viernes, mayo 23 2025 •  Latitud 21 • Emprendedores y Negocios en el Caribe Mexicano
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Revista Latitud 21
Categoría:

Marcos Constandse Madrazo

Ingeniero de profesión, Marcos Constandse Madrazo, además de ser uno de los pioneros en el Caribe Mexicano e impulsor de conceptos únicos para la atracción del turismo, es un escritor que comparte su filosofía de vida, fragmentos de la historia y crecimiento de este destino. Una de sus obras es “Ecología y Espiritualidad”, en la que aporta su interesante visión y propuestas para avanzar en el desarrollo económico de la región, privilegiando acciones que moderen y regulen el consumo, para reducir la huella ecológica, a fin de preservar lo más valioso de la humanidad y que está bajo profunda amenaza: el medio ambiente.
Hoy más que nunca este tema cobra relevancia, por lo que en cada edición de Latitud 21 incluiremos fragmentos de esta publicación. Búscalo completo en nuestra web: www.l21.mx.

Capitulo XIII • Libertad

por ahernandez@latitud21.com.mx 1 junio, 2022

 

    Para mí, la libertad es primero, el fin primordial y, segundo, el medio principal del “desarrollo sustentable”. En este sentido, por ejemplo, el PIB (Producto Interno Bruto) de un país no es el fin último de sus políticas económicas, sino un medio de enorme importancia para el fin último del hombre que es la libertad. Uno conlleva al otro, pero se diferencian en valor. El papel de la libertad está directamente relacionado con la importancia de las libertades fundamentales que ennoblecen la vida de la persona, en su evolución de bestia a humano.

No existe verdadera libertad en el hombre cuando hay desnutrición, insalubridad, mortalidad prematura; ni cuando por ignorancia se es incapaz de escribir, leer y calcular.

Hablar de la libertad como concepto genérico nos llevaría a terrenos de difícil acceso. Por eso, trataremos de las libertades instrumentales que nos permiten sentar bases a lo que definiremos como el “espíritu de la libertad». Para eso, analizaremos:

1. Las libertades políticas

2. Los servicios económicos

3. Las oportunidades sociales

4. Las garantías de transparencia

5. La seguridad protectora

Estos elementos integrados o conectados entre sí forman el tejido instrumental en el que se sustenta la libertad individual.

1.- Las libertades políticas. Incluyen los derechos humanos ya definidos en la carta correspondiente de la ONU. Se concretan en el derecho y obligación que tienen los individuos de decidir quién los debe gobernar y con qué principios, y abarcan la posibilidad de investigar, criticar, y poder defenderse de la autoridad, con libertad de expresión y sin censura de prensa. En las diferentes experiencias de la humanidad, estos valores se encuentran definidos en las democracias.

2. Los servicios económicos. Se concretan en la oportunidad de los individuos de utilizar los recursos económicos en producir, distribuir, realizar intercambios y consumir. Esta capacidad u oportunidad varía de un individuo a otro e influye en los precios relativos, el funcionamiento y estabilidad de los mercados y las políticas fiscales y gubernamentales. Es claro que mientras mayor sea el PIB de un país, mayor será la oportunidad de los individuos. De la misma manera afecta la disponibilidad del dinero a través del crédito y del ahorro interno y personal.

3. Las oportunidades sociales. Cada familia y cada individuo posee su «patrimonio social», que está constituido por sus oportunidades de estudio, de cuidar su salud, de relacionarse comercialmente, etc., este patrimonio influye en mayor o menor grado en cada persona y se puede ver afectado por los factores políticos del país. El analfabetismo y la ignorancia son factores sumamente contrarios a este patrimonio, así como la falta de libertad de expresión.

4. Las garantías de transparencia. Esto significa el derecho del individuo a la información veraz. Cuando por ejemplo un gobierno o partido político promete una postura económica u honradez en el manejo de los fondos públicos y no lo cumple, atenta contra la libertad de los ciudadanos, y si oculta y coacciona para no revelar la verdad, atenta contra la justicia que es instrumento de libertad.

5. La seguridad protectora. Ésta se manifiesta en dos sentidos englobados en el estado de derecho: a) la seguridad e integridad física de los ciudadanos, para lo cual se tiene que crear una red protectora de ese derecho, y b) acceso a la educación y a la salud, como derechos inalienables de la libertad.

En este último factor es donde más claramente se establece la relación entre ecología, espiritualidad y libertad. Todos los factores influyen en el concepto de desarrollo sustentable, pero la realidad actual demuestra que sólo en los países democráticos y con libertades y derechos se están llevando a cabo acciones concretas en favor del medio ambiente, aunque son también las naciones más desarrolladas industrialmente las que más contaminan la biosfera. Existe una prueba latente y lacerante de cómo se relacionan las libertades con la ecología y se dio en la antigua URSS cuando, al abrirse al mundo, se hizo público algo que se sabía y fue el precio ecológico que el país pagó por su desarrollo.

Ahora bien, es obvio que libertad es un concepto filosófico y, como tal, perteneciente al caudal del espíritu humano. La libertad es un derecho inherente al espíritu; sin libertad, el espíritu no se desarrolla, no evoluciona ni se realiza. Eso hace que este capítulo sea uno de los más importantes, pues toca el fundamento y en última instancia el sentido de la humanidad, el imperativo ético, que nos exige respetar el derecho de los demás y define nuestras obligaciones. Cuando hablamos de ecología, no sólo hablamos de nuestros derechos, sino de los de nuestros hijos y del género humano en conjunto. Si, como hemos visto, ecología y libertad se interrelacionan, una depende de la otra, entonces al degradar el medio ambiente se limita o quizá se pueda llegar al grado de suprimir la capacidad humana de autorrealización en libertad, que es lo que le da sentido a la vida humana. Ahora, si nos damos cuenta de que al contaminar y depredar estamos afectando no sólo el presente, a nosotros mismos, sino también al futuro, cobraremos conciencia de que las generaciones que nos siguen comenzarán con menos medios naturales disponibles que nosotros, aunque con más tecnología. 

