Una propuesta innovadora y de mucha calidad gracias a la iniciativa de jóvenes quintanarroenses
Más que un chocolate, más que un bombón, más que un delicioso antojo, en cada pieza que ofrece Perfect Chocolate encontramos una experiencia sensorial única. Un bocado que evoca toda la creatividad y la pasión de manos caribeñas que le apuestan a un producto lleno de sabor y color, pero sobre todo, un producto bien hecho.
Es la propuesta de Brayan Emanuel Dzib Cauich y Samuel Enrique Puc Pech, dos talentosos jóvenes originarios de Isla Mujeres, quienes decidieron unir sus habilidades y pasión por la chocolatería, en un producto espectacular, que habla de sus ganas de salir adelante.
Empezaron justo en tiempos de pandemia, a mediados del año pasado, refiere Brayan, porque la emergencia impactó el trabajo en el que se desempeñaban.
Al cerrar el hotel donde se ocupaba en cocina y pastelería, Samuel lo invitó a colaborar en la panadería de su papá. Estando ahí, platicaron otras posibilidades, intercambiaron ideas, tomaron cursos y así nació Perfect Chocolate.
Por supuesto, al principio fue como un hobbie, más que como plan de negocio; sin embargo, como era lógico porque empezaron a obtener buenos resultados, la gente comenzó a interesarse por el producto y hacerles pedidos.
Calidad y variedad
Ofrecen chocolates artesanales con diferentes rellenos y con una presentación muy llamativa, llena de color.
Brayan explica que todos los chocolates son hechos a mano, utilizando los mejores ingredientes y sin conservadores
Cada bombón viene con una colorimetría diferente, utilizan manteca de cacao y cubierta delgada de chocolate cien por ciento mexicano; en el interior viene un ganache de fruta, licor o algo de temporada. Usan chocolate real semiamargo al 54%.
La gente los contacta a través de Facebook e Instagram; ofrecen paquetes de 6, 9 y 16 piezas; los costos son 150 pesos, 240 pesos y 350 pesos.
Además, venden barras rellenas y con colorimetría, a 130 pesos.
Explica que casi siempre los adquieren para regalar, pues son deliciosos y los entregan en una cajita con muy buena presentación, lo que los hace aún más atractivos. También los incluyen como decoración y recuerdo en centros de mesa de celebraciones especiales.
Para refrescarse y demostrar su talento innovador, recientemene hicieron una colección especial, en la que destacaban: Ganache de chocolate xocolatl, Ron intergaláctico (ganache de ron), Mermelada artesanal con ganache de vainilla y Vainilla coqueta (ganache de chocolate blanco y vainilla de Papantla).
Asesoría y capacitación
Explica que lo más difícil fue el proceso al inicio, muy largo; “porque teníamos conocimiento básico de chocolatería (Brayan estudió Gastronomía en la Universidad del Caribe en Cancún), pero había que asesorarnos para conocer a fondo la formación de cristales, sobre todo porque usamos chocolate mexicano real que conseguimos en Quintana Roo. También nos faltaba conocer más sobre la colorimetría, eso tiene cierto grado de complejidad, porque debe ser a una temperatura muy controlada, máximo 22 grados, y aquí en la entidad hace mucho calor; se requiere muy buen temperado para que no se funda”.
Para saber más al respecto tomaron cursos en la Colombia, Ciudad de México, Veracruz y Oaxaca.
Reconoce que si bien iniciaron como un hobbie, poco a poco ha ido creciendo; Brayan tuvo oportunidad de volver a trabajar en hotel, pero como las actividades de Perfect Chocolate ya requerían más tiempo, dejó de lado el empleo en el centro de hospedaje, para dedicarse de lleno a esto.
De hecho, por ahora hacen alrededor de 20 kilos a la semana; “quizá ahora no es mucho, pero nos enfocamos un poco más en variedad, en hacer más cosas, especializarnos e innovar”, comenta Brayan.
