Revista Latitud 21

Startups fintech: ¿aliados o amenaza para la industria financiera?

Hoy en día México es uno de los foros más relevantes de Latinoamérica dentro del ecosistema de emprendimiento Fintech, definición que resulta de la unión de las palabras finanzas y tecnología. Esta poderosa combinación la hacen realidad los nuevos jugadores de la industria financiera llamadas startups, cuya oferta de servicios, apalancados en las nuevas tecnologías, resuelven desafíos puntuales de los bancos e industria de servicios financieros.

Según cifras del Banco Mundial, la tasa de desbancarización de adultos en México es de 63%, e incluye desde personas físicas de bajos recursos hasta pymes, por lo que un porcentaje alto de startups dirige sus esfuerzos a estos segmentos y así buscan incrementar el nivel de inclusión financiera en nuestro país.

En México hay 334 startups fintech que observan un crecimiento anualizado del 40%, según cifras del último Fintech Radar México elaborado por la organización Finnovista en colaboración con el Banco Interamericano de Desarrollo. Solo estamos por debajo de Brasil que tiene 377 startups en el ecosistema financiero.

Y a todo esto, ¿qué servicios ofrecen estas startups? El rubro más relevante es el de pagos y remesas, le siguen préstamos, gestión de finanzas empresariales y personales, crowdfunding, así como tecnologías empresariales para instituciones financieras.

México se está convirtiendo en uno de los principales Fintech Hubs mundiales y es un tema que la banca tradicional no puede y no debe ignorar; afortunadamente varias instituciones financieras, fondos de inversión y aceleradoras corporativas ya colaboran con estos nuevos jugadores. Esto ha permitido fomentar la innovación y robustecer este ecosistema en pro de mejores servicios.

Programas de Aceleración 

Corporativos

Una de las iniciativas que han adoptado los corporativos para acelerar la innovación en las organizaciones y evolucionar su oferta de valor son los Programas de Aceleración; estos permiten incorporar a la organización talento externo, nuevas tecnologías y modelos de trabajo, con el fin de resolver en conjunto desafíos específicos de la industria o de la misma organización.

Para este objetivo, las empresas se apoyan en aliados como las aceleradoras corporativas, quienes articulan colaboraciones entre los desafíos que desea resolver la compañía y las startups con soluciones potenciales para estos retos.

El formato de un Programa de Aceleración se ejecuta en alrededor de cuatro meses, tiempo en el que los corporativos abren sus puertas a las startups y les brindan los recursos, infraestructura y clientes para realizar pilotos en conjunto, con el fin de validar su oferta de valor.

Si bien se estiman cuatro meses para la ejecución de los pilotos, un Programa de Aceleración completo puede durar más de seis meses, cubriendo las diferentes etapas entre las que comúnmente se encuentran:

Planeación. Identifica los desafíos que desea resolver el corporativo a través de la exploración de nuevas soluciones que ofrecen las startups.

Scouting. La aceleradora corporativa inicia el scouting de las startups y valida previamente la situación de la startup en diferentes dimensiones, dependiendo de los criterios que haya estipulado el corporativo. Los criterios pueden ir desde el nivel de maduración de la startup hasta el monto de inversión que han levantado.

Selección. El corporativo elige aquellas startups con las que desea realizar un piloto y valida ciertas hipótesis, ya sea para un nuevo modelo de negocio, para la optimización de procesos y nuevos canales de distribución, entre otros.

Ejecución. Formalmente es el periodo de ejecución del piloto, en donde se aplica la solución propuesta de la startup a los clientes del corporativo y se recopilan los aprendizajes, tanto para la startup como para el corporativo. En esta etapa también se hacen ajustes del producto y/o servicio.

Resultados. Se presentan los resultados de los pilotos obtenidos por cada startup y los corporativos. Estos resultados permitirán a la empresa ofrecer a la startup el modelo de colaboración que haga sentido para ambas partes. Dicha colaboración puede ser desde un contrato de proveeduría, una alianza o hasta recibir una inversión. Incluso, puede haber resultados que comprueban la inviabilidad de realizar una colaboración entre startup y corporativo.

Estos son algunos de los beneficios que obtienen los corporativos con los Programas de Aceleración: fortalecimiento de la cultura de innovación interna, un nuevo mindset para los empleados y los altos directivos al colaborar con jóvenes talentos que tienen formas de pensar muy diferentes a los perfiles corporativos.

Con la segunda edición de nuestro Programa de Aceleración 2018 con startups, en SURA Asset Management reforzamos el compromiso con nuestros clientes buscando mejorar y evolucionar la oferta de valor para ofrecerles la mejor experiencia. Asumimos la responsabilidad de apoyar al ecosistema Fintech, al que vemos no como una amenaza, por el contrario, le damos la bienvenida para que juntos transformemos la industria financiera con el fin de elevar el nivel de educación, ahorro e inclusión financiera en nuestro país y el resto de Latinoamérica.

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