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Revista Latitud 21
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Sergio González

  • Al buen entendedor
  • Presidente de la AMATUR
  • Presidente del centro de atención de salud mental y prevención de adicciones «Vital»
  •  sgrubiera@acticonsultores.com

La zozobra, la sorpresa y la esperanza

por Latitud21 Redacción 1 agosto, 2018

Muchos sentimientos encontrados se atestiguan y se sienten, cuando menos en el mundo empresarial, aunque no dudo que en otros se comparta también la sensación luego del resultado de las elecciones en México, aunque no muchos reconozcan abiertamente algunos de esos sentimientos.

Zozobra antes de la elección, entendida esta desde su concepto coloquial como desasosiego, angustia y nerviosismo, por los posibles y anticipados resultados, y zozobra después de la jornada electoral desde el punto de vista etimológico y literario del verbo zozobrar, que podría implicar naufragio, pérdida, fracaso o simplemente inseguridad frente a la incertidumbre.

Si bien era conocido por las encuestas de opinión y por los cientos, si no es que miles, de análisis políticos previos que la tendencia y las claras preferencias en todo el país favorecían al moreno candidato, hoy presidente electo Andrés Manuel López Obrador, no deja de ser una sorpresa de alguna manera el amplio, amplísimo margen de ventaja que no deja ninguna duda de su victoria, así como el hecho insoslayable, contundente y hasta preocupante de haberse hecho con el Congreso casi entero, además de la gran mayoría de los gobiernos locales en casi todo el país. Era bola cantada, en el argot beisbolero, pero aun así tiene un enorme ingrediente de sorpresa también; nadie esperaba semejante golpiza.

Me queda claro que hay que sumarse a la victoria del ganador por el bien de México, que hay que cerrar filas y trabajar en unidad con esperanza y con respeto, pero no habrá de ser de ninguna manera sin cuestionar, sin crítica constructiva y sin oposición.

Me declaro opositor desde ahora, opositor respetuoso y constructivo, pero crítico analista y por supuesto exigente ciudadano con la esperanza de mejores escenarios para mi ciudad, mi estado y mi país.

Si México requería desde hace mucho que los ciudadanos ejerciéramos como tales, hoy lo requiere más que nunca. Una contundente victoria electoral como la del primero de julio no puede significar que los mexicanos abandonemos nuestras luchas, nuestros  ideales y nuestros sueños.

Yo no creía en las propuestas de López Obrador y no creo en ellas ahora cuando mágicamente muchos cambiarán de opinión, pero entiendo también que será mi presidente y habré de respetarle, confiar en él razonablemente y otorgarle como es justo el beneficio de la duda. No hablaré mal de él y menos ante los extraños; trabajaré con sus equipos cuando haya menester y seré paciente, virtud que se me dificulta, confieso, sin que ello signifique que habré de ser sumiso o silencioso ante los fallos que se atestigüen.

Tengo muy serias dudas de la efectividad de sus planes; sin embargo, al desear lo mejor para mi país deseo por lo tanto estar equivocado y deseo también el mejor de los éxitos en absolutamente todos los sentidos para el nuevo gobierno.

Me gusta la alternancia, me encanta que se aleje cada vez más el PRI del escenario y sus actores que tanto han dañado a este querido país, y me entusiasma mucho la idea de una nueva esperanza, de un nuevo sueño, con  la posibilidad de que se pueda construir una sociedad con CERO tolerancia a la corrupción. ¡Quiero creer!

Me entusiasma creer que podamos erradicar la corrupción y la impunidad y me anima pensar que alguien que se ha visto arropado, aceptado y querido por tantos millones de mexicanos no pueda ser capaz de defraudarlos.  Me alegra por ese motivo que el margen haya sido tan amplio.

Debemos ser cautelosos y muy vigilantes de que se mantenga la división de poderes, que se respeten las instituciones, que en verdad se privilegie a los más necesitados y que se mantengan las libertades que tanto ha costado lograr a los mexicanos.

