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Revista Latitud 21
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Sergio González

  • Al buen entendedor
  • Presidente de la AMATUR
  • Presidente del centro de atención de salud mental y prevención de adicciones «Vital»
  •  sgrubiera@acticonsultores.com

La apología de la incultura

por NellyG 1 mayo, 2025

 

 

En el año 235 a. C., fecha en la que se tiene registro del nacimiento del gran Escipión el Africano, estaba una tarde su padre, Publio Cornelio Escipión, asistiendo a una puesta en escena en el incipiente teatro de madera de la Roma antigua. Las obras de teatro, traducidas del griego al latín para el entendimiento de los romanos, eran frecuentadas por reducidos grupos que apreciaban este naciente arte, mientras que la enorme mayoría prefería decantarse por los Saltimbanquis, los mimos y por supuesto las luchas de gladiadores.

La tarde en que el cónsul de Roma se disponía a disfrutar de una nueva puesta en escena, los promotores de los gladiadores y saltimbanquis, aprovecharon el gentío que se reunía en el improvisado teatro, para iniciar sus espectáculos en las proximidades haciendo tremenda alegoría y con ello atraer a la masa de gente menos gustosa de la cultura y captarlos hacia estas diversiones para un público menos letrado.

Y así, mientras el teatro se vaciaba poco a poco, en medio de las interpretaciones actorales, al cónsul le avisan los esclavos que, en su casa, el momento ha llegado.

Acompañado de su hermano Cneo Publio, el cónsul se fue abriendo paso entre la multitud, hasta llegar a su Domus, para atestiguar el nacimiento de quien años más tarde sería el legendario vencedor de Aníbal, el también legendario general Cartaginés.

Sirva el laudatio, al gran Escipión, para referir que ya desde las épocas de la antigua Roma, la plebe prefería por supuesto los espectáculos grotescos, ruidosos y menos cultos que el teatro y que los promotores de los mismos no hacían gala de ética alguna al utilizar cada vez que podían, la promoción de la obra culta, para robarles al público, si se puede decir así.

Y esta referencia que me permito hacer respetuosamente para mis ocho lectores, me lleva a pensar en el actual estado de cosas en donde la apología del delito está presente en los famosos narco-corridos, ahora en medio de discusiones que, como siempre, los políticos aprovechan; así como otras fuentes y versiones de espectáculos que divierten a la gran masa y en donde, como desde hace más de dos mil años se soslaya a la cultura.

Es decir, que no debería asombrarnos, si ya es así desde la antigüedad y es lógico que siempre serán reducidos los grupos de quienes aprecien con mayor intensidad el arte y la cultura, que quienes se decanten por el escándalo. Pero lo que se antoja insospechado es que se privilegien los narco-corridos, que la gente los exija y que hasta se incurra en la violencia si no se complace a quienes consumen este tipo de manifestación, que no se, si se puede denominar artística.

 

No vendría mal que en la actualidad, en medio de la descomposición social que vivimos y ante la zozobra que nos produce el crimen y la violencia, los gobiernos impulsaran y promovieran acciones estratégicas encaminadas a que nuestras juventudes, por una parte aprecien formas de arte más cultas, que enriquezcan su formación, y por otra que sin afectar a la libertad de expresión, se vayan desalentando estratégicamente las manifestaciones que hoy sin duda representan una alabanza a los delitos y a los delincuentes.

Los corridos que en una suerte de farfullo, idolatran a los narcotraficantes, así como algunos espectáculos grotescos con gran audiencia y que se promueven masivamente, son sin dudarlo una apología de nuestra incultura.

Hay gente, para todo, como en la antigua Roma, pero podríamos mejorarnos un poco.

Al Buen Entendedor…

 

sgrubiera@acticonsultores.com

El reto de los militares en el turismo

por NellyG 7 abril, 2025

El reto es para ellos y para nosotros, y me explico.

La palabra o el concepto Comunicado Oficial, en nuestra industria, la turística, es algo común y corriente, en la de ellos, los militares, un sacrilegio, una afrenta.

