Y su prometedora andaduría empresarial nos lleva a pensar en Bill Gates, Steve Jobs o Mark Zuckerberg, titánicos protagonistas del tema de emprendimiento y, de hecho, dentro del tema cibernético. Los tres fueron también casos atípicos, todos ellos grandes genios de Silicon Valley, quienes desarrollaron las grandes estructuras de la era digital: Microsoft, Apple y la red social de mayor éxito, Facebook.
Los tres innovaron el mercado tecnológico y lo dominaron, y lo que es más, lo hicieron viral para contagiar al mundo entero a pesar del estatus, raza, creencias religiosas y políticas.
Y si bien en los cuatro, incluyendo Christian, se dio en jóvenes con una abrumadora capacidad emprendedora, y con el tiempo empresarial, no tuvieron, de entrada, el acceso a la financiación, pero hicieron uso de sus capacidades innovadoras para llegar a los inversionistas ángeles, quienes apostaron a sus proyectos para hacer negocio. Y este milagro tecnológico no hubiese sucedido sin ellos, y esto es un tema cultural que debiera trascender en pro de la economía y el progreso de cada país.
En ese sentido México se encuentra arriba del medio, con una posición 62, de una lista de 118 países, de acuerdo con el índice Global de Emprendedurismo y Desarrollo (GEDI por sus siglas en inglés), y en el lugar 57 en actitud de emprendedores.
Casos hay incontables, sí, pero aún hay largo camino por recorrer, e involucra a varios actores, incluyendo a instituciones gubernamentales para promover y apoyar la cultura del emprendimiento. Pero todo debe provenir, sin lugar a la duda, de la implantación de esta cultura en la educación básica, media y superior para fomentarla, lo mismo que la inversión en instituciones para la creación de nuevos procesos para el desarrollo de la tecnología y para la creación de incubadoras en apoyo a los emprendedores en su etapa inicial.
Y sin ningún paternalismo gubernamental, es evidente que se requiere de su participación activa para promover entre las instituciones financieras mecanismos para impulsar las inversiones de riesgo y entre el empresariado la filantropía de riesgo, considerando que hoy en día, siete de cada 10 empleos provienen de las Pymes.
Do otro modo difícilmente podríamos acuñar un nuevo dicho en la mentalidad del mexicano: “Del dicho al hecho, hay que tener una actitud emprendedora”…