Por hoy ¡Viva México!

El desgaste de Cancún

por Latitud21 Redacción 1 julio, 2018

¿Qué se le puede recriminar a esta saliente administración municipal si estuvo escasos dos años al frente en medio del caos, la escasez de recursos y la batalla política, entre otras calamidades…?

Claro que como dice algún dicho popular: “si no te gusta el calor, no te metas en la cocina”, o algo así.  Es lógico que de un presidente municipal que hace campaña y de su equipo se espere siempre lo mejor, y en teoría no debe tener excusas ni pretextos para dar lo mejor de sí y entregar buenas cuentas a la ciudadanía, y es por ello que no se les puede defender del todo y acaso sí criticarles por el estado en que nos dejan la ciudad, el mejor destino turístico de Latinoamérica, supuestamente.

Pero es que por otra parte resulta ridículo pensar que en escasos dos años una administración municipal sea capaz de remontar lo que por años ha sido abandono, irresponsabilidad, corrupción y un verdadero atraco al botín. Y a ello habría que sumarle que la saliente administración no está libre de culpa tampoco y, por mucho, de la corrupción, la opacidad y la impunidad.

Lo que hoy nos dejan, una verdadera vergüenza que le toca a los próximos recomponer, es el resultado de décadas de pésimos gobiernos municipales, de cabildos corruptos, de ineptitud, ineficacia, pero sobre todo de haber utilizado a Cancún como un botín y como una plataforma para ascender a posiciones políticas; para aspirar en lo personal a mejores estadios en la carrera política sin que haya importado en lo mínimo la voluntad y el derecho de los ciudadanos.

Cancún ha sido utilizado por gobernadores, legisladores locales y federales, por partidos políticos y también por secretarios de Estado que solo han venido a ufanarse, a promover su imagen, protagonizar y a sacar provecho de la imagen del más exitoso destino turístico de México con proyección mundial, y eso debería darles vergüenza.

El discurso es fácil, puede ser halagador, prometedor, inspirador y hasta cautivante, pero en los hechos tenemos un municipio, al que podría agregar Solidaridad  también, que por cierto tiene un espantoso nombre porque debería llamarse Riviera Maya o Playa del Carmen, que cuentan con recursos, que generan impuestos, que tienen un envidiable número de turistas y visitantes al año, con una población trabajadora y comprometida, con enormes riquezas naturales y con reconocimiento internacional e imagen de marca y, paradójicamente, con una paupérrima calidad de vida para sus habitantes.

Sin meternos en el asunto de la seguridad y la ola de violencia, asumiendo que es harina de otro costal y que las causas son debatibles y motivo de un más profundo análisis, limitémonos a ver el estado que guardan colonias, calles, avenidas, parques; la calidad y cantidad de los servicios públicos y en suma las calamidades que tenemos  que atestiguar los ciudadanos en el día a día para desplazarnos y sufrir la ciudad.

Si quien me lee piensa que exagero, lo invito a hacer un recorrido por nuestra querida ciudad de Cancún por la noche, por ejemplo, y ser testigo de la enorme cantidad de luminarias apagadas con que contamos, generando oscuridad, desolación y por supuesto temor e inseguridad.

Lo invito de día a realizar un recorrido y atestiguar en cientos de esquinas la basura atiborrada en bolsas negras y también fuera de ellas, desde luego esperando a ser recogida por el sistema recolector, ante la ausencia de contenedores, y la presencia de fauna nociva de todo tipo.

Ni qué decir del estado de las vialidades, que so pretexto de las lluvias están permanentemente plagadas de baches, imperfecciones, coladeras destapadas y una buena cantidad de riesgos para conductores y transeúntes.

La movilidad que es ya un caos, sin que a nadie le importe, acompañada de la imagen urbana deteriorada por la invasión sin límite de publicidad de todo tipo, con letreros que van desde los que cuelgan en los postes y árboles, los que se colocan impunemente en los parques y jardines, hasta la horrenda fila de espectaculares ya tantas veces denunciada y sin resultado alguno por parte de las coludidas e insensibles autoridades.

