Sin duda uno de los puntales para que Cancún y la Riviera Maya sigan creciendo a pesar de todas las crisis financieras en el mundo es el aeropuerto de Cancún, que a través de los años ha logrado subsanar el aumento de la demanda con el incremento de la oferta y la ampliación de la capacidad de operación.
Por ejemplo, hoy no imaginamos cómo podrían tener más de 400 operaciones diarias sin haber invertido en la construcción de la segunda pista y la espectacular torre de control, o cómo solucionarían la cantidad de vuelos sin la hoy consolidada Terminal 3.
El aeropuerto de Cancún, operado por Asur desde 1998 y transformándolo en solo 14 años, se enfrenta cada día a nuevos retos; por ejemplo, la hoy “revivida” Terminal 1. Cuando recibieron el aeropuerto, la Terminal 1 era la más nueva y en teoría la más moderna y funcional, pues se había construido muchos años después que la Terminal 2 y operaban ahí los vuelos de las charteras.
Sin embargo, cuando en 2005 el huracán Wilma azotó a Quintana Roo, Asur anuncia que los daños sufridos por la terminal fueron de consideración y que ya no la operarían más, prefirieron invertir en una nueva terminal que repararla o remodelarla. Dos años después, en 2007, se inauguró la Terminal 3.
En ese impasse, incluso Asur improvisó una ampliación del ambulatorio principal y puso más ventanillas en la Terminal 2; nos quedó claro que la Terminal 1 no era ya tomada en cuenta en sus planes.
Hoy Asur la ha reactivado. Lo que nos sorprende es que no se le ha realizado ninguna cirugía mayor ni nada por el estilo, solo se le dio una manita de gato y listo; por ahora solo recibe los vuelos de dos aerolíneas domésticas, Magnicharters y Viva Aerobús. La pregunta es, ¿cómo pasó de ser un elefante blanco durante ocho años a recibir al turismo nacional?
Lo cierto es que los pasajeros que llegan a esta terminal tienen varias desventajas; por ejemplo, no hay aeropasillos, hay que bajar a tierra y luego subir escaleras para llegar a la terminal; el edificio es un galerón que parece todo excepto que estés llegando al segundo aeropuerto más importante de México y al destino turístico número uno y más destacado a nivel internacional de nuestro país.
Además, es obvio decir que los servicios no se ofrecen con la misma fluidez y facilidad que en las terminales 2 y 3, desde la oferta de autos en renta, transportación, cajeros automáticos, restaurantes, e incluso resulta incómoda y de difícil acceso a quienes de forma personal van a recoger a algún pasajero. Es obvio que el aumento exponencial que ha tenido el turismo nacional en el Caribe mexicano ha complicado las operaciones en la Terminal 2, que maneja los vuelos de este segmento, por lo que hubo que buscar alternativas.
Pensando un poco y buscando las razones por las que la Terminal 1 fue abandonada y ahora “resucitada”, existe una coincidencia, en unos días o semanas será inaugurada la nueva terminal FBO para vuelos privados, dejando el espacio que actualmente ocupa y que está justo a un costado de la Terminal 1.
Es probable que parte de lo complicado de operar la Terminal 1 es la cercanía a esta terminal de vuelos privados, que representaba una molestia a sus “clientes distinguidos” por el volumen de pasajeros y el movimiento que representaba. Actualmente la terminal FBO de vuelos privados maneja casi dos mil operaciones al mes y la plataforma y terminal han quedado chicas ante el incremento de este tipo de servicios.
El Aeropuerto Internacional de Cancún no ha dejado de crecer en el número de operaciones y particularmente en el número de pasajeros que atiende cada año, por ahora el récord es de 14.5 millones en 2012, pero para este año que termina Asur está calculando que se rebase la cifra de 15 millones.
También tiene planes de inversión a corto y mediano plazo; por ejemplo, la construcción de una gasolinera y un hotel de 120 habitaciones, que se ubicaría en un área de cerca de cuatro mil metros cuadrados a un costado de la torre de control, que es un lugar estratégico entre ambas terminales y accesible a la vialidad.
El hotel se enfocaría a atender a los pasajeros en tránsito, conexión o que tengan que ser respaldados por las aerolíneas en caso de quedarse varados, lo cual ha sido una demanda de los mismos usuarios, de acuerdo con las encuestas realizadas por Asur. En teoría la construcción sería realizada por el grupo aeroportuario con recursos propios y entregada en concesión a alguna marca hotelera para su operación.
También está en los planes de Asur una nueva terminal (la número 4), que estaría iniciando construcción en cuatro años más y tendría capacidad para atender a seis millones de pasajeros al año.
Quizá sea el momento en que este aeropuerto tan importante también inicie con los planes de intercomunicación entre terminales, que actualmente se hace rudimentariamente en autobuses o minivans. En los aeropuertos del mundo que tienen esta necesidad habitualmente se hace en modernos trenes sin la necesidad de salir del edificio terminal en el caso que tengas que hacer conexiones.
[editor]Arturo-Medina[/editor]