Y es que no puede haber otra cosa, porque en realidad no hay mayores logros que destacar, ni transformación alguna en lo absoluto.
Los seguidores de López Obrador, mal llamados chairos generalizadamente, lo defienden rabiosamente ante cualquier ataque, pero estoy seguro que les deben molestar los mismos asuntos que a todos los mexicanos nos molestan y nos preocupan.
Por ejemplo, el sistema de salud. Nadie me tiene que contar historias, ni debo leerlas en los medios para saber en carne propia la calamidad que es tener que acudir al IMSS. Mi madre, de casi 83 años, en silla de ruedas, tiene que acudir de cuando en cuando a veces a consulta, a veces a cosas más serias. La última vez que la llevé para unos exámenes que no deberían de tomar más de una hora en cualquier hospital (unas muestras de sangre, una placa de tórax y un electrocardiograma), tuvimos que estar en la clínica que nos asignaron algo más de SIETE HORAS, tiempo durante el cual mi madre tuvo que estar en su silla de ruedas, pues pedir una cama en el área de Urgencias, es demasiado pedir. Durante ese tiempo pude ver a decenas de pacientes, en batas, con todo y sus sábanas ensangrentadas sentados en sillas por toda el área de Urgencias ante la falta de camas. Enfermeras y doctores hacen un gran trabajo batallando con el rudimentario y escaso equipo con el que cuentan. Las instalaciones en esa y en otras clínicas del IMSS, son mugrientas, viejas, obsoletas y los miles de derechohabientes y sus familiares tienen que sufrirlas, porque no les queda otra opción. Cuando AMLO dijo que nuestro sistema de salud sería como en Dinamarca y hasta se atrevió a decir, que incluso sería mejor, sin duda se estaba burlando.
Yo no creo que quienes defienden al presidente, a Morena y a sus candidatos, estén contentos con esa lastimosa realidad que se repite en todo el país.
Y si hablamos de inseguridad, violencia, secuestros y extorsiones, simplemente asumo que todos tenemos miedo; ellos y nosotros. Asumo que todos los mexicanos estamos consternados de que el crimen organizado tenga tomados estados completos como Chiapas y Guerrero. Creo que todos, chairos y fifís, por utilizar los términos que nos dejó como legado la mal llamada cuarta transformación, nos sentiremos agraviados, tristes, apesadumbrados al tener noticia de balazos a diestra y siniestra y de saber que muere gente inocente, incluso niños.
Yo no creo que los defensores del presidente estén contentos con el derecho de piso, con el secuestro y con la violencia generalizada, ellos son mexicanos también y como todos, también están en riesgo.
Un sexenio con casi 190 mil homicidios, el número más alto de la historia, es un escalofriante dato que habla por sí solo.
Y en educación, asignatura tan importante para México, no sólo no avanzamos y no se vislumbra una mejora notable, sino que tenemos retrocesos e incluso libros de textos que no fomentan la enseñanza-aprendizaje, sino adoctrinamiento. Escuelas en pésimo estado, especialmente en las regiones más pobres y apartadas.
De economía, mejor no hablemos: no sólo no llegamos nunca al anunciado 6% de crecimiento económico, sino que tenemos crecimiento de menos uno. No creo que, a chairo alguno, le alcance el dinero con la presente inflación y pueda decir que vive holgadamente.
Podría seguir con decenas de ejemplos no sólo de la falta de desarrollo y crecimiento de este sexenio, sino de la destrucción que sistemáticamente y con convicción se emprendió en esta supuesta transformación.
Pero a pesar de todo ello, los seguidores del presidente le son leales, aunque ha perdido a muchos en el camino, lo que se verá reflejado en las urnas, le defienden apasionadamente. Por eso, puedo concluir que lo que les complace de él, es el discurso; sólo es eso. A los fervientes de Morena no les importa estar mejor, su anhelo es que todos estemos jodidos, algunos hasta se ufanan diciendo “Pa’ que veas lo que se siente”… es una suerte de venganza que ha ido sembrando AMLO en el ánimo de la gente, lo cual además de ser muy injusto, y de haber jugado con la conciencia de la gente, es grave y hasta peligroso.
Lo de AMLO, entre 2018 y 2024, sólo fue discurso. Una comedia matutina de todos los días para repetir hasta el cansancio una suerte de adoctrinamiento aderezada con ocurrencias. Avances, tristemente no hubo ninguno, sólo en el odio.
El Tren Maya está destinado a viajar semivacío, la refinería seguirá sin refinar por años y el AIFA seguirá siendo un triste y desolado aeropuerto sin aviones. Al tiempo…
Por hoy, hay que salir a votar el 2 de junio y ejercer como ciudadanos.
Al Buen Entendedor…