No le cuento a los ocho lectores del drenaje y sus consecuencias, porque ya saben que en épocas de lluvias casi sería mejor utilizar un kayac que el vehículo automotor, y que para descender se hace necesario calzado acuático especial. Y todo ello sin comentar el transporte público, la deficiencia en las rutas, en  paraderos y en tarifas, entre otras cosas.

En fin, que tenemos un escenario plagado de irregularidades y deficiencias que verdaderamente no se justifican para una ciudad como Cancún, que irónicamente recibe a más de cinco millones de turistas al año y que presume de ser el mejor destino turístico de México.

Estamos hartos ya del cuento de que no hay recursos. ¡Claro que hay y muchos!, solo que se los han robado, los han desviado, los han despilfarrado y los han administrado de la manera equivocada. Cancún se merece otro destino y ya llegó la hora del ciudadano, aunque el mismo debe ejercer su derecho de actuar como tal y participar más activamente.

La nueva administración municipal de Cancún tendrá un enorme reto que enfrentar, tal como el que tendrán legisladores y el futuro presidente de la República. Los ciudadanos estaremos cada vez más atentos y participativos, esta es una nueva era.

Publicidad espectacular, toda una mafia

por Latitud21 Redacción 1 junio, 2018

Más de 20 años llevo en esta incansable lucha por tratar de erradicar los horrendos anuncios espectaculares, y por tratar hasta hoy infructuosamente de limpiar la imagen urbana de nuestras ciudades, cuando menos de Cancún que es donde vivo, y nuestras carreteras, que pudiendo ser hermosas lucen horribles ante esta desmedida invasión de publicidad de todo tipo.

La batalla ha sido muy difícil, casi imposible de ganar por muy diversas razones, pero entre ellas quizá la más importante es que hay enormes intereses económicos detrás de este negocio y también políticos, y, por supuesto, de alcances electorales, en este pobre país en el que somos víctimas del influyentismo, la corrupción y la impunidad.

Pero hay quienes me dicen que la publicidad espectacular existe porque además de ser un gran negocio para algunos, sirve y es de utilidad a las empresas o anunciantes, lo cual me permito dudar y cuestionar rotundamente. En el siglo XXI, cuando el marketing digital se ha apoderado de la comercialización, en donde las redes sociales son el instrumento de comunicación por excelencia, en donde blogueros, twiteros, influencers y otros actores de la nueva parafernalia de comunicaciones son quienes dirigen las preferencias; cuando en el turismo más de 60% de los viajeros consulta las comunidades virtuales y donde hasta los políticos han ganado elecciones haciendo uso de las redes sociales, resulta absurdo, por decir lo menos, que haya quien piense que pueden generarse ventas con los anuncios y letreros en la calle, eso es ridículo.

Pero más allá de ese debate, lo que es un hecho real y contundente es que toda esa publicidad, que va más allá de los llamados espectaculares, porque en el caso de Cancún y Playa del Carmen, por ejemplo, tenemos lonas, vallas, pantallas luminosas y letreros hasta en los árboles y postes de luz, constituye una tremenda fuente de contaminación visual que atenta contra la Imagen urbana y la competitividad, aunque sus defensores lo nieguen.

Y no hemos podido convencer a las autoridades en turno, legisladores, regidores y otros de erradicarla porque son ellos mismos quienes están involucrados, porque son los políticos quienes en contubernio casi amafiado con algunas “empresas”de publicidad tienen la posesión de cientos de estructuras metálicas -que son un peligro por cierto-, listas para ser utilizadas en tiempos electorales.

No hemos podido porque ha prevalecido la corrupción para el otorgamiento de permisos, y no hemos podido porque se ha permitido impunemente la colocación de estructuras y publicidad en la vía pública, en glorietas, camellones y banquetas, en franca violación a los reglamentos municipales.