Un parque temático, un museo, una atracción cualquiera, estila enviar comunicados informando la apertura de nuevas atracciones, de nuevos horarios, de cambios en tarifas y de cualquier otra novedad que puede y debe ser del interés de sus posibles clientes. En estas nuevas empresas turísticas de México operadas por la empresa GAFSACOMM (Grupo Aeroportuario, Ferroviario, de Servicios Auxiliares y Conexos, Olmeca Maya, Mexica) enviar un comunicado es tanto como pedirle un estudio a la NASA que tiene que pasar por autorizaciones y validaciones diversas, firmadas por un general de alto rango.

Es decir, que para informar por ejemplo a la industria turística de como ha de operar el nuevo Parque El Jaguar, sus horarios, tarifas y servicios, en las inmediaciones de la zona arqueológica de Tulum, sitio que solíamos promover los agentes de viajes desde hace décadas, ahora hay que solicitar una autorización especial al corporativo de GAFSACOMM, comandado por un general de División ubicado en la Ciudad de México y esperar a que su merced tenga a bien informar lo que a su juicio sea procedente.

Otro ejemplo, para ilustrar a mis ocho lectores, es el caso del nuevo aeropuerto de Tulum, operado también por GAFSACOMM. Para poder acceder a visitarlo y tener una reunión en compañía de empresas operadoras de turismo receptivo en dicho aeropuerto, hube de enviar una solicitud por escrito y esperar semanas a que se aprobara desde los altos mandos militares nuestro acercamiento. Los acuerdos a los que llegamos en dicha visita, todos en el sentido de mejorar la operación turística y en consecuencia la experiencia de los viajeros, fueron plasmados por escrito, pero a ocho meses de esa visita, seguimos en espera de respuesta formal del corporativo. Los militares no entienden la necesidad de la premura en la industria turística y dada su formación, poco les importa.

 

Hemos logrado con la ayuda del gobierno del estado, que las tarifas de acceso para las unidades de transporte turístico pasen de 800.00 pesos a 174.00, aunque en Cancún siguen siendo de 69.00 por unidad, pero pedir que nos lo informen con un Comunicado Oficial, ha sido imposible, recordemos que el “comunicado”, debe ser un taboo, una prohibición en los parámetros filosóficos del ejercito.

Mientras la ocupación de los hoteles en el Caribe Mexicano es del 75 y 80% en promedio, en los hoteles “Tren Maya”, operados por GAFSACOMM es de apenas un 10%, y no es de extrañarse, dadas no solo sus ubicaciones, sus políticas y sus estrategias de comercialización, que no sólo se apartan de las nuevas tendencias, sino que se rehúsan a acercarse a la comunidad turística y a beneficiarse de las sinergias que puede significar la unión con la industria turística. No es su culpa, ellos no saben que no saben.

Ya no digamos el Tren Maya, que tristemente, con todo lo que se invirtió en el proyecto y todo lo que se ha devastado de selva, naturaleza, flora y fauna, será sin duda un elefante blanco muy difícil de rescatar. Trenes vacíos y enormes pérdidas, son el reflejo de una estrategia en la que nunca se escuchó a los actores principales de la industria turística.

Hasta hoy no existe ese tan temido y sacrílego COMUNICADO oficial que indique tarifas, horarios, itinerarios, ubicación de estaciones e información en lo general, que podría permitirle al sector turístico, no sólo conocer el producto Tren Maya, sino contribuir a su promoción.

Y, por si fuera poco, el AIFA, ese aeropuerto vacío, lejano y triste, construido en el lugar equivocado a capricho de un presidente, no soluciona en absoluto el enorme caos del gran aeropuerto de la Ciudad de México, totelamente rebasado, saturado, obsoleto y tristemente insuficiente para un gran país como México y todos sus destinos turísticos que deberían ser conectados eficientemente con la capital del país.

Los militares no tienen la culpa, simplemente les asignaron tareas que no les corresponden y hasta les concedieron una gran empresa que no saben cómo manejar. Ojalá se dejaran ayudar…

Los militares en el turismo, un legado de la cuarta transformación.

