado, producto terminado o cualquiera de sus variantes.

En este sentido, para que la logística sea eficiente se deben considerar seis aspectos principales: tiempo (momento en que se requiere), lugar (domicilio exacto), cantidad (ni más ni menos piezas de las necesarias), calidad (condiciones adecuadas), cliente (el destinatario correcto) y costo (el menor posible).

Y es que si uno de estos aspectos no se cumple, los otros cinco no tienen ningún sentido, es decir, no se puede “lanzar un dado” y elegir un menor costo sacrificando tiempo, o elegir el envío de menor cantidad sin importar el cliente, pues cualquier combinación que no asegure una logística correcta solo generará mayores gastos, ya sean directos o indirectos.

Un componente fundamental para que el traslado de mercancías se lleve a cabo de manera adecuada es la calidad y cantidad de infraestructura con la que se cuenta. De esta manera, puertos con capacidad de primer mundo, aeropuertos eficientes, caminos en correctas condiciones, equipo de última tecnología, entre otros elementos, son indispensables para que el funcionamiento logístico de nuestro país sea similar al de otros países del mundo que, a pesar de no contar con una ubicación geográfica similar a la nuestra, son calificados en mejor posición por el Banco Mundial a través del Logistic Performance Index (LPI).

Dicho índice basa su “calificación” en seis aspectos: la eficiencia de la Aduana y la gestión del despacho de mercancías (Aduana); la calidad del comercio y la infraestructura de transporte (Infraestructura); la facilidad para el envío de mercancías a precios competitivos (Embarques internacionales); la competencia y la calidad de servicios de logística, transporte, expedición y despacho en Aduana (Competencia Logística); la capacidad de seguimiento y rastreo de los embarques (Tracking & Tracing), y la frecuencia con la que los envíos llegan a los destinatarios dentro de los plazos de entrega previstos o esperados (Puntualidad).

En 2014, el Banco Mundial colocó dentro de los países más eficientes a Alemania, Holanda, Bélgica, Reino Unido y Singapur. En el mismo reporte el LPI muestra a México en el lugar 50 de 160 países evaluados, estando por debajo de Estados Unidos (9), Canadá (12), Chile (42) y Panamá (45), que también son países del continente americano.

De esta manera, en una escala de uno a cinco, México se ubica en una calificación general de 3.13, que se conforma por 2.69 en Aduanas, 3.04 en Infraestructura, 3.19 en Embarques Internacionales, 3.12 en Competencia Logística, 3.14 en Rastreo y Seguimiento, y 3.57 en Puntualidad.

Solo a manera de ejemplo, a continuación se enlistan los resultados del número uno del mundo: General: 4.12, Aduanas: 4.10, Infraestructura: 4.32, Embarques Internacionales: 3.74, Competencia Logística: 4.12, Rastreo y Seguimiento: 4.17, y Puntualidad 4.36.

Es preciso mencionar que en 2012 nuestro país se ubicaba en el lugar 47, en 2010 en la posición 50 y en 2007 era el número 56.

El reto es importante pero no imposible.

*Subdirector comercial, 

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