Ante esta calamidad, ante esta absoluta falta de interés por preservar la imagen urbana y por evitar que se privilegie una cultura por el paisaje, nos parece que la única solución posible es que no existan anunciantes.

Sin anunciantes, sin grandes marcas, sin empresas inmobiliarias, automotrices y de todo tipo no habría empresas de publicidad y solo quedarían estructuras vacías que posteriormente sería más fácil retirar.

Señoras y señores, estamos en México con más de 20 años de retraso en este tema. Vean por favor lo que sucede en Europa, en donde se erradicó la publicidad espectacular hace más de dos décadas. Y no vayamos más lejos, echen un vistazo a la nueva imagen urbana de Bogotá y Medellín en Colombia. Dense una vuelta por la blanca e inmaculada Mérida, Yucatán, y para mayor ejemplo de destino turístico observen lo que sucedió en Puerto Vallarta, Jalisco, al respecto.

Si en verdad queremos un destino turístico competitivo, una ciudad limpia, hermosa y atractiva a la vista no solo para los turistas sino para los ciudadanos porque el paisaje es un privilegio y un derecho de todos, los invito a reflexionar al respecto y a eliminar la publicidad espectacular, los letreros y las vallas, esos son recursos del siglo pasado.

La publicidad es una irrespetuosa invasión del espacio público.

Seguiremos insistiendo.

Cualquier comentario con esta columna que desea un Quintana Roo limpio y competitivo, favor de dirigirlo a: sgrubiera@acticonsultores.com

Mazatlán, el mejor Tianguis

por Latitud21 Redacción 2 mayo, 2018

Luego de tantos y tantos años de criticar la organización del Tianguis Turístico, y en los últimos años la poca asistencia de compradores, hoy debemos reconocer, cuando menos es lo que he recogido de muchos asistentes, que el Tianguis en Mazatlán ha sido un éxito rotundo.

No me apersoné a la ceremonia de apertura, por la pésima experiencia de ediciones anteriores, pero por lo que me comentaron algunos asistentes, en esta ocasión se respetó la puntualidad como nunca antes, los discursos fueron acertados y el convivio estuvo a la altura.

La nota mala es que el Estado Mayor Presidencial le arruinó la fiesta a Best Day, que tradicionalmente es la primera y mejor fiesta de todo el Tianguis desde hace más de dos décadas; pero bueno, Best Day es quien es y su prestigio y vanguardismo se reconocen con o sin fiesta.

Lo que llamó mi atención positivamente es la cantidad de gente que atestigüé haciendo negocios en prácticamente todos los stands del Tianguis. Compradores de todas partes del mundo, destacando entre ellos a Corea y otros países de Medio y Lejano Oriente.

Es de recordar que el año anterior en Acapulco, el Tianguis parecía un pueblo fantasma y las caras de todos los expositores eran de molestia, lo que contrastó radicalmente este año.

El recinto, maravilloso, amplio, cómodo, con buen aire acondicionado y excelente señal para el internet y la telefonía.

Bueno, y lo mejor fueron los mazatlecos en todos sentidos. Por una parte, parece que el estado no se conformó, como han hecho todos, con la labor que hace o que debiera hacer el Consejo de Promoción Turística de México (CPTM) en materia de promoción. En este caso Sinaloa se puso las pilas, como decimos los mexicanos, y le metió mano de manera importante a la promoción para atraer compradores de todo el mundo; pero no solo eso, se esmeraron en el arreglo y puesta en valor de  la ciudad y sus atractivos que cautivaron a propios y extraños.

Hablemos de Mazatlán

Hermoso enclave del Pacífico mexicano, con maravillosa gastronomía, los mejores camarones, callos y otras delicias del mar de todo México, sin duda; bellísimo malecón y un romántico, encantador y cautivante Centro Histórico, con un parque lleno de palmeras, digno de una novela histórica.