 

sgrubiera@acticonsultores.com

 

 

 

 

 

 

 

 

El privilegio de los que “mandan” …

por NellyG 1 abril, 2025

 

 

En teoría, si nos atenemos a los principios de una república, el que manda es el pueblo; el pueblo decide democráticamente a través de la votación, a quienes habrán de conducirles, liderarles y llevarlos a una mejor calidad de vida.

En la antigua Roma, en la época de la República de Julio César, existían los Tribunos de la Plebe, que hacían contrapeso al muy poderoso Senado, ese en el que figuraban Cicerón, Catón, Craso y Pompeyo entre muchos otros. Si bien el Senado era poderoso y sus decisiones implicaban a toda Roma casi sin discusión, los Tribunos de la Plebe eran dignos representantes, que bien podían proponer reformas en beneficio del pueblo y Julio César los supo usar cuando fue necesario, como cuando propuso su histórica Reforma Agraria con sus famosos ocho puntos.

Mucho se parece la República de Roma del Siglo I antes de Cristo, a nuestra política actual, con su corrupción, sus malas prácticas, los abusos de los senadores y la imposibilidad del pueblo de actuar.

Qué bien nos vendría en la actualidad tener a unos tribunos de la plebe, que pudieran presentar iniciativas a ser votadas, y que pudieren contrarrestar la cantidad de barbaridades que vemos a diario proponer y ejecutar por el Senado, la Cámara de Diputados y los congresos locales.

Incontables son la cantidad de atropellos, decisiones sin sentido, sin razón y sobre todo sin sensibilidad hacia la población, por parte de los legisladores que a todas luces están en los cargos que ocupan para el logro de sus ambiciones personales; están ahí para usar el cargo como un peldaño para ascender al siguiente puesto por el que suspiran, están ahí para enriquecerse haciendo uso de la influencia que les provee el cargo; el tráfico de influencias es la norma, es el estándar y pocos serán los que no se beneficien o beneficien a sus amigos, sus amantes, sus familias.

Pero por irónico que resulte, son esos, los que están en la política, los que están en el Congreso, los que disfrutan de los privilegios igual que en la antigua Roma hacían los optimates.  Ellos, que se creen los que “mandan” y algunos mandan mucho, gozan de privilegios que les permiten prerrogativas, derechos y beneficios a los que no puede acceder el común de la población.

Esos, que no están ahí para servir sino para servirse, son irónicamente a los que tenemos que dirigirnos de cuando en cuando para solicitar audiencia, para suplicar a sus majestades, que tengan a bien legislar en beneficio del pueblo, que consideren la posibilidad de reunirse con los que generamos los empleos, los ingresos y los impuestos, los empresarios; que escuchen nuestras iniciativas y que recurriendo a la sensibilidad puedan entender que la república es de todos.

Irónico, absurdo, ilógico y de toda falta de cordura y respeto me parece, que los políticos te puedan cancelar una reunión previamente agendada, aludiendo a sus agendas, sus compromisos de última hora y por supuesto a sus investiduras que suponen de mayor rango que los de la plebe. Una cita es una cita, un acuerdo es un acuerdo y debe ser respetado; quien no lo hace, es poco ético, irresponsable y mal educado.

Mi agenda y mi tiempo son tan importantes como los de cualquier político, sin importar su rango.

Si los empresarios nos hiciéramos respetar, de los políticos en turno, quizá nuestros acuerdos con ellos tendrían mayores alcances, mayores impactos y mejores resultados.

Algunos políticos van rompiendo el paradigma y logran un mayor respeto hacia los gobernados, pero somos estos últimos quienes debemos hacernos respetar por los primeros.

Pero aún con lo antes dicho, la política no cambia, sigue igual que en la antigua Roma, los senadores abusan y el pueblo obedece y sufre; lo que hace falta es un líder.

Hoy nos urgen líderes, ante la debacle y la decadencia de los gobiernos actuales, esta falacia de la cuarta transformación nos hace clamar con urgencia y vehemencia por un nuevo Julio César.