De esta forma, al plantear la libertad como un fin del hombre y del desarrollo, estamos estableciendo una congruencia con toda la corriente humanística de la evolución humana y dándole a la relación espíritu-libertad-ecología la importancia que le nuestras vidas diarias.

Notas al margen

Libertad: Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos.

Facultad que se disfruta en las naciones bien gobernadas, de hacer y decir cuando no se oponga a las leyes, ni en las buenas costumbres.

Las cuatro libertades: religiosa, económica, política, de palabra y prensa.

Libertinaje: Desenfrenada contravención a las leyes y a las buenas costumbres. 

Degradar: Humillar, rebajar, envilecer.

Capitulo XII • Globalización

por ahernandez@latitud21.com.mx 1 junio, 2022

 

Ya desde la década de los cincuenta se empezó a hablar de una nueva “visión del mundo”, más unificada, más global, producto del desarrollo de las tecnologías de comunicación. El proceso ha sido mucho más rápido y extenso de lo que se preveía en esa época, de tal forma que una sola generación ha tenido la oportunidad de verlo y vivirlo. La globalización ha generado la visión de que todo el mundo es como “una aldea global”: por la comunicación instantánea todo lo que sucede en cualquier lado del mundo se sabe y además afecta nuestro mundo cotidiano. Este fenómeno lo analizaremos desde el punto de vista de los cinco factores que consideramos fundamentales del siglo XXI.

1. Globalización y economía. Éste es un factor que a partir de 1990 nos ha traído a todos preocupados y desconcertados. ¿Por qué la caída de la bolsa en Rusia puede provocar una crisis en Brasil, afectando a toda Latinoamérica?; ¿Por qué el discrepando de valoración del real afecta a Argentina y a toda Latinoamérica?; ¿Por qué la crisis de los bancos japoneses, producto de su revaluación de bienes raíces, afecta a todo Oriente y Occidente? ¿Qué acaso no es suficiente con las crisis internas que nosotros en México provocamos por ineptitud y corrupción? Pues ya no, el mundo está interconectado, y la combinación de interrelación comercial, crediticia, financiera y social de todos los países del mundo los hace funcionar como un sistema integrado de manera tal que un problema en cualquiera de sus partes repercute en todas las demás. ¿Acaso podemos imaginar lo que ocurriría con toda nuestra industria maquiladora de exportación en caso de que ocurriera una recesión en Estados Unidos? La globalización en la economía llegó para quedarse y tenemos que aprender a vivir Con ella, punto.

2. Globalización, derechos humanos y evolución política. Cuando en nuestra televisión vemos noticieros como CNN, Eurnews, BBC, Telenoticias, etcétera, que critican y difunden los abusos contra los derechos humanos, o exhiben las tropelías de los regímenes totalitarios y antidemocráticos ante cientos de millones de televidentes, incluidos muchas veces los de esos mismos países, nos damos cuenta de que la globalización llegó para quedarse.

3. Globalización y ecología. Cuando el accidente del barco petrolero en Alaska fue presenciado por cientos de millones de televidentes; cuando vemos documentales del efecto de la lluvia ácida en las montañas de Europa; cuando sabemos el mismo día del accidente atómico de Chernobyl y su nube radioactiva que contamina los pastos que comen las vacas, y por lo tanto la leche que éstas producen, la cual compra Conasupo para los desayunos de los niños en las escuelas… cuando sabemos del agujero de la capa de ozono en el Ártico; cuando las quemas de los bosques de Indonesia nublan el cielo en Kuala Lumpur, nos vamos dando cuenta de cómo todo en nuestra biosfera es global. Ese conocimiento llegó para quedarse.

4. Globalización, ciencia y tecnología. Cuando en todo el mundo el viagra sale a la venta en un mes, una película es estrenada el mismo día en 5 000 salas o un nuevo descubrimiento científico se aplica al mismo tiempo, es que la globalidad llegó para quedarse.

5. Globalización y valores humanos. La interrelación humana y la difusión de los valores entre los países, las universidades, las transnacionales y a través de los medios de comunicación es diaria. Todos los días vemos, leemos o escuchamos una visión del mundo, o una ceremonia religiosa, o un ritual político, o una forma de alimentación diferentes de la nuestra. Quiere decir que la globalización de los valores e interrelaciones humanas llegó para quedarse.

Cuando algunos políticos hablan de defendernos contra la globalización, existen tres posibilidades: o son ignorantes, o son demagógicos, o son necios. El mundo entero está ya en un proceso irreversible de globalización, todo el impulso colectivo de la humanidad empuja en esa dirección, la vida diaria ya está impregnada de esa realidad. La actitud correcta es la de comprenderla para protegernos creando ciertas defensas psicológicas, económicas, sociales, etcétera, con el fin de irnos adaptando lo más rápido posible a ella. Trataremos como personas y como países de tomar posiciones estratégicas adecuadas ante esa realidad presente.

En términos de ecología y espiritualidad, es enorme el trabajo que cada uno de nosotros tiene que realizar, pues como ya hemos visto anteriormente todos somos responsables de la contaminación y también cada uno de nosotros tiene que analizar su visión espiritual del mundo, compararla, valorarla y decidirse al respecto, ir concluyendo y renovando, adaptarse a la evolución y al cambio, que es la constante universal de evolución. Ahora, a diferencia de hace 50 años, el patrón de comparación ya no es el vecino. En la “aldea global”, el vecino es un aborigen australiano, con su visión alcheringa, o un japonés shintoísta o un tibetano budista. Vemos y percibimos diario el nuevo mundo y somos nosotros los que tenemos que aprender a adaptarnos a sus cambios, porque la globalización, sin preguntarnos, llegó para quedarse.