Pero lo mejor sin duda es el alma, la simpatía, el sabor, el ritmo y la calidez de los mazatlecos, de sus hermosísimas mujeres, de su acento norteño y de su hospitalidad que sin duda dejó a México a gran altura frente a turistas, compradores y gestores del turismo mundial.

Hay que trabajar sin duda en Mazatlán en la mejora de la infraestructura hotelera, en la calidad de los servicios turísticos y en elevar los estándares, para ponerlo a la vanguardia con los grandes destinos turísticos de playa a nivel mundial, pero estoy seguro que esta puesta en escena en el marco del Tianguis Turístico de México contribuirá en gran manera.

Mazatlán es de esos lugares mágicos del mundo en el que se puede comer los más frescos y deliciosos mariscos en un ambiente relajado de provincia rodeado de sonrisas y calidez. Falta agregarle estándares de calidad para que se convierta en un icono de la gastronomía mexicana.

En suma, me parece un gran acierto del gobierno mexicano el haber elegido esta sede; me parece loable y de exaltarse la labor que realizaron gobierno, empresarios y sociedad en Mazatlán y Sinaloa en general para lograr esta magnífica puesta en escena, que estoy seguro ha dejado a la gran mayoría más que satisfechos, tanto a expositores, compradores y gestores del turismo en lo general.

Al César lo que es del César.

La tiene muy muy difícil Acapulco para 2019…

Hasta la próxima.

Akumal, mitos y verdades

por Latitud21 Redacción 2 abril, 2018

¿Pueden 28 aventurados representar a mil 500?

Bueno, en este querido país casi todo es posible…

En el querido y legendario poblado de Akumal, Quintana Roo, en una de las más hermosas bahías de todo el Caribe, 28 individuos dedicados de manera clandestina a la actividad de “guiar” el nado con tortugas se ostentan como representantes de toda una comunidad de más de mil 500 habitantes.

Realmente no se necesita de guías para entrar en contacto con los hermosos quelonios en la bahía de Akumal, pero como los mexicanos somos ingeniosos, a un grupo de “listillos” se les ocurrió hace unos cuantos años la idea de que podían cobrar a los curiosos bañistas por el acceso a la playa y por la práctica de nadar con las diversas especies de tortugas que han encontrado en Akumal por años un maravilloso hábitat.

Con el  argumento de que actúan “por el bien de la población de Akumal”, estos falsos guías han irrumpido en la propiedad privada con la bandera de que las playas son públicas para hacer del nado con tortugas un negocio, que ha venido a romper con la paz y tranquilidad que se vivió en estas costas por décadas.

Las personas que se dedican al trabajo de guías de tours de nado con tortugas no llegan a 1.5% de la población total de Akumal.

En Akumal la gran mayoría de la población es gente emprendedora, decente y proactiva que se dedica a una amplia gama de actividades totalmente diversas al servicio de nado con tortugas. Personas que invierten y arriesgan su dinero en negocios de todo tipo, como fruterías, carnicerías, fondas, restaurantes, hoteles, talleres, tortillerías, farmacias, y otras tantas que generan empleos formales para  Akumal, a quienes ni les afecta ni beneficia si se comercializan o no los servicios de los nados con tortugas en la bahía.

Entonces, ¿por qué estos prestadores de servicios se autonombraron representantes de toda una comunidad?

El tema es simple, cada uno de estos cooperativistas da servicio a 12 turistas por día cobrando una tarifa promedio de 500 pesos, lo que suma unos 180 mil pesos al mes sin inversión alguna, sin pagar impuestos y trabajando dos horas al día. Rentable, ¿no?

Para lo cual lo único que había que hacer era conseguir paso libre a la playa, a costa de lo que sea.

De los 30 permisos otorgados irresponsablemente por la Semarnat en 2017, 28 de ellos fueron concedidos a personas que supuestamente viven en el poblado de Akumal, lo que se traduce en ingresos por cerca de cinco millones de pesos al mes y más de 50 mdp al año.