Los jóvenes deben reflexionar sobre su compromiso con México…

 

sgrubiera@acticonsultores.com

 

 

 

 

 

Nuevamente las barreras y obstáculos del turismo

por NellyG 1 marzo, 2025

 

 

Una vez más tenemos que hacer referencia a todas esas barreras que nos impiden despegar como quisiéramos como gran potencia turística. Nuevamente quisiéramos encontrar eco en el gobierno federal, que no ha acabado de entender que en el turismo tiene una gran alternativa de desarrollo económico.

Ante las presiones y amenazas del gobierno de Estados Unidos en el asunto de los aranceles, entre otras cosas que ponen en riesgo a la economía mexicana, está siempre el turismo que puede y debe ser un enorme aliado en generación de empleos, derrama económica, captación de divisas, fomento a la inversión extranjera entre otras bondades.

Pero el asunto es que el turismo no acaba de entenderse en este gobierno de la cuarta transformación y por ende no se dan las condiciones para que se facilite y agilice la llegada de mayores y mejores flujos de turismo.

El Instituto Nacional de Migración sigue siendo un enorme reto y una asignatura sin resolver. Largas filas de turistas por falta de personal, o porque fallaron los e-Gates (quioscos electrónicos), inadmitidos a diestra y siniestra muchas veces sin justificación, y por si fuera poco al momento de escribir esto, se cayó el sistema y el caos generado en todas las terminales del aeropuerto de Cancún es de proporciones mayores; desesperación y frustración entre turistas, es lo menos que se puede decir.

En Aduana, mientras nuestra misión como turisteros es ofrecer nuestra mejor cara y trabajar para que los turistas se vayan deleitados, regresen y nos recomienden, la de ellos, la de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM), es recaudar, y ante ello la instrucción a los oficiales es precisa desde lo más alto. El impuesto por traer más de 10 cajetillas de cigarrillos es de 670% sobre el valor del paquete, lo que lógicamente ha derivado en enormes molestias, aunque para ellos, para ANAM, ha significado cumplir su misión de recaudar. Si se entendiera el turismo, se sabría que varios miles de turistas que dejen de venir a México por los altos impuestos en aduana, será mucho más costoso que lo que dejen de recaudar si los exentan de ellos. Los turistas que vienen a vacacionar no deberían pagar impuestos, ni derechos extras por nada de lo que traigan en su maleta, y que entiendan mis ocho lectores que me refiero a artículos lícitos.

El estado en el que están las carreteras federales en todo el país es lamentable y riesgoso. La 307 por ejemplo, que une a los destinos más importantes y visitados de todo México y Latinoamérica desde Cancún hasta Tulum, es ya intransitable, peligrosa, invadida de letreros espectaculares, señalización en mal estado, etc. etc. y ahora finalmente han decidido poner manos a la obra por tramos, pero como el turismo no se entiende o no se quiere entender, las obras se llevan a cabo en pleno día, en las horas pico, generando filas kilométricas, angustia para turistas y por supuesto vuelos perdidos con el consecuente costo que ello implica; la SICT, la dependencia a cargo, simplemente se niega a trabajar de noche, ¡vaya cosa!

En el nuevo aeropuerto de Tulum las tarifas de acceso para las unidades de transporte turístico son el doble o el triple de cualquier aeropuerto europeo y son doce veces más caras que en el aeropuerto de Cancún; esto desalentará la llegada de grupos especiales a ese aeropuerto y eventualmente dejará de ser competitivo. Si el turismo se entendiera, otra cosa sería.

