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Revista Latitud 21
Categoría:

Cuarto de Huéspedes

El turista del futuro

por Latitud21 Redacción 2 julio, 2015

 

Hace unas semanas encontré uno de esos reportes que nos hacen reflexionar sobre el futuro de los viajes y el turismo, y sobre el poco o mucho trabajo que llevamos para atender las tendencias actuales del mercado.

El reporte, elaborado por la empresa más importante de tecnologías de viajes a nivel global, Amadeus, se titula Future Traveller Tribes 2030, Understanding Tomorrow’s Traveller, y hace un análisis de cómo será el mundo en el 2030 y cómo viajarán las personas dentro de 15 años.

Basado en el concepto acuñado por Seth Gordin de “tribus”, el reporte define seis características de viajeros de acuerdo a sus valores, comportamientos y necesidades. Los nuevos viajeros se dividen de la siguiente manera:

1. Los simplicity searchers, que tratan de complicarse lo menos posible cuando viajan y dejan a un tercero la organización de sus vacaciones, lo que representa una nueva oportunidad para los agentes de viajes especializados para sugerir, reservar y vender viajes. ¿Quién dijo que las agencias de viajes habían muerto?

2. Los cultural purists, que buscan realizar viajes donde se involucren directamente en el estilo de vida local, conviviendo con las comunidades y viviendo experiencias como si fueran uno más en el lugar que visitan.

3. Los social capital seekers, quienes obtienen el valor de su viaje en la forma en como dejan algo en la comunidad, y usan los medios digitales para informar de los beneficios locales o ambientales que genera su viaje. Son asiduos a escribir blogs de viaje y utilizan el boca a boca para recomendar sitios donde su visita represente beneficios tangibles.

4. Los reward hunters, con un estilo de vida basado en el bienestar físico y mental, generalmente viajeros de muy alto poder adquisitivo, que vacacionan para relajarse, tener experiencias gastronómicas únicas y desintoxicarse de la vida de la ciudad, obteniendo en cada sitio una recompensa única de acuerdo a su estilo de vida.

5. Los obligation meeters, viajeros cuyo objetivo principal de viaje es hacer negocio, y buscan contar con espacios cómodos para trabajar, tener citas y cerrar acuerdos comerciales con socios.

6. Y por último los ethical travellers, quienes son conscientes del impacto que genera su viaje y buscan de cualquier forma minimizar sus impactos ambientales (por ejemplo, midiendo su huella de carbono y compensando con proyectos de reforestación) y maximizar el impacto social de sus vacaciones.

Como se puede apreciar, en la mayoría de los casos la sustentabilidad es un factor clave, y en el futuro (aunque ya muchos empiezan a hacerlo hoy) buscarán especialización, uso de las tecnologías y tener un impacto positivo durante sus vacaciones.

¿Estamos desde el sector público, privado y social atendiendo esta demanda de viajeros y preparando nuestros destinos, empresas y comunidades para atenderlos? Vale la pena hacer una reflexión profunda al respecto, y prepararnos para lo que viene.

Si no, nos quedaremos fuera del mercado.

 

*Director general de Sustentur, con más de 15 años de experiencia en el diseño de estrategias de turismo sustentable para destinos, empresas y organizaciones en México y Latinoamérica.


¡Hagámonos cargo de nuestro destino… turístico!

por Latitud21 Redacción 1 julio, 2015

En Contorno nos hemos especializado cada día más en los temas sobre turismo, por lo que constantemente realizamos investigaciones sobre el “estado del arte” en este sector de la actividad económica. Un tema que llama nuestra atención y ocupa nuestro tiempo es el que se conoce internacionalmente como Destination Management Organizations (DMO), que son entidades públicas, privadas o mixtas abocadas a la gestión de destinos turísticos, en donde la participación de la sociedad civil es un elemento característico y distintivo.

Me invitaron a participar en el evento KULTUR 2015, en el maravilloso San Miguel de Allende, coordinando un panel denominado Destinos Turísticos y Sociedad Civil, en el que se trataba de cambiar impresiones acerca del tema y de  algunas experiencias en el mundo relacionadas con la participación activa de la ciudadanía en el manejo de destinos turísticos.