Y de esta increíble cantidad de ganancias anuales que reciben los “representantes del poblado de Akumal”, ¿cuánto es lo que pagan de impuestos? Adivine…

¿Y cuánto aportan estos pseudo representantes del poblado de Akumal en beneficio de su comunidad? Adivine otra vez…

Estos aguzados “prestadores de servicios turísticos”, que se han autonombrado  representantes de Akumal, ofrecen sus servicios en horarios en los que no se encuentran los inspectores de Semarnat en la bahía.

Las autoridades federales han otorgado permisos sin que medien criterios y estándares de seguridad mínimos, sin apego a principios de sustentabilidad y poniendo en riesgo el futuro de la bahía de Akumal.

Claro que las playas son públicas y están debidamente documentadas en el Plan de Desarrollo Urbano (PDU), siete ventanas, accesos públicos a la playa que son responsabilidad de la autoridad en turno poner en valor y hacer accesibles a la población. Lo que no es admisible es que estos oportunistas pretendan establecer accesos en donde a ellos les plazca para llevar a cabo sus prácticas comerciales, traspasando propiedad privada, invadiendo a particulares y vandalizando todo a su paso, como ciertamente lo han hecho, enarbolando la bandera falsa de que actúan “en nombre y beneficio de la comunidad”, engañando con ello a turistas, comunidad y gobierno.

Recientemente el gobierno del estado presentó un interesante proyecto que consiste en la creación de un atractivo y novedoso centro de interpretación para dar a conocer no solo el maravilloso mundo de las tortugas que han encontrado por siglos un refugio en Akumal, sino también el Santuario de los Monos, además de la hermosa selva y otros atractivos que rodean a Tulum y Akumal, un verdadero centro cultural e informativo del conocimiento biológico, histórico y cultural de Akumal y sus zonas de influencia, en un terreno de más de una hectárea, propiedad del gobierno del estado, que podría significar no solo oportunidades de empleo sino una muy importante ventana al mundo para mostrar esta parte del Caribe mexicano y que signifique al mismo tiempo un  producto turístico para la región, que detone la economía, que  provea de valor agregado tanto a turistas como a  la población.

Sin embargo, corre el riesgo de no llevarse a cabo ante la negativa y total cerrazón de este grupo de “redentores” de Akumal, esta plaga de oportunistas que ante semejante propuesta de desarrollo ven en peligro sus ilícitos y fáciles ingresos. El orden, el desarrollo y la competitividad van en contra de sus prácticas e intereses.

A nadie en Akumal interesa el negocio del nado con tortugas per sé, más que a este grupúsculo que ha contribuido tristemente a la propagación de una imagen negativa de este querido destino, el primero en la historia de Quintana Roo.

Akumal es un hermoso patrimonio del Caribe mexicano y debemos preservarlo.

¡El Caribe mexicano es de todos!

Nuevo año de retos

por Latitud21 Redacción 1 febrero, 2018

Trillado resulta quizá el título de esta entrega, pues cada año, cada nueva etapa, cada inicio es un nuevo reto, una nueva oportunidad de crecer, de mejorar, de especular, de esperar nuevos y mejores horizontes y de pensar que con trabajo, ahínco, buenos y, también, mejorados propósitos podemos aspirar a mejores estadios en lo personal, en lo familiar y sin duda también en el ámbito social y comunitario.

Así que aunque trillada y desgastada, permítanme mis ocho lectores usar esa frase para arrancar el año y este espacio, siempre con la esperanza de que podemos estar mejor sin que ello signifique que debamos dejar atrás la historia, las experiencias y los aprendizajes.

Hay que “echar pa’ delante”, como se dice, pero sin soslayar las experiencias del pasado para de ellas aprender, no tropezar con las mismas piedras y estar listos para emprender nuevos derroteros.

Alguna vez recientemente escribí en este espacio que me daba pena el destino de un tal Roberto Borge, al recordar su elocuente discurso de toma de protesta cuando ascendió a uno de los más altos cargos que un ciudadano puede alcanzar en su comunidad, el de ser gobernador, cargo que desde tiempos de la Colonia significaba no solo la más alta distinción sino la oportunidad, aunque fuera solo retóricamente, de proveer una mejor calidad de vida a la población gobernada.