En Los Cabos, BCS., las filas de autos para llegar al aeropuerto son interminables y también angustiantes para los turistas que temen perder su vuelo, ya que las casetas de cobro del peaje federal son pocas, a veces sólo funcionan algunas, como cuando usted va al súper, y además sólo aceptan pagos en efectivo, cuando podrían activar sistemas inteligentes con tecnología, pero como el turismo no se entiende…

Ante la necesidad urgente de una ley de autotransporte turístico exclusiva para el turismo, nos han dicho que eso no tiene justificación y que sería excesiva, pues ya existe una. En efecto, existe una ley que tiene más de tres décadas, plagada de lagunas e imprecisiones que derivan en interpretaciones caprichosas de la autoridad. En este punto estamos esperando reunión con la nueva secretaria Federal de Turismo, confiando en que con su visión y compromiso podamos lograr este proyecto legislativo en un futuro muy próximo.

Ya no le cuento a mis ocho lectores, aunque ya se los he compartido antes, que no existe incentivo alguno en México para la industria turística, ni para quien construye un hotel, ni para quien remodela el suyo, y mucho menos para los micro, pequeños y medianos empresarios de cualquier ámbito del turismo, no existe una sola ley de fomento.

Como no se entiende el turismo, se desconoce, se ignora o por misteriosas razones se quiere ignorar, resulta entonces imposible derribar las barreras y obstáculos que inhiben a la competitividad.

Y, sin embargo, se mueve…

 

Al Buen Entendedor…

sgrubiera@acticonsultores.com

 

 

 

 

Ajenos o inmersos en política

por NellyG 1 febrero, 2025

 

“Sólo los ignorantes o los tontos se permiten la insensatez de no estar al corriente de la política que los afecta”

Apolonio Molón

Isla de Rodas, 72 a. C.

 

Esa fue la frase que pronunció el viejo Apolonio, maestro de oratoria de Julio César, cuando éste, exiliado en la Isla de Rodas, le espetó curioso al maestro, que estaba bastante enterado de los asuntos de la política de Roma.

Esa, y tantas otras enseñanzas nos dejan griegos y romanos, que increíblemente siguen aplicando en nuestra realidad actual, como el hecho de que la política y las decisiones de los políticos nos afectan a todos, aunque no todos estén deseosos de participar en la discusión.

De hecho cuando uno se decide a participar de alguna manera, no faltará quien, amigo, pariente, conocido o adversario te diga que estás loco, que eres atrevido, osado, inoportuno, imprudente y el calificativo que mejor convenga para advertirte que lo mejor es, por una parte, alejarte de la política, y por otra, mejor no meterte, o entrometerte con los políticos porque sin duda, eso no habrá de acabar bien; y así, con tales advertencias, y con la pereza, indolencia, indiferencia y eventual temor que nos caracteriza, dejamos por zanjado el penoso asunto de la política o de señalar a los políticos y la cosa continúa en el mismo statu quo, aunque no nos complazca.

Y, así las cosas, resulta entonces, que cuando uno se queja, se manifiesta o critica, aunque sea de forma constructiva, eres sin duda el que padece la peste, ya sea para los criticados o para los curiosos pasivos que prefieren el anonimato, el silencio y la conformidad con el estado de cosas. ¡Vaya cosa!

So pena de ser de los apestados, aquí sigue “al buen entendedor”…para mis escasos ocho lectores declarando de cuando en cuando, lo que de los políticos nos afecta, para estar al corriente como decía el viejo Apolonio de Rodas.

Y es en tal virtud, que si bien aplaudimos todos o una buena parte de la población y la comunidad empresarial el actuar de la gobernadora de Quintana Roo, Mara Lezama, como gran líder, impulsora, dinámica, emprendedora, visionaria y comprometida, al mismo tiempo atestiguamos el abandono por las ciudades y sus servicios que ha caracterizado a los munícipes, quienes en medio del discurso triunfalista y montados en la ola del éxito indudable de la gobernadora, se han olvidado de la tarea de mantener a las ciudades en óptimas condiciones para ciudadanos y visitantes; para mejor ejemplo la ciudad de Cancún, en donde calles y avenidas padecen de baches, ausencia de luminarias, lamentable recolección de basura, rezago en innumerables colonias, inseguridad, corrupción en la regulación de vendedores ambulantes, burocracia excesiva y un sinfín de etcéteras, mientras los munícipes viven en la fantasía, acompañando a la gobernadora en giras, eventos y viajes sin entender que su tarea, que está sin efectuarse, es otra.