Notas al margen

Global: Tomado en conjunto

Tecnología: Conjunto de los conocimientos propios de un oficio mecánico o arte industrial.

Alcheringa: Descubrimiento o iluminación

Capítulo XI • Trasnacionales

por ahernandez@latitud21.com.mx 1 mayo, 2022

 

    Una empresa transnacional es la que trasciende lo nacional e invade y toma los mercados de otros países. La historia no ha favorecido la imagen de las transnacionales, pues nacen en la época colonial, en la que su misión era extraer el máximo beneficio de los países conquistados. Las transnacionales modernas, aunque se basan en el libre mercado y siguen la regla del costo-beneficio, ahora se sustentan en valores competitivos de calidad y precio.

Una transnacional no tiene que ser una empresa de un país rico y explotador; ésa es la visión del mundo que prevaleció en el siglo XX y que se basa en la oposición comunismo-capitalismo. Ahora, en la era moderna del internet, ya no existe, pues el consumidor queda al alcance de cualquier productor.

Las transnacionales modernas y con futuro son las que, apoyados en la investigación, van actualizando su tecnología, perfeccionando y modernizando sus procesos, abaratando sus costos, rompiendo esquemas viejos de comercialización, rediseñando sus empaques, simplificando sus mecanismos de envío y abaratando costos.

Pongamos un ejemplo en la industria turística: Antes, un alemán que quería venir a la Riviera Maya iba a una agencia de viajes que le vendía un boleto Bellon-New York-Cancún, con transporte Cancún-Playa del Carmen y el retorno, un hotel convencional de 150 dólares por noche y pagaba desayuno, comida, cena y bebidas. El puro boleto por línea comercial cuesta hoy 1 900 dólares (es decir, sin contar hotel, transporte, comidas y bebidas), y sin embargo se puede contratar un paquete (todo incluido) por 1 400 dólares (i menos que el precio del boleto de avión!). ; ¿Por qué?, porque el vuelo chárter elimina todos los intermediarios y los costos de comercialización, porque el paquete integra costos hoteleros y disminuye gastos, porque es una “transnacional integrada”; ¿Quién es el beneficiario? El consumidor.

Hoy el turismo es de masas, como el consumo de los principales productos con los que convivimos, como ropa, alimentos, medicinas, autos, televisores, videos, computadoras, etcétera, de tal forma que con grandes capitales invertidos en investigación, con procesos administrativos altamente tecnificados, con sistemas de comunicación ágiles y modernos, con administraciones integradas y por lo tanto más económicas por unidad producida, con mercados internacionales de cientos de millones de clientes, las corporaciones transnacionales tienden a desarrollarse, si las vemos con objetividad, para beneficio del consumidor, sin importar si nos simpatizan o no; simplemente llegaron para quedarse.

Las empresas transnacionales de producción, y en cierta medida también las de servicios, son enormes consumidoras de insumos, ya sea de alimentos, de bebidas, de medicinas, de autos, etcétera, y como tales tienen gigantes demandas de materias primas, y es en la producción de éstas en donde se generan ingentes cantidades de contaminante terrestres, acuáticos y aéreos. En esa área se dan los volúmenes más fuertes de contaminación ambiental. Ellos, como grupos productores, y nosotros, como grupos consumidores, somos los responsables de más del 90% de la contaminación no natural de la biosfera.

Estos grandes productores son grupos de mucho poder a los que es muy difícil enfrentarse. Yo creo que, más que enfrentarlos, hay que crearles una conciencia que vaya del consumidor a los grupos de accionistas controladores y sus directivos; interpelarlos para que se den cuenta de que ellos mismos pueden exterminar el mercado del cual dependen; convencerlos de que invertir en ecología es un 

negocio rentable de largo plazo. Por fortuna, aunque no al ritmo que se debiera, el binomio transnacional-gobierno (que es el único que puede ejercer control a esos niveles) ya se está concientizando y día a día, lentamente, el costo ecológico se está introduciendo cada vez más en los costos de producción. No debemos olvidar nunca que somos nosotros, los consumidores, los que acabaremos por pagar el precio del factor ecológico. En los países desarrollados, hoy ya hay supermercados de productos agrícolas orgánicos, o sea que no usan ni fertilizantes, ni plaguicida, pero cuestan de 30 a 50% más que los alimentos producidos por métodos convencionales. Los costos siempre inevitablemente los paga el consumidor.

Si no fuera por las transnacionales, la producción y distribución para 6 000  millones de habitantes que somos destrozaría y contaminaría el ambiente en una forma incomparablemente más acelerada. Hay muchas cosas que se están haciendo mal, pero son pocas personas y gobiernos a los que hay que convencer de que cambien su visión del mundo, y ese es el trabajo de todos los que deseamos heredar un planeta mejor que el que recibimos.

Capitulo X • Religión

por ahernandez@latitud21.com.mx 1 mayo, 2022

 

 

En una ocasión, el maestro Rabí Rabindrá, ante las preguntas de qué son y para qué sirven las religiones, contestó que en la India no existía la palabra religión y que, a diferencia de occidente, se calificaba a las personas como superficiales o profundas, sin que ello implicara una valoración, sino simplemente formas distintas de ser, ni mejores, ni peores. Las superficiales lograban resolver la vida con la información básica sensorial y con su creencia, por superficial que fuera. Los profundos, por alguna razón, no se conformaban con información sensorial o creencias superficiales, requerían profundizar más. Cada ser humano debe elegir libremente su visión religiosa del mundo.

