- Amador Gutiérrez Guigui
- agutierrez@latitud21.com.mx
- @AmadorG_G
Estamos ciertos de que la construcción del Tren Maya será de alto beneficio económico para Quintana Roo y los estados del sureste mexicano; sin embargo, el proyecto no ha estado exento de retrasos y cambios, y ha dejado entrever una falta de planeación que puede convertirse en un gran problema.
En días pasados fue relevado Rogelio Jiménez Pons como el titular del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur); su nuevo director general, Javier May Rodríguez, en su primer encuentro con los medios de comunicación dio a conocer un cambio más en el trazo del Tramo 5 norte, el cual significó la suspensión del boulevard elevado que atravesaría la mancha urbana y se extendería ocho kilómetros en dirección hacia Cancún, a la altura de Playa del Carmen, donde se construía desde hace más de dos meses.
Esta modificación es la séptima en la planeación del trazo original, pero la primera que implica suspensión de una obra ya con avances en esta magna obra federal. Antes se canceló la idea de un tren elevado y correría a ras de tierra, también se movió a un costado de la carretera para correr paralela a la autopista 307.
Ahora un nuevo trayecto que extraoficialmente se sabe que se ubicará a siete kilómetros costa adentro, a través de terrenos particulares y tierras del ejido de Puerto Morelos.
Tampoco habrá estación en el Aeropuerto Internacional de Cancún. Hoy se sabe que la estación está planeada para ubicarse fuera de la terminal aérea. También en Yucatán y Campeche hubo cambios al trazo original.
Pero concentrándonos en Quintana Roo, Fonatur informó que las tierras de tres municipios (Solidaridad, Puerto Morelos y Benito Juárez), incluidos 198 predios contenidos en la Declaratoria de Utilidad Pública, serán evaluadas por el Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales (Indaabin) y bajo dichos términos se negociará el pago a sus posesionarios.
Y aunque aseveró que hay acuerdo con la mayoría de los posesionarios de esas tierras, gran parte de hoteleros, la valuación podría ser motivo de desacuerdo.
Así pues, este Tren Maya viene cargado de expectativas económicas que en mucho apoyarían la recuperación del estado, pero también una aparente falta de planeación y asistencia técnica que pone en duda la capacidad técnica del magno proyecto.
El “tren de la esperanza” se puede convertir en una pesada carga para los contribuyentes, la ecología, la viabilidad financiera y la sustentabilidad de la Riviera Maya.
Esperemos que se corrija su forma de construcción y sea la palanca de desarrollo que tanto necesitan Solidaridad, Tulum y Benito Juárez.
En esta edición de la revista Latitud 21 llevamos a un pionero de estas tierras en lo turístico, y sobre todo de la Riviera Maya, que hoy ve realidad una acción más del proyecto que inició hace unos ayeres, llamado Puerto Aventuras. Román Rivera Torres nos platica de su sueño que sigue creciendo en pro de la historia de Solidaridad.
También incluimos una entrevista exclusiva con Jesús Rosano, otrora director del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, quien en su momento fue director de Turismo de Cancún.
Sigamos apoyando la economía local y el crecimiento responsable de la entidad, aunque nos regimos por un Semáforo Epidemiológico, tenemos que continuar generando fuentes de empleo para un país mejor.
- Carta del Director
- agutierrez@latitud21.com.mx
- X: @AmadorG_G