Revista Latitud 21

¿Duermes con aire acondicionado? ¡Aguas! Checa los riesgos

El aire acondicionado es, para muchos, la única manera de conciliar el sueño en verano, sobre todo en ciudades que pasan los 30 grados, como las del Caribe mexicano.

Esto es normal porque los días suelen ser muy calurosos y la humedad aumenta la sensación de la temperatura.

En el día el calor puede rondar los 35 grados y las casas se calientan.
Paredes, camas, pisos y prácticamente todo, se convierten en un “horno”.

Así que al caer la noche, ir a dormir resulta desagradable si no hay un sistema de enfriamiento.

Pero hay que tener cuidado, pues diversos estudios dan cuenta de los riesgos de pasar toda la noche a bajas temperaturas.

¿No nos crees? Echa un ojo a lo siguiente:

Hasta 20% de los catarros que se producen durante el verano se deben al uso inadecuado del aire acondicionado

Faringitis o rinitis

Al enfriar las habitaciones, resta humedad, reseca la mucosa y los ojos, lo que puede derivar en faringitis o rinitis.

Contracturas musculares: Por tener un chorro de aire frío apuntando directamente al cuerpo de forma constante.

Resfriados

Al dormir, la temperatura corporal baja porque estamos en reposo.

El virus del resfriado se propaga con más facilidad cuando la temperatura de las mucosas nasales es inferior a la temperatura del cuerpo (37º)

Deshidratación

Tener aire acondicionado nos hace sentir bien hidratados porque no tenemos calor y el cuerpo no nos pide beber agua.
Esto es peligroso porque no detectamos que nuestro organismo necesita hidratarse y nos predispone a sufrir un golpe de calor.

Alergias

Un mal mantenimiento de los conductos del aire acondicionado puede favorecer el almacenamiento de gérmenes que provocan alergias y enfermedades.

Recuerda limpiar los filtros del aire cada verano antes de usarlo y ventilar las habitaciones a diario para que no haya hongos y ácaros.

Ahora ya lo sabes, bajar la temperatura a menos de 21 grados es peligroso para nuestro organismo.

Salir de la versión móvil