Arranca un año interesante en el frente internacional. El 2021 cerró con grandes temores de los efectos adversos en materia económica y de salud por la variante Ómicron. Según los científicos, el mundo está mejor preparado para vivir con el virus, tanto por las vacunas, pero también por la producción de medicamentos antivirales. La realidad es que la única manera de disminuir el riesgo de contagios y muertes es la vacunación masiva; será el mejor antídoto para evitar nuevos cierres que afecten la recuperación económica a nivel global.
El segundo gran reto este 2022 es en el terreno económico. Las disrupciones en las cadenas logísticas y la demanda de energía incrementaron los precios y dispararon la inflación en las principales economías. Aun cuando los responsables de los bancos centrales afirman que este fenómeno es temporal y cíclico, hay mucha preocupación por la temporalidad en el alza de precios. En el contexto económico, valdría la pena resaltar lo que seguramente seguirá siendo una constante este año: una recuperación turística importante, pero con variables que habrá que tomar en cuenta, y sobre todo, seguir adaptándonos a las nuevas tendencias. Por ejemplo, el Covid trajo cambios en la manera como trabajamos e interactuamos cuando hacemos negocios; hoy ya no es imperante tomar un vuelo trasatlántico para cerrar una negociación; en este sentido, el turismo de negocios tenderá a ir a la baja frente a los viajes de placer, que seguirán en aumento, siempre y cuando se manejen protocolos de salud que den confianza al viajero.
En el frente internacional, nuestra brújula seguirá puesta en Estados Unidos, nuestro principal mercado y socio comercial. El presidente Biden enfrenta una coyuntura política compleja e incierta de cara a la falta de acuerdos para sacar adelante en el Congreso su mayor propuesta económica, “Build Back Better” (construir mejor de nueva cuenta); un tema central que marcará el futuro de su gobierno. Se antoja que en 2022 los demócratas pierdan la mayoría en la Cámara de Representantes y muy posiblemente el Senado; con ello, estaría en riesgo su triunfo en las elecciones presidenciales de 2024. No preveo ningún cambio abrupto en los temas centrales de la agenda bilateral con nuestro país.
En América Latina, donde compartimos no sólo una vecindad, también intereses políticos importantes, seguiremos viendo una tendencia de cambio político en contra del status quo. La llegada de la izquierda en Chile, Perú y Honduras, será una constante. Este año habrá procesos presidenciales en Colombia y Brasil. Será interesante ver qué rol jugará el presidente López Obrador como líder de la segunda economía de la región.
A nivel nacional tendremos un cuarto año de gobierno federal lleno de complejidades en lo económico, social y sobre todo, en seguridad. Seguiremos viendo un robustecimiento del poder central presidencial de la mano con un Ejército y Marina con un poder económico nunca visto. El mayor riesgo es el ataque a las instituciones y organismos autónomos que tantos años nos llevó construir; esa destrucción no la podemos permitir.
Este año tendremos también 6 elecciones locales, incluyendo Quintana Roo. Seguiremos con mucho material de análisis en este año que comienza y estaré siempre agradecido con el favor de su lectura.