Existen religiones monoteístas, como judaísmo, catolicismo, protestantismo, cristianismo, islamismo; politeístas, como espiritismo, shintoísmo, etc.; y diversas, entre las que destacan budismo, confucianismo y taoísmo.

Uno de los factores comunes de todas las religiones es la compasión. Compadecer significa compartir la desgracia ajena, dolerse con ella. Como se puede comprender, la única forma de “dolerse con la desgracia ajena” es hacerla propia, hacer una unidad con el que sufre. Éste es el concepto de bondad que subyace en todas las religiones y en todos los códigos de valores. Esta solidaridad con los otros es el origen del bien, es la búsqueda de integración y unidad del espíritu (etimológicamente la palabra religión significa “religarse»), y esta integración es el gran aporte de la religiones al espíritu humano, a la evolución. La solidaridad con el otro, la compasión, la integración con los  otros, es el impulso del espíritu, es el BIEN. 

El bien es reconocer al otro como uno mismo (amar al prójimo como a sí mismo), y lleva a actuar con bondad en relación con los demás. El mal es actuar con egoísmo, centrado en uno mismo, sin pensar en el otro, sin reconocerlo como semejante. El bien se expresa con amor; el mal, con egoísmo. El que ama piensa en los demás; el egoísta, sólo en sí mismo. Es en este punto donde los conceptos de ecología, espiritualidad y religión se entrelazan.

Si vemos la ecología como una simple ciencia, sólo obtendremos explicaciones teóricas de cómo todo lo viviente se entrelaza; pero si la vemos como un “tener conciencia del otro”, entonces le damos una connotación espiritual, “nos obliga”. Esto quiere decir que si reconocemos la existencia del otro, sus derechos, vemos al otro no sólo como espíritu presente, sino como espíritu futuro (nuestros hijos). Así podremos valorar esa interrelación, esa conservación de la biosfera, como un derecho de las futuras generaciones y una obligación nuestra.

Un imperativo ético dice: “El otro tiene dignidad infinita como yo”. La idea de que todos los seres humanos somos fin en nosotros mismos y nadie puede ser medio para el fin de otro está en el centro de toda tradición espiritual. Es la forma como “el bien se concretiza”, o el espíritu se hace presente.

El origen del bien es el espíritu, el origen del mal es el egoísmo humano.

De esta manera, conservar la biosfera en las condiciones necesarias para que las futuras generaciones puedan vivir, es actuar bien, es tener conciencia del otro.

Notas al margen 

Religión. Conjunto de creencias acerca de la divinidad.

Profesión y observancia de la doctrina religiosa.

Virtud que nos mueve a dar a Dios el culto debido.

Orden. Instituto religioso.

Bien. Aquello que se ofrece a la voluntad como su fin propio.

Cosa buena, favorable o conveniente.

Egoísmo. Inmoderado y excesivo amor que uno tiene a sí mismo.

Egolatría. Culto, adoración. Amor excesivo de sí mismo.

Mal. Negación del bien.

Contrariamente a lo que es debido.

Lo contrario del bien.

Daño u ofensa. Desgracia.

Enfermedad.

Maldito. Perverso. Condenado por la justicia divina.

Capítulo IX • Espiritual-espiritualidad

por ahernandez@latitud21.com.mx 1 abril, 2022

 

Es muy importante comprender que la carga histórica del concepto de espíritu es fuerte. En el mundo moderno, fundamentalmente materialista y pragmático, lo espiritual se califica como teológico, indescriptible o no comprobable, y por lo tanto no científico. Nosotros a explicamos los paradigmas reduccionistas de esa postura, ahora trataremos de esclarecer nuestra visión al respecto.

A través de los años, las mitologías dieron paso a las religiones, y la mayoría de los seres humanos han encontrado paz y refugio en la religión. Muchos somos los que creemos en un ser espiritual superior, origen de la realidad el universo en el que vivimos, pero esto no quiere decir que coincidamos en nuestra interpretación del mismo.

El origen de la realidad no puede ser la nada, porque de la nada no surge nada. Existe, pues, un origen, hasta ahora incomprensible e inmensurable. La realidad nos indica que los seres humanos tenemos libre albedrio y conciencia de nuestra experiencia, lo que significa que tenemos presencia del espíritu, e identificamos en el otro esa misma presencia del espíritu en nosotros. El desarrollo de la conciencia está íntimamente ligado a esta presencia del espíritu en nosotros.

Los ecologistas de la primera generación suelen infundir, en referencia al espíritu, manifestación con presencia. Pongamos una analogía para explicar en qué consiste esta confusión: la pintura de un pintor es manifestación un espíritu, pero no presencia del mismo; entonces, a través de la pintura, el espíritu presente en mí me permite percibir el espíritu presente en el pintor. De esta forma,  un ciprés retorcido me habla de un espíritu que sufre, como en el caso de Vincent van Gogh, o un estanque con lirios y colores pastel, de un espíritu gozoso y en paz, en el caso de Renoir. La confusión entre manifestación y presencia es muy grave, porque conduce a confundir el valor de un árbol con el de un ser humano y, de ahí, a los fanatismos y a la lucha contra la visión antropocéntrica del mundo.

La visión politeísta (creencia en muchos dioses) confunde al ser humano con el animal, la planta o el mineral (todo es Dios), y entonces altera los valores. Una cosa es la biosfera y la conciencia de la interrelación, y otra es de la escala de valores de las manifestaciones divinas. Los valores, ya sea como acuerdo social o como manifestación superior, determinan escalas, y confundirlas es fatal.