Para abordar el tema que me correspondía en relación con el turismo, debía hacer referencia a la democracia y al concepto de ciudadanía. Estoy convencido de que la democracia solo se fortalecerá el día que entendamos que ser un ciudadano demócrata no se agota en la elección de nuestros gobernantes o representantes, sino que implica participar cotidianamente en la toma de decisiones, en la exigencia permanente de rendición de cuentas y en el mejoramiento de nuestro entorno y de quienes nos rodean. Ir mucho más allá de enviar “memes” y ocuparnos de que las cosas que no nos gustan cambien y lo que no funciona, funcione mejor. Y en la actividad turística no tendría por qué ser la excepción.

Como un buen ejemplo hablé del concepto de los DMO, a los que en Contorno identificamos como Organismos de Gestión de Destinos (OGD). Se trata de organizaciones dedicadas a consolidar el destino turístico, promover la venta de sus productos y servicios y trabajar por el mejoramiento de las condiciones de vida de sus comunidades. Se constituyen a partir de la iniciativa del gobierno local y/o de la ciudadanía, por miembros de todos los ámbitos de la actividad económica (conscientes de la forma en que el turismo los beneficia) y se financian con aportaciones públicas y privadas, así como con sus propios ingresos, siendo administradas por un consejo directivo representativo de la sociedad local y con equipos directivos especializados y de gran nivel profesional.

Me referí como ejemplo al organismo Turisme de Barcelona (http://www.barcelonaturisme.com/), que cumple con las funciones descritas en beneficio del desarrollo turístico de esa hermosa ciudad catalana. Busca consolidar el destino como uno muy atractivo, atraer más turistas y hacer más rentable el “producto Barcelona”. Al observar a su membresía, descubrimos como uno de los aspectos más innovadores el hecho de que de sus 676 miembros, 36% son establecimientos comerciales, 22% restaurantes, 17% sitios de alojamiento, 11% sitios culturales y de esparcimiento y el resto diversas instituciones y empresas. Todos ellos están representados en su consejo y será este (no el gobernador o el presidente municipal) quien decida quién debe dirigirlo y cómo deberá de trabajar.

Inició actividades en 1994 con un presupuesto de 4.1 millones de euros, hoy cuenta con 35 millones, de los cuales el 95% lo obtiene con ingresos propios, provenientes de sus operaciones promocionales y comerciales. Basta una breve visita a su sitio para constatar lo agresivo, moderno y profesional del enfoque con el que promueve su ciudad.

Hablé de otro ejemplo conformado por NYC and Co. (www.nycandcompany.org), el organismo oficial para la promoción y desarrollo de Nueva York como destino turístico, el cual -valga citarlo como  ejemplo- generó en 2014 recursos por más de 35 millones de dólares, de los cuales 12.3 millones fueron fondos de la ciudad de Nueva York. No dejen de visitar el sitio para poder valorar la importancia de este esfuerzo ejemplar.

Me pregunto si, como parte de este proceso de modernización turística sin precedentes, no llegó también la hora ciudadana para el sector turístico mexicano y si no serían quizás mucho mejor aprovechados recursos como los que genera el impuesto al hospedaje, utilizándolos para animar a una organización en la que la ciudadanía “se haga cargo de su destino”.

 

 

Presupuesto “base cero” 2016

por Latitud21 Redacción 1 junio, 2015

Todos tienen versiones distintas de lo que significa o es el presupuesto “base cero”. Se ha generado una polémica inaudita y tenemos versiones positivas y negativas al respecto; unos dicen que no se puede, porque hay gasto ya etiquetado y no hay forma de moverse, otros dicen que es una nueva forma de ver las cosas, es un borrón y cuenta nueva.

Hoy en México es temporada de cacería electoral y pareciera que estamos como en aquella caricatura de Bugs Bunny, en la que durante la temporada de cacería el mismo Bugs Bunny y el Pato Lucas querían confundir a Elmer si era temporada de patos o de conejos, la caricatura termina demostrándole a Elmer que era temporada de cazar a Elmer. Por tanto, en esta época todo hay que criticarlo, ponerle colores y etiquetas partidistas, el fondo verdaderamente no importa y más cuando la presente legislatura está por terminar y ya no les importa a nuestros diputados nada, todo será bronca de los próximos legisladores electos.

Considero que si se siguiera la idea de hacer un presupuesto “base cero”, sería un muy buen ejercicio para romper la inercia de gasto del gobierno en cada una de las dependencias.