Genial sería que los munícipes entendieran que su responsabilidad es brindar la mejor calidad de vida posible a los ciudadanos, y no el quedar bien con la gobernadora o los políticos en turno.

Genial sería que, en lugar de viajar a ferias turísticas, lo cual no constituye parte de su trabajo y responsabilidad, se quedaran en casa, a tratar de entender cómo diseñar, en conjunto con la ciudadanía, los mejores planes de desarrollo urbano con verdadera visión de largo plazo, y mientras se logran, esforzarse por enmendar algunos de los errores del pasado, los que a su alcance estén.

Por hoy, eso no sucede, pero aquí seguiremos para recordarlo de cuando en cuando.

 

Al Buen Entendedor…

sgrubiera@acticonsultores.com

 

 

 

 

 

 

 

Expectativas 2025

por NellyG 1 enero, 2025

 

 

Como cada año, iniciamos con grandes expectativas, con anhelos, con esperanzas y con renovadas energías después de las vacaciones y de las reflexiones.

Lógicamente tenemos sueños y esperanzas en lo personal, algunas que hacemos públicas y otras que guardamos en el corazón, pero también las tenemos en lo colectivo como ciudadanos, como comunidad y es por esas últimas que empezaré, para compartir con mis ocho lectores.

Como comunidad turística creo que tenemos la esperanza de que en esta nueva administración de gobierno el turismo sí exista; confiamos en que se privilegien políticas públicas que no solo impulsen y favorezcan a la industria turística, sino que la incentiven de manera especial y que ello nos permita sobresalir frente a la competencia. En México no existen leyes de fomento e incentivo para la industria turística, no hay incentivos fiscales ni para quien construye un hotel, ni para quien remodele el suyo, tampoco las hay para quien se aventura a poner un restaurante, establecer una agencia de viajes, montar una transportista o cualesquiera que sea el anhelo o el área de oportunidad detectada; por el contrario hay sinnúmero de barreras, obstáculos, impuestos, normativas, inspectores, nuevos derechos y una gama amplísima de etcéteras que omitiré por falta de espacio y para no aburrir a mis ocho lectores.

Esperaríamos, por tanto, una Secretaría Federal de Turismo, dinámica, con energía, con poder de interlocución, innovadora y que sea capaz de entender y de transmitir que el turismo puede y debe ser prioridad nacional. Anhelaríamos también a unos legisladores dispuestos a legislar escuchando a sus comunidades y con la capacidad de redactar leyes de fomento para el sector, al tiempo que, enjundiosos, se dispongan a eliminar barreras legislativas que nos mantienen en el atraso. Tampoco las incluyo por las mismas razones que antes.

Como ciudadano espero que por lo menos en mi ciudad, se privilegie la imagen urbana y confío en que, algún día no muy lejano, desaparezcan los horrorosos espectaculares.

Como amigo, espero que en Yucatán se haga justicia, prevalezca el estado de derecho y que mi amigo Fernando Barbachano recupere sus hoteles; es lo justo, es lo que debe ser.

Desde el corazón y con el alma, espero que mis tres nietos sean inmensamente felices, que hagan reír mucho a sus padres y que pueda yo verlos con más frecuencia.

Como valoro mucho el arte y cultura de la buena mesa, confío en que Alice y yo podamos disfrutar todo el año de las mejores viandas, en atractivas mesas, con estupendos vinos y cada vez que sea posible con nuestros queridos amigos, unos que forman parte de La Chaine des Rottiseurs, nuestra cofradía gastronómica y culinaria y otros que sin estar en ella, también gozan de la buena mesa, como esos del Mini Club, por ejemplo, a quienes envío desde aquí, un abrazo de mi tamaño.

Esos pues mis anhelos para el 2025, y otros que como dije, me guardo para mis adentros.

Feliz y muy exitoso año para todos y desde luego para mis ocho lectores.

 

sgrubiera@acticonsultores.com

 

 

 

 

 

 

 

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