Este tipo de eventos nos demuestran un par de cosas: la primera, que estamos en México ávidos de tener más y más oportunidades de aprender de grandes expertos internacionales y nacionales que están cambiando la forma en cómo vemos y gestionamos el turismo, y, por otro lado, la necesidad de reunirnos para darnos cuenta que, aunque los retos son muy grandes, existen personas, instituciones y empresas que estamos haciendo la diferencia.
Las casi 20 horas que compartimos en estos dos días de mayo en charlas, paneles y networking deben dejarnos una enseñanza: que unidos somos más. Casi nunca hablo en primera persona, pero hoy debo decir que para mí, más allá de estar contento por un evento con mucha convocatoria, me voy inspirado de saber que no estamos solos, y que hay de dónde echar mano para cambiar la realidad de nuestro turismo.
Por supuesto que hay temas complejos: desde la sobredensificación turística en muchos de los destinos del país, los recortes presupuestales en algunas dependencias clave, la situación laboral que tienen los y las colaboradoras en turismo, el crecimiento de las emisiones de gases efecto invernadero y sus consecuencias, el consumo acelerado de recursos y la pérdida de ecosistemas.
Pero también hay modelos que nos muestran el cómo sí se puede (un tema del que hace falta hablar más): Nueva Zelanda y su planeación a largo plazo y el análisis del tipo de turista que quieren, Colombia y sus rutas para recuperar la paz, el diseño integrado en el paisaje, los destinos como Sierra Gorda en Querétaro, Maya Ka’an en Quintana Roo y Calakmul en Campeche, que apuestan por un turismo diferente, y muchos más que pudimos conocer en el Sustainable & Social Tourism Summit.
Creo que como quintanarroenses debemos sentirnos orgullosos y satisfechos de tener eventos de esta categoría, pero también asumir la responsabilidad de que, en los próximos años, tengamos más casos que presentar y que presumir al mundo. Necesitamos menos empresas con sellos y certificaciones, y más que generen valor compartido, menos discurso y más resultados, menos conflictos y más soluciones, menos resultados cuantitativos y más cualitativos.
Si entendemos que la sustentabilidad más que una moda es la única forma de seguir hacia adelante, estaremos del otro lado; si comprendemos que para seguir en el mercado hay que ser más responsable, actuaremos en consecuencia; si logramos más colaboraciones público–privado–social, nos irá mejor, si pensamos en el destino más que en lo individual, tendremos un mejor futuro.
El principal resultado del Summit, a mi parecer, es habernos dado cuenta de que en este camino de la sustentabilidad no hay negro y blanco sino matices, y sobre todo que hay experiencias de las cuales aprender y replicar.
Sigamos promoviendo y fortaleciendo el trabajo en los aspectos ambientales y sociales del turismo; de ser así, a todos nos irá mejor.
*Director general de Sustentur, con más de 15 años de experiencia en el diseño de estrategias de turismo sustentable para destinos, empresas y organizaciones en México y Latinoamérica.