Hoy por hoy, en muchas dependencias del gobierno federal las unidades administrativas no conocen ni son responsables del gasto de sus áreas, y bajo la regla de que si no sabes en qué gastas es imposible ahorrar o cortar el gasto, si se lleva a cabo el ejercicio de que todos hagan un presupuesto nuevo y real se empezará por el principio de conocer su gasto real.

Otro aspecto que puede ser benéfico a las finanzas públicas es que, como  lo marca el Plan Nacional de Desarrollo y toda su normatividad en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), todas las dependencias deberán de buscar la eficiencia a través de mejorar sus procesos, costearlos, automatizarlos, balancear las cargas de trabajo y revisar sus estructuras organizacionales, lo que lograría estructuras burocráticas más pequeñas y eficientes, y si a esto le añadimos que hay que orientar todos los procesos a la atención del ciudadano y que es necesario cumplir con la política digital, que indica automatización y datos abiertos, tenemos una fórmula virtuosa que ayudaría a que las unidades administrativas de las dependencias se vean trabajando con presupuestos orientados a una gestión por resultados, lo que además cumpliría con la transparencia y la rendición de cuentas.

El ejercicio de hacer un presupuesto “base cero” a mi entender es un elemento operativo que ayuda a romper y adecuar el monstruoso monopolio burocrático-gubernamental que arrastramos de años, sería una de las palancas para cambiar la forma de administrar las dependencias; otra de las palancas van a ser las nuevas políticas anticorrupción. Ante lo complicado de la administración pública no hay una sola acción que pueda resolver toda esta maraña.

Si lo que dijo el presidente Peña Nieto, en su declaración de Panamá hace unos días, es cierto, tenemos que en cada uno de los sectores económicos de nuestro país luchan dos monopolios: los privados, representados por los empresarios queriendo mover las políticas a su favor y obtener los contratos del erario, y enfrente la secretaría o dependencia que controla y ejerce las políticas públicas. En este choque de trenes, los privados luchan con modernidad y presiones económicas, las dependencias luchan con regulaciones y burocracia. Ahí es donde la implementación de las reformas se estrella.

Con esta óptica considero que valdría la pena hacer un replanteamiento estratégico de todos los sectores y de las mismas secretarías para desde ahí darle un verdadero sentido al presupuesto “base cero”.

Estamos en el verdadero proceso de implementar las reformas que cambiarán a México, valdría la pena traer a la mesa una nueva versión del Pacto por México, entre el Poder Ejecutivo, sectores económicos y la academia (por favor no lleven ni a legisladores ni a partidos políticos a complicar las cosas), para trabajar con esta meta y así crear un círculo virtuoso en este proceso del presupuesto de 2016.

Ahí está la idea para que la piensen el presidente Peña Nieto, Aurelio Nuño, Luis Videgaray,  Alfonso Navarrete Prida, Idelfonso Guajardo; por el sector empresarial Gerardo Gutiérrez Candiani y en la academia Carlos Reta, del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP), es una oportunidad de oro para hacer una nueva administración pública.

Globalización y cultura

por Latitud21 Redacción 1 junio, 2015

Hoy en día el término globalización es de uso común, tan común que no nos detenemos a pensar en su significado, lo damos por entendido. Monetariamente hablando, el término globalización se resume como los actos de comprar, vender, producir o transformar productos donde resulte económicamente más viable.

No obstante, este concepto se puede llevar a cualquier ámbito de nuestra vida. Y es que inmersos en una revolución tecnológica y de información tan relevante, podemos enterarnos de lo que sucede en otras latitudes de manera inmediata, en el momento justo de los acontecimientos.

El mundo se ha ido haciendo cada vez más global, apoyándose en los avances de la ciencia y la tecnología, con grandes aportaciones de la informática, la robótica y las telecomunicaciones, entre muchas otras disciplinas.

En el mismo orden de ideas, podemos conocer los usos y tradiciones de otros países sin necesidad de viajar hasta ellos. Las distintas culturas, entendidas como el conjunto de elementos que cohesionan e identifican a un determinado grupo humano, se complementan y en el mismo sentido se transforman, adoptan y adaptan características innatas de otras zonas geográficas. Y es que hoy podemos comer una pizza mexicana, ponerle picante al sushi y guacamole a una hamburguesa. En otras palabras, las costumbres de distintos países se modifican con el tiempo, adhieren características de otras latitudes y, en ese orden de ideas, hacen crecer las culturas ya existentes. Esto también es globalización.

