Revista Latitud 21

Miriam Cortés Franco, Presidenta ejecutiva de Acluvac

A lo largo de 23 años al frente de la Asociación de Clubes Vacacionales de Cancún (Acluvac) y desde 1998 como presidenta ejecutiva, Miriam Cortés Franco ha tenido grandes satisfacciones y enfrentó retos que la consolidaron como profesional en la industria del tiempo compartido del destino turístico más importante de México.

Egresada de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de México (UNAM), Miriam Cortés destacó entre sus logros al frente de Acluvac la modificación de la Ley Federal de Protección al Consumidor, en la que se considera la garantía para vender tiempo compartido. “Es una gran satisfacción lograr estas modificaciones con el apoyo de Patricia de la Peña”, quien por cierto recién dejó la presidencia de la Asociación Mexicana de Desarrolladores Turísticos (Amdetur).

Recuerda que cuando asumió la gerencia de la Acluvac, “el primer año fue muy difícil porque no entendía mucho de las funciones del sistema; yo sabía de Derecho, pero la operación de una asociación con una actividad tan compleja, dinámica, de mucha estrategia, manejo de números y pensar hacia dónde enfocar la comercialización y marketing, era de una dimensión totalmente desconocida”.

Con diplomado en Contratos en la Universidad Anáhuac y maestría en Derecho Corporativo en la Universidad Panamericana con sistema IPADE, Cortés Franco llegó a Cancún en 1993, donde colaboró en los despachos de Joaquín Baquedano y Gabriela Lima, y después de un corto periodo ingresa a la asociación, en la que inicialmente asumiría la Dirección Jurídica.

“Cuando se dio la oportunidad de entrar a la asociación, recuerdo que me entrevistaron varios señores. En ese entonces estaba Gustavo Cruz y me preguntó si sabía de tiempo compartido. Me pidieron que leyera un reglamento y hacer algunas otras cosas para el día siguiente. Luego de esto, los integrantes del Consejo me entrevistaron y después de 10 minutos me informaron que iba a ser la nueva gerente de Acluvac”.

“¡Iba por la Dirección Jurídica y no por la gerencia general, pues de administración no sabía nada!, expresa aún con asombro después de 23 años de estar al frente de Acluvac.

“Tuve mucha suerte porque fueron pacientes conmigo. Dejé de asustarme y le di vuelta al asunto. El personal me ayudó en la administración y contabilidad, que no es lo mío, ese gen se quedó con mi papá, quien era contador público, químico matemático e ingeniero textil”, precisó.

“En un principio quería estudiar turismo, pero mi papá sacó una calculadora  muy grande de su escritorio y comenzó a hacer cuentas de lo que representaba esa profesión, además de que tenía que hablar tres idiomas y estudiar en una escuela privada; al final me decidí por la abogacía. En el fondo me gusta mucho el turismo, pero amo el derecho”.

Originaria de la Ciudad de México, Miriam Cortés destacó que “asumir el cargo fue todo un reto, porque yo era la clásica abogada, la del traje sastre, medias, tacón y con el código en la mano. Es una experiencia muy padre, me divierte mucho, estoy en un lugar donde me dejan hacer todas las locuras que se me meten en la cabeza”.

Cortés Franco comentó que aún tiene varios retos personales y profesionales que enfrentar antes de retirarse a buena edad, poner su propia consultoría y “reestructurar a mi familia”, así como lograr que se reconozca al tiempo compartido como una actividad turística dentro de la Ley Federal de Turismo. (Marlene Hernández). 

 

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