Necesidades y realidades

por ahernandez@latitud21.com.mx
  • Nelly García
  • ngarcia@latitud21.com.mx

Por mucho tiempo continuará permeando la noticia de los 53 migrantes fallecidos en un tráiler abandonado en Texas; la mayoría de ellos eran mexicanos, pero también había guatemaltecos, hondureños y de otras naciones hermanas de este continente; había padres, hermanos, hijos, todos, en busca de ese sueño americano, en pos de mejores condiciones de vida; en el anhelo de ayer lejos de su tierra natal oportunidades que sus gobiernos no pueden darles, empleos que sus autoridades no pueden abrir y en muchos de los casos también, seguridad que ninguna corporación puede garantizar. 

Es preciso que las autoridades de México y de los países de donde migraron estas personas a quienes sus familiares no volverán a ver, dejen de repartir culpas; es cierto, sí, los “coyotes” desalmados que trafican a diestra y siniestra con la necesidad de estas personas, están en el centro de este negocio que deja millonarias ganancias y muerte por todos lados. Pero la responsabilidad de origen está en los gobiernos que no garantizan oportunidades y garantías para que la gente no quiera irse de sus lugares de origen. 

En el sureste de México y la península de Yucatán hay una luz de esperanza; o al menos, muchos la tienen con los proyectos que vienen: el Tren Maya, sin duda es el principal, ya que según la apuesta del gobierno federal, es para generar mejores condiciones en las comunidades y pueblos marginados, que el turismo y el desarrollo económico llegue a familias que han sido olvidados por mucho tiempo. 

En Quintana Roo, con un nuevo aeropuerto y con otras obras como el Puente Vehicular en la Laguna Nichupté y la rehabilitación en la entrada a Cancún, son otros proyectos que se ven cerca por fin, después de anunciarlos tanto, y que permitirán en lo inmediato fuentes de empleo. 

Pero es preciso que las autoridades, como las próximas a gobernar Quintana Roo y otros estados que cambiarán de administración en unos meses, definan estrategias que incentiven la economía local, que dinamicen los negocios, que haya pues oportunidades reales para todos; que se disminuyan los índices de violencia, porque hay que decirlo, son alarmantes; con callarlos, no se borrarán de la realidad.

Es preciso también que los nuevos legisladores asuman el rol que les toca y se dediquen a presentar iniciativas que sí beneficien a quienes les dieron el voto para ocupar sus curules, más allá de devengar un salario sólo por levantar la mano para validar o desechar propuestas a modo.

Por lo pronto, la Corte Suprema de Estados Unidos se decantó a favor del gobierno de Joe Biden respecto al programa Quédate en México y con ello le permitió acabar con este mecanismo migratorio que obliga a los solicitantes de asilo en ese país a esperar en territorio mexicano hasta que su caso sea resuelto, proceso que puede demorar meses o años. Ojalá que esto abra la puerta a mejores condiciones para los migrantes, pero sobre todo, ojalá que cada vez haya menos gente queriendo marcharse de su país hacia un futuro incierto.   

Nelly García
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