Aunque si leemos a los cronistas de la Conquista, la Colonia y de las épocas posteriores, entenderíamos que los gobernadores estaban ahí para servir a la Corona, a ellos mismos y a los intereses de los más allegados, utilizando a los súbditos y pueblo en general para lograr a costa de lo que fuera sus muy personales propósitos.

Dice Bernal Díaz del Castillo en su magnífica crónica, que luego de que eligieran a Cortés por capitán general y justicia mayor, nombrada la villa y alcaldes y regidores, que estaban tan enojados y rabiosos los de “la parcialidad” del gobernador de Cuba, Diego Velázquez, que para acallar las voces, “entonces avisó secretamente a Juan de Escalante que le hiciésemos parecer las instrucciones que traía de Diego Velázquez, lo cual luego Cortés las sacó del seno y las dio a un escribano del rey que las leyese, y desde que decía en ellas: “Desque hobiéredes rescatado lo más que pudiéredes, os volveréis”, y venían firmadas de Diego Velázquez y refrendadas de su secretario Andrés de Duero. Todo a efecto de que su majestad supiese en España “cómo todo que hacíamos era en su real servicio, y no nos levantasen alguna cosa contraria de la verdad”.

El texto justificaba a Cortés pero evidenciaba la ambición del gobernador Velázquez.

Es decir, en leguaje de hoy, una vez que llegues, agarra todo lo que puedas y te regresas.

Solo que Borge agarró todo lo que pudo, con la venía, la instrucción y la guía de su antecesor, pero no se pudo escapar y hoy irónicamente clama justicia.

Me causa un poco de gracia, debo decirlo, que el anterior virrey de Quintana Roo clame hoy justicia y que su ilustre abogado exclame que el dilecto otrora poderoso gobernante ha bajado de peso a causa de la mala alimentación del presidio, entre otras cosas. ¿Pues qué esperaba el joven Borge? ¿Comida gourmet? … Que estaba bajo la sombra sin ver el sol. ¿Pues qué esperaba? ¿Tratamientos de spa y mejoramiento estético?

Nuestra nueva, demeritada, devaluada y desprestigiada clase política llega al poder a base de mentiras, de arreglos políticos, de componendas y acuerdos en lo oscurito, muy lejanos a los principios democráticos y a los verdaderos deseos del pueblo; se acomodan, “dirigen” y designan de manera lamentable y al final, si acaso se hace justicia, esperan ser beneficiarios de los derechos humanos. Realmente un escenario ridículo, absurdo y vergonzante.

Hoy lo que se espera no solo es que purguen condenas, que sufran y sean maltratados, sino que además retribuyan al pueblo y al estado lo que desviaron, lo que malgastaron, lo que se robaron.

No vengáis ahora, por favor, dilectos e irredentos (vestidos de humildad) suspirantes y aspirantes en estas próximas elecciones a decirnos que estáis con el pueblo, que vuestro compromiso es con la juventud, con los más necesitados, y con el desarrollo sustentable; frases todas hechas, carentes de verdad y honestidad. No habléis como políticos si queréis confianza y voluntad de nuestra parte.

Tengan en cuenta que estamos lastimados, heridos, maltrechos, pero que seguimos vivos y fuertes y que cada vez será más difícil engañar a este pueblo.

Por ello, mis queridos y escasos lectores, es este año uno de nuevos y muy interesantes retos, pero también de oportunidades.

Hagamos lo propio, trabajemos duro, pero más que ello pensemos con visión lo que realmente podemos hacer para cambiar en lo personal, como familias y como ciudadanos, por mejorar a este querido país, sin estar pensando en lo que pueden hacer por nosotros los políticos y gobernantes, ellos ya traen su agenda y, esa, no es la nuestra…

Al Buen Entendedor…

Exitoso 2018 para todos.

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