Es la conciencia la que debe actuar en la biosfera, nuestra conciencia de interdependencia con lo natural, y es la presencia del espíritu en nosotros, es esa espiritualidad, la que se da cuenta de que debe actuar, siempre basándose en la dignidad infinita del otro, no de las cosas, y con la ética y libertad propias de los espíritus conscientes de que lo humano debe continuar. Para esto se requiere conservar el equilibrio ecológico.

Ecología y espiritualidad interactúan en la conciencia para que con plena libertad elijamos nuestro futuro. Esa es la dimensión de nuestra responsabilidad.

Notas al margen 

Espíritu. Ser espiritual dotado de razón.

Alma racional.

Ánimo, valor.

Principio generador,

Carácter íntimo, esencia

De una cosa.

Espiritual. Relativo al 

Espíritu.

No apegado a lo mundano.

Espiritualidad. Naturaleza y condición de espiritual.

Materialismo. Doctrina de algunos filósofos antiguos y

modernos que consiste en admitir como única sustancia, la material 

negando en su conciencia, la espiritualidad y la inmortalidad del alma humana,

así como la Causa Primera y las leyes metafísicas.

Positivismo. Calidad de atenerse a lo positivo.

Demasiada afición por atenerse a comodidades y goces materiales.

Sistema filosófico que admite únicamente el método experimental y

Rechaza toda noción a priori y todo concepto universal y absoluto.

Mitología. Historia de los fabulosos dioses y héroes de la gentilidad. 

Interdependencia. 

Dependencia recíproca.

Capitulo VIII • Desarrollo económico y desarrollo sustentable

por ahernandez@latitud21.com.mx 1 abril, 2022

 

La globalización y la propagación de las transnacionales en el mundo son un hecho. No se nos está preguntando si las queremos o no, sino que ya entraron en nuestras vidas. Las crisis económicas de otros países nos afectan sin pedir nuestra opinión.

¿Son compatibles economía y sustentabilidad?

Basados en la propia experiencia (que es como actuamos el 99.9% de los interesados en la ecología) y no en el conocimiento científico, hemos descubierto que se han encendido algunos focos rojos de alarma. Ya sabemos que el ciclo de la vida en la tierra marca una absoluta y total interrelación entre todos y cada uno de los seres vivos de este planeta, incluyéndonos a nosotros, y nuestro entorno natural. Hemos descubierto que el equilibrio ecológico del que depende todo ser vivo es muy frágil.

El factor de mayor desequilibrio natural en el presente no es la visión antropocéntrica humanista, sino la inmensa capacidad creativa de la especie humana aplica egoísta e inconscientemente. Si seguimos degradando nuestro medio ambiente al ritmo en que lo hemos venido haciendo en los últimos años, llegaremos a un grado en el que los daños serán irreversibles y nuestro planeta se convertirá en un lugar inhabitable. Dicho en pocas palabras, nosotros mismos somos los destructores en potencia de la especie humana. Este es nuestro nivel de responsabilidad.

Y es en este punto donde se ve más claramente lo que puede ser el desarrollo sustentable. No es otra cosa más que un desarrollo humanista, con plena conciencia del pasado, presente y futuro, centrado en la visión ética de que el ser humano es fin y no medio.

Desarrollo sustentable es aquel que hace bien a toda la humanidad, presente y futura. No está enfocado a una persona, ni a un grupo de personas, ni a un país, sino que se apoya en una visión globalizada.

Ahora bien, la mayoría de los ecologistas actuantes confunde el desarrollo mal hecho y egoísta con todo el desarrollo. Muchos ecologistas se lanzan entonces con furia contra todo esfuerzo y tipo de desarrollo, sin discriminación alguna. Su lucha se convierte en una manifestación psicológica de temor a la muerte y, como sabonarolas modernos, quieren lanzar a la hoguera a todo ser humano que promueva el desarrollo, adoptando una actitud reduccionista, retrógrada e involucionista, capaz de permitir el hambre y el sufrimiento de miles o millones de seres humanos, con tal de no tocar a la sagrada naturaleza. No se dan cuenta de que lo único sagrado que hay en la faz de la tierra es el humano, porque es el único que puede tener conciencia de lo que es sagrado. La naturaleza es sagrada no en sí misma, sino en su relación con lo humano, no distinguen sujeto de objeto, ni manifestación de presencia. El espíritu se manifiesta en todo el universo, pero sólo hace presencia en el ser humano, pues es éste el único que se da cuenta.

Ecología frente a desarrollo

En “El desarrollo sustentable y las empresas”, libro de la prestigiada ecologista Eva Krass, presentado como tesis en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente, la autora no desarrolla un tema o argumentos que apoyen su «tesis», sino sólo trata de reafirmarla sin pruebas, por lo que no se trata realmente de una tesis sino más bien de una afirmación, de una opinión personal. 

Según ella (Prologo p. XV ), el énfasis del sector empresarial, constituido por las organizaciones que controlan la industrialización, ha sido dirigido siempre hacia la optimización de la productividad humana, o de las máquinas, a fin de generar las máximas utilidades.

Citemos algunas de sus afirmaciones:

«Pero los empresarios siguen insistiendo que sólo  cuenta lo económico.» (Prólogo, p. XVI.)

«De otra manera es casi seguro que México escoja caer en las mismas trampas que los países consumidores del Norte.» (p. 4.)

«Se considera al crecimiento la cura para la pobreza que evita la redistribución de la riqueza y el control de la natalidad, que políticamente se consideran un tabú. (p. 5.)

«La mayor parte de los investigadores y del material publicado acerca del desarrollo sustentable proviene de los países altamente industrializados del Norte.» (p. 8.)

Ya en el capítulo 2 establece la premisa de que todos los valores antiguos, o anteriores, y las tradiciones son buenos para la humanidad y los modernos son malos, ya que esos valores han sido superados «por la monocultura empresarial» (p. 12).

