Feliz inicio de año queridos lectores. Este año, con sus escasos 31 días, inicia con muchas novedades, con una velocidad vertiginosa, un aumento en el número de contagios no solamente en nuestro país, sino a nivel mundial, provocado por el descuido general durante los festejos decembrinos; la llegada de la vacuna, cambio de presidente en USA, una contienda electoral en nuestro país muy importante, una economía diezmada en todos los sectores y no sólo empresariales, también gubernamentales; y todo ello, en 31 días.
Así que tenemos un indicador que prevé un 2021 con el cual entretenernos; respiremos profundo y demos nuestra mejor cara, porque las oportunidades están ahí y debemos estar dispuestos a dar nuestra mejor actitud y dispuestos a tomarlas; corramos el riesgo de superarnos a nosotros mismos y tomar de frente estos retos. Y hablando de retos, tenemos uno muy importante que nos compete a todos y es: LA BRECHA GENERACIONAL
Durante todas las generaciones de la humanidad ha existido una brecha entre los jóvenes y los no tan jóvenes, que en el transcurso de las décadas se acentúa cada vez más, debido al crecimiento de población, globalización, tecnología, multiculturalidad y otros factores.
Esta pandemia sirvió para acelerar este proceso debido a que tuvimos que mudarnos, nos gustara o no, a una era digital que estaba ahí, nos tocaba la puerta para invitarnos a subirnos y no lo hacíamos; ayudó para entender lo importante de acercarnos a estos jóvenes que nacieron dentro de esta era digital aun sin conocerla.
Necesitamos acercarnos a los jóvenes recién egresados y a los universitarios, pues los negocios cada día son más diferentes a lo que conocíamos, a lo que acostumbrábamos; hoy son constructoras, pero de edificaciones autosustentables; comercializadores de productos orgánicos, consultores de redes sociales, call center, influencers, entre un sinfín de nuevas formas de ser empresari@s, porque eso son. Hoy podemos ver que para ser un@ empresari@ no se necesitan cientos de colaboradores, decenas, sólo se necesita un@; que no se requieren oficinas ni estar en la misma ciudad toda la vida y cada vez es más común ver empresarios que inician a los 17 años.
Por ello es tan importante trabajar en que esta brecha generacional no siga creciendo; corremos el riesgo de no ocuparnos en ello que cuando queramos sumarlos, la brecha sea tan amplia que no entiendan lo que hemos desarrollado, que no tengan el tiempo para escucharnos y nosotros no tengamos la paciencia de explicarles.
¿Cómo lo hacemos? No es difícil, pero sí requiere de algo muy importante: nuestra voluntad y tiempo; tenemos que ir a sus universidades, apoyarles con conocimiento y experiencia, que haya medios, herramientas, becas para que terminen sus estudios y crearles el compromiso de que es su obligación hacerlo con las generaciones que vienen atrás de ellos.
Debemos acercarnos como organismos ciudadanos, sociales, empresariales y políticos; la historia de lo que hemos construido, nuestros errores, aciertos y darles las herramientas para que aporten y participen pero en una realidad totalmente diferente a la nuestra, a través de medios digitales; tenemos que darles a est@s empresari@s jóvenes algo muy simple que se llama COMUNIDAD. Si acertamos, tendremos una generación maravillosa que desarrollará en cualquier idioma, horario, país, pero que tendrá arraigo, cuidará y protegerá a su comunidad.
Vamos a ocuparnos de este gran tesoro, que es nuestra juventud.