Sin embargo, este beneficio para los empresarios de todo el mundo al mismo tiempo se convierte en un reto, pues es preciso “tropicalizar” los productos y servicios para poder llegar a los siete mil millones de personas que habitamos este planeta. Y es que en la actualidad competimos no solo con nuestro vecino, o con quien vive en el mismo estado, o habita el mismo país, sino con literalmente todo el mundo.

La buena noticia es que esos competidores al mismo tiempo son también posibles consumidores.

Solo como ejemplo, ya quiero ver que un alemán quiera desayunar chilaquiles con pollo, que a un holandés se le antojen unos tacos de suadero, o que a un japonés le apetezca cenar un tamal con atole.

En este sentido tenemos un reto importante como mexicanos: hacer que nuestros productos lleguen a otras latitudes e invadan los gustos de personas de otros países.

Tropicalicemos nuestros productos y servicios, llevémoslos a “mundos nuevos”. Hagamos que las culturas de otros lugares adquieran costumbres mexicanas y permitamos que los usos de países lejanos se introduzcan en nuestro día a día.

Hoy, con sistemas de transporte tan eficientes y con operadores logísticos expertos en el movimiento de carga internacional, llevar productos de un país a otro es una actividad sumamente cotidiana.

De la misma manera, para muchas empresas de todo el mundo la logística se ha convertido en un proceso cada vez más importante al momento de agregar valor, y dicho valor se añade cuando los clientes prefieren pagar más por un producto que lo que cuesta ponerlo en sus manos. Ese es el valor de la logística internacional y del comercio exterior.

*Subdirector comercial Palazuelos Hermanos

Más allá de los programas de “reuso de toallas”

por Latitud21 Redacción 4 mayo, 2015

Probablemente cuando nos preguntan si al viajar hemos visto empresas que cuidan el medio ambiente, lo primero que nos viene a la cabeza son estos programas, ya extendidos en la gran mayoría de los hoteles, que nos invitan a reusar nuestras toallas y blancos para ahorrar agua. Y aunque este tipo de estrategias puntuales son cada día más comunes en las empresas de turismo, siguen muy alejadas de las acciones que los líderes del sector realizan en la búsqueda de un Modelo de Negocio Sustentable.

A finales de 2012, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), en conjunto con la organización Nordic Innovations, se dio a la tarea de encontrar 28 empresas en 10 países (incluido México), que estuvieran cambiando la forma de hacer turismo, generando negocio (por supuesto), pero yendo más allá de la obtención de certificaciones ambientales o sociales, es decir implementando un modelo de negocio basado en la sustentabilidad.

El estudio se llama Green business model innovation in the tourism and experience economy, y rescata casos de éxito de empresas alrededor del mundo que comprendieron que la sustentabilidad debe ser la base de su negocio, y que obtienen mayores ingresos y muy buenos resultados en la gestión. Es importante recalcar que en el caso de México se eligieron como modelo dos empresas de Quintana Roo y un Centro de Exposiciones de la capital del país.

El estudio señala que en general en el ámbito del turismo las empresas que implementan acciones sustentables lo hacen de forma “defensiva y pasiva”, es decir, por presión de otros o por cumplir leyes y normas, de ahí la importancia de identificar organizaciones “activas e innovadoras”.  Las preguntas que me hago y les invito a que nos hagamos en conjunto son, ¿qué hacen estas empresas turísticas para ser consideradas innovadoras en turismo? y ¿qué tan lejos estamos de tener más empresas innovadoras y con modelos de negocio sustentables en Quintana Roo?

Las estrategias más interesantes que implementan las empresas en estos diez países seleccionados son: diseño y construcción sustentable; educación, tanto a sus colaboradores como al turista e incluso a la comunidad;  desarrollo de negocios para solucionar problemas ambientales; integración de sustentabilidad en la cadena de valor y por último, pero no menos importante, las alianzas estratégicas con las ONG que ya tienen programas de sustentabilidad en la región.

¿Cómo identificar entonces si nuestra empresa es innovadora y tiene un buen modelo de negocio sustentable? El documento incluye una encuesta muy sencilla, que les recomiendo hacer, para saber si las acciones que estamos llevando a cabo en sustentabilidad inciden en cuatro temas: a) la creación de nuevas ofertas (diversificación), b) el enfoque al cliente y sus necesidades (investigación), c) la operación y disminución de costos (tecnología y procesos) y d) las alianzas estratégicas de valor (vinculación con la comunidad).

Si logramos que nuestras organizaciones cumplan con estas metas, pasaremos de ser de las empresas del montón con los típicos programas de ahorro de recursos a ser reconocidos como empresas innovadoras en turismo sustentable, y créanme que eso paga, y paga bien.

*Director general de Sustentur, con más de 15 años de experiencia en el diseño de estrategias de turismo sustentable para destinos, empresas y organizaciones en México y Latinoamérica.


Quintana Roo, puente de diálogo entre América Latina

por Latitud21 Redacción 4 mayo, 2015

Las características propias de América Latina, las cuales incluyen una vasta riqueza de capital humano y recursos naturales, así como diversidad y dinamismo económico y político, impulsan a nuestra región hacia la generación de condiciones propicias para la atracción de inversiones y su inserción como un actor clave en el proceso de globalización del siglo XXI. Además, en los dos últimos años México logró consensar una serie de reformas económicas que, a través de la modernización de sectores estratégicos, sientan las bases para que las futuras generaciones de mexicanos puedan acceder a más y mejores oportunidades que impacten de manera positiva en su calidad de vida.

Con escenarios promisorios en nuestro país y en la región, México tiene el honor de dar la bienvenida a la décima edición del Foro Económico Mundial en su version América Latina, que se llevará a cabo en Riviera Maya, Quintana Roo, del 6 al 8 de mayo, con la presencia de más de 750 participantes, entre los que destacan jefes de Estado, presidentes de compañías multinacionales, académicos y líderes de opinión, quienes tratarán temas de vital importancia para la región.

Este evento de gran impacto regional constituye una plataforma ideal para abordar cuestiones clave como la necesidad de aumentar la productividad y la competitividad, facilitar el acceso a nuevas oportunidades de inversión e identificar nuevas acciones hacia una mayor inclusión social, que permitan un desarrollo sostenible y el progreso humano de forma integral en la próxima década.

Quintana Roo, una de las entidades más seguras del país, cuenta con una importante infraestructura capaz de albergar eventos de talla mundial y una estratégica conectividad aérea que la posiciona como uno de los destinos turísticos líderes en América Latina y en el mundo, por ello es el escenario perfecto para este tipo de encuentros. Ya en el pasado fue anfitrión de importantes eventos de diálogo multilateral, como la quinta Conferencia Ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC), la Conferencia del Cambio Climático (COP 16), la Cumbre de Líderes de América del Norte y la XXI Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe como parte de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

La realización del Foro en Quintana Roo se debe en gran medida al cabildeo que desde su versión en Panamá en 2014 llevó a cabo el gobernador del estado, Roberto Borge Angulo, de la mano del Gobierno de la República, la Secretaría de Relaciones Exteriores y ProMéxico.

El Foro se da en un momento de gran oportunidad y cambios en la región. Por un lado está la reciente elección del exministro de Relaciones Exteriores de Uruguay, Luis Almagro, como nuevo secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA). Almagro ha dicho que trabajará para que el organismo vele por los intereses de las mil millones de personas que habitan el continente americano, con el pragmatismo, la búsqueda de la unidad y la solidaridad como ejes de su gestión.

Por otro lado está la reciente Cumbre de las Américas que se llevó a cabo en Panamá en abril, y en donde por primera vez participó Cuba. Más allá del encuentro histórico entre Raúl Castro y Barack Obama, las conclusiones de Panamá dejan ver que hoy en América Latina hay un amplio diálogo entre diversas corrientes políticas y sobre todo interés por discutir temas de trascendencia en materia de educación, innovación, tecnología, derechos humanos y seguridad ciudadana.

Mediante la coordinación de esfuerzos entre actores de los tres niveles de gobierno y la iniciativa privada, México se consolida como un ejemplo del potencial y capacidad de construir una economía sostenible que permita el desarrollo social de sus habitantes y así mejorar su calidad de vida. Sin lugar a dudas, el país reúne las condiciones necesarias para ser una potencia emergente en el siglo XXI y compartir experiencias de éxito durante el Foro Económico Mundial de Latinoamérica 2015.

*Internacionalista, Washington, DC.

 

 

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