Ella, como toda persona apasionada, presenta un escenario maniqueo de buenos y malos, culpables y víctimas, abusivos y abusados, en el cual, todos los problemas ecológicos son responsabilidad de los empresarios por su afán de riqueza económica.

Una vez planteado ese esquema, su libro se vuelve todo un alegato para justificarlo y reafirmarlo, y desde su tribuna da consejos para crear una nueva cultura empresarial, que proteja la ecología y divulgue los valores tradicionales.

Por otro lado, fuera de su esquema maniqueo, enriquece conceptos de la visión norte-sur y colabora dando la alerta de la problemática ambiental. Por su personalidad y trascendencia, sus ideas son un aporte al tema ecológico.

Yo creo que en el problema de la contaminación no hay buenos y malos, sino que todos somos culpables

Maniqueísmo

¿Por qué en términos de contaminación todos somos culpables?  Veamos 

En última instancia, no existe producto, fabricante, productor, empresario etc, sin consumidor. Cualquiera de nosotros hace lo siguiente:

Se levanta y se baña: Consume gas, jabón, champú.

Pasa al baño: Genera drenaje contaminante.

Se lava los dientes: Usa pasta y cepillo dental.

Se viste: Utiliza algodón y fibra sintética.

Se pone zapatos: Emplea cuero y hule.

Desayuna: Consume leche, huevos, carne, cereales, mermelada.

Se traslada: Usa coche, plástico, genera humo, combustible, etc.

Son las 8:30 a.m. y ya hemos consumido productos y generado desperdicios contaminantes. Pero además vivimos en una casa que fue selva con árboles y animales. Usamos carreteras que simple y sencillamente dividen en dos los ecosistemas.

 ¿Cómo sustraernos a ese consumo?, ¿cómo sentirnos libres de culpa?, ¿cómo creer que los malos contaminan y los buenos no? En las sociedades en donde trabajan hombres y mujeres, en donde se están desarrollando las legislaciones y procesos de mayor cuidado ecológico, hay quienes contaminan mucho más, pero lo hacen para satisfacernos a nosotros, los consumidores. Actualmente somos alrededor de 6 000 millones de personas en el planeta; si lo que consume y contamina cada uno de nosotros lo multiplicamos por esa cantidad, entonces tendremos una idea de la magnitud del problema.

En la integración de todas las personas con conciencia radica la esperanza de iniciar un proceso largo y doloroso de reestructuración de valores sociales y económicos relacionados con la ecología, pues sólo esa energía conjunta, asumida como responsabilidad, puede generar la fuerza requerida para el cambio. 

La idea de que el ser priva sobre el tener me parece maravillosa para el que todo lo tiene, pero para el desposeído es como una esperanza de salvación y de felicidad del alma después de la muerte. Debemos aspirar a ser, a tener y a vivir a plenitud, pero no a costa de las generaciones futuras. Debemos asumir nuestra corresponsabilidad en todos los procesos integrados de una vida plena; en eso consiste la conciencia ecológica.

Pondré un ejemplo claro: el concreto que produce una fábrica mediante un proceso contaminante cuesta 200 pesos la tonelada, que se vende a 220. Un proceso no contaminante lo produce a 300 pesos, que se vende a 330.

Ambos producen 10% de utilidad, ¿por qué el productor habría de querer contaminar? Si el mercado paga el costo del proceso no contaminante (y el mercado somos nosotros), él utiliza ese proceso y punto. Las economías pobres no pueden pagar el sobreprecio; requieren productos baratos y por eso los consumen. En México, las casas del Infonavit tienen 30 m2, ¿las queremos más chicas, más baratas? 

Algunos ecologistas se olvidan de que ellos también son consumidores, y de esa forma se lavan las manos y de paso las nuestras. Es lindo leerlos, nos descargan la conciencia y nos hacen sentir bien al dar a entender que otros son los malos.

Vayamos a los viejos y maravillosos «valores culturales históricos», que en algunos casos son una mezcolanza religiosa -ni cristiana, ni indígena- con rituales marcados por el aguardiente, la costumbre de golpear a la esposa, y los frecuentes casos de violación a las hijas menores, o el derecho de pernada de los grandes hacendados, así como de los señores feudales de la edad media. Esos son los viejos valores que no acaban de evolucionar. Sus defensores no se dan cuenta de que es la evolución de los valores lo que nos ha convertido de bestias en humanos.

Los derechos humanos son producto de la evolución de los valores que se produce en el Renacimiento y que termina con los viejos valores de la Edad Media. Y en el siglo XX, la liberación de la mujer es producto de la evolución de los valores que se da durante la revolución industrial. Pero así son las visiones cerradas, parten de visiones parciales para llegar a condiciones parciales, porque no soportan el cargo de conciencia de ser coparticipes de la realidad que todos vamos creando.

Se cree erróneamente que esta sociedad de consumo y sus reglas económicas son perversas, que hay que crear otro modelo económico y otra actitud de consumo. Esta idea ha generado una enorme cantidad de literatura filosófica, ecológica, esotérica, etc. Pero nunca se esclarece cuál es ese sistema maravilloso de no consumo, de ser y no de tener. En este siglo se han probado comunismo, socialismo, dictadura, reinados absolutos, emperadores, etc., pero sólo la sociedad democrática, con división de poderes y un sistema de libre mercado, ha generado los países más poderosos del mundo, más libres y más conscientes del problema ecológico.

Tenemos una guía general, no un modelo, en esos 10 países altamente desarrollados. Presentan problemas importantes reales, que se tienen que considerar, pero los otros «modelos» han sido caóticos, cuando no aterradores. Muy pocas personas saben que el régimen genocida de Pol Pot en Camboya era el de retorno al pasado, el de repudio absoluto a la tecnología, el de regreso al contacto con la naturaleza, en donde hasta saber leer era motivo de exterminio. Después del régimen fascista, ha sido la experiencia más aterradora del siglo.

Existen factores que impiden ver con claridad dónde se encuentra efectivamente el conflicto entre desarrollo y ecología, y que deforman el concepto de desarrollo sustentable.

Es propio de las culturas hispánicas dividir las sociedades por clases. Sentencias como «Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, a que un rico vaya al cielo» o «El pueblo ignora la realidad» son falsos y tendenciosos. La sociedad no se divide entre los que todo saben (poquitos) y los que todo ignoran (muchitos), tampoco entre los que producen mal (empresarios) y los tontos que son engañados (consumidores).

Es fundamental entender la visión de cada sector.

Existen empresarios buenos, regulares y malos, y lo mismo se puede decir de los consumidores. Hay empresarios que se preocupan por abatir costos, incluyendo el ecológico, y  mejorar la calidad de sus productos, así como hay consumidores inteligentes que realizan compras razonadas .Así es el mundo real, y sólo a partir de él se pueden hacer análisis serios para llegar a conclusiones confiables .

También es muy común la creencia de que los problemas del futuro se van a solucionar con las tecnologías del presente. Pero esto no es así. Para resolver el problema de alimentos que se avecina habrá que profundizar el desarrollo de la biotecnología, la biogenética, la producción de hidroponia, las revoluciones verdes y una inmensa e impensable tecnología aplicable al transporte no contaminante, al control genético de plagas, a la producción biológica de fertilizantes, a la acuacultura, etc.

Los problemas del futuro, que nos parecen insolubles, se van a resolver con la tecnología del futuro, pero sólo si queremos; por ejemplo, si decidimos no considerar la clonación como la manifestación del diablo, sino como una forma más controlada de mejorar la calidad y productividad de la ganadería, y así se podrían poner muchísimos otros ejemplos.

La calidad, la eficiencia, la productividad y la competitividad son características comunes en los países del futuro, mientras que el miedo, la trampa, el tabú dominan en los países que no prosperan.

En resumen, hay entre los ecologistas dos modos básicos de pensar que se distinguen muy bien entre sí, a saber:

Hay buenos y malos.                                         Todos somos iguales.

Hay culpables e inocentes.                               Todos somos en mayor o menor grado culpables.

Hay viejas culturas buenas.                                Las viejas y nuevas culturas

  y malas modernas                                              tienen cosas buenas y malas.

Los culpables son los empresarios                     Los culpables somos todos los que consumimos.

Los inocentes el pueblo los inocentes

el pueblo.

La tecnología es contaminante.                        La tecnología es la esperanza.

El mundo se va a acabar.                                   El mundo no se va a acabar porque no lo vamos a    

                                                                                permitir nosotros, los millones de personas que

                                                                                estamos preocupados de lo que está pasando

En el proceso evolutivo del universo existen distintos grados, en las especies se manifiestan igual y en los seres  humanos también. El nivel de conciencia es el que da nuestro propio albedrio y parámetro de visión del mundo y por lo tanto de análisis y valores superiores

Generaciones en el desarrollo de la conciencia

A partir del principio general que marca el imperativo ético de que todo ser humano es fin y no medio, podemos esquematizar el comportamiento de los seres humanos en relación con el nivel de conciencia que manifiesta en su entorno social, económico y ecológico, de la siguiente manera:

Ciudadano de 1° generación: En su visión, el otro no existe y el entorno está a su servicio. Es una visión arcaica y egoísta, en donde él es el centro y la totalidad. Ne se integra ni colabora

Ciudadano de 2° generación: Piensa en el otro; su visión se amplia, aunque se limita a su círculo más  íntimo con el que se identifica.

Ciudadano de 3° generación: Se integra a la visión del otro como una totalidad; su visión es universal y  se sabe integrado en espíritu a los demás y en cuerpo a su biosfera. Actúa, se organiza y colabora.

Empresario de 1° generación. Piensa en las utilidades, no tiene visión de grupo ni de consumidor, extrae lo que puede y abusa.

Empresario de 2° generaciones: Se preocupa por el consumidor y por lo tanto selecciona su producto y busca calidad y precio.

Empresario de 3° generación: Toma en cuenta colaboradores, consumidor, precio, calidad, medio social y ecológico.

Ecologista  de 1° generación: Tiene miedo de que se acabe el mundo, ama la naturaleza más que a sus semejantes, prefiere pelear que integrarse, no dialoga, no explora, no busca, se hunde en su temor y se enfrenta al mundo.

Ecologista de 2° generación: Se da cuenta de que lo humano y social existe con derechos prioritarios, busca soluciones, pero aun jerarquiza lo natural sobre lo humano.

Ecologista de 3° generación: Reconoce lo humano como la conciencia de la existencia misma, sabe del peligro de desequilibrar la biosfera, integra y trata de solucionar el conflicto entre desarrollo y ecología.

Político de 1° generación: Se centra en el poder; en su visión sólo existe el valor de ascender en esa escala; lo social y la ecología son un medio de sus ambiciones, todo lo circunscribe a su egoísta visión del poder.

Político de 2° generación: Se da cuenta de que el otro existe, que su función afecta positiva o negativamente, trata de ascender mediando su visión egoísta del poder y su conciencia del otro.

Político de 3° generación: Se sabe un servidor de su comunidad; su objetivo es el servicio a los otros, se preocupa por lo social y por el medio ambiente.

Ciudadano, empresario, ecologista y político: de alguna forma, cualquier persona consciente se sabe y se entrega a esas cuatro funciones, pues para una vida integrada requerimos abarcar la totalidad de esas visiones y sabernos parte del todo, de todos y la totalidad misma.

Lo que cada día es más grave, delicado y peligroso es el desarrollo mal hecho, el que no toma en cuenta en sus  costos, el gasto ecológico, el que no le importa el precio futuro, sino el beneficio presente. Ese es el tipo de desarrollo que debemos combatir, ahí está el enemigo.

Pero cuando hablamos de culpables aparece un tema apasionante de geopolítica y globalización que casi nunca se toma en cuenta. Hoy por hoy, los países más desarrollados del mundo que constituyen menos del 20% de la población mundial producen más del 80% de los contaminantes globales que afectan al planeta, a excepción de Rusia, y el 90% de los accidentes nucleares se han producido en países desarrollados. Pero además, ellos ya le cobraron anticipadamente al planeta un precio ecológico gigantesco para crear sus capitales primarios. El Támesis y el arrasan los océanos, son sus enormes consumos de combustibles fósiles los que más contaminan la atmósfera. Pero fueron por decenios los mares; son sus flotas pesqueras las que Mississippi fueron ríos de lodos putrefactos que contamina su estrategia es echarnos la culpa, crearnos un sentido de responsabilidad que les descarga su conciencia y darse el lujo de patrocinar y subsidiar organizaciones ecologistas en países del quinto mundo, porque están preocupados de la calidad del aire que respiran. Lo grave no es que lo haga defender sus intereses, sino que nosotros les creamos.

Los países desarrollados arrasaron ecológicamente a los países colonizados, así como a sus propios países en una época en que ellos mismos lo permitían. Ahora, con el capital creado, aparte de curar sus heridas, adoptan una actitud de inocencia y nos señalan con el dedo como culpables del desastre ecológico.

Estos argumentos no nos autorizan a ser salvajes como fueron ellos, pero sí debemos crear nuestra propia normatividad, no permitir que ellos sean los rectores de nuestro desarrollo, pagar los precios mínimos del desarrollo, porque somos países en donde imperan los contaminantes más peligrosos de todos: la miseria, la pobreza, la ignorancia y la desnutrición.

Para concluir, diremos que nuestras reacciones deben ser inteligentes y no emocionales, y que el concepto de desarrollo sustentable no es simple biología, o química o física, o naturaleza, o conservación, sino algo muy complejo centrado en lo humano.

Desarrollo sustentable

Aunque el tema del desarrollo sustentable es de carácter universal,  hemos de aceptar que cada país, cada comunidad tiene  que desarrollar sus tesis particulares con base en sus características  históricas y  económicas y realizar su propia legislación. Hablamos a manera de ejemplo, de una obra en la Riviera Maya y analicémosla en sus consecuencias.

1. Factor medio circundante. La obra se va hacer en México Paradigmático, en el estado de Quintana Roo, en la Riviera Maya, esquema municipio de Solidaridad. No podemos sustraernos a esa realidad. México es un país empobrecido que requiere desesperadamente capital, productividad, fuentes de trabajo.

El desempleo y el subempleo suman en este país cerca del 50%, lo que implica hambre, desesperación, inseguridad social e ignorancia.

2. El desarrollo en sí mismo impacta la ecología. Lo importante es que el impacto sea el menor posible, que no se dañen ecosistemas interrelacionados. Es fundamental comprender que los factores determinantes están marcados en el Plan de Ordenamiento Ecológico del Corredor Cancún-Tulum. Sabemos que éste está mal, pero hay que corregirlo y respetarlo. Esto incluye, claro está, que en insumos y desechos la construcción no genere contaminación.

3. El impacto en el medio social circundante. Este factor es de gran importancia, pues cualquier desarrollo que genere fuentes de trabajo aumentará los requerimientos de infraestructura, que de no satisfacerse conllevan un alto riesgo de contaminación principalmente por desechos.

Únicamente tomando en cuenta estos tres factores podemos en realidad hacer desarrollo sustentable:

1.- Sólo un necio o un fanático se atreve a afirmar que los mexicanos pueden ser humanos realizados sin trabajo. Sin trabajo no hay ni dignidad, ni justicia, ni conciencia. Es indiscutible que México requiere fuentes de trabajo. No podemos, por proteger un árbol, permitir que seres humanos mueran de hambre. Tenemos que generar la fuente de trabajo y proteger al árbol.

2.- Al hacer un desarrollo, son fundamentales dos condiciones: 1) minimizar su impacto ecológico ajustándose a la legislación (una vez bien corregida ésta); y 2) programarlo para que no genere contaminación directa.

Notas al margen 

Ecología. Ciencia que estudia las relaciones de los seres vivos en su medio ambiente.

Parte de la sociología que estudia la relación de los grupos humanos y su medio ambiente, tanto físico como social.

Sociología. Ciencia que trata de las condiciones de existencia y desenvolvimiento de las sociedades humanas.

Ciencia. Conocimiento de los cierto de las cosas por sus principios y causas.

Desarrollar. Acrecentar, incrementar una cosa de orden físico, intelectual o moral.

Global. Tomado en conjunto.

Antropocentrismo. Doctrina o teoría que supone que el hombre es el centro de todas las cosas, el fin absoluto de la naturaleza.

Maniqueísmo. Secta de los muniqués

Maniqueo. Aplicase al que sigue las enseñanzas de Manes, que admitía dos proyectos creadores, uno para el bien y otro para el mal.

Albedrio. Potestad de obrar por reflexión y elección.

Dícese normalmente libre albedrio 

Geopolítica. Ciencia que pretende fundar la política nacional o internacional, en el estudio sistemático de los factores geográficos, económicos y raciales.

Paradigma. Modelo o esquema de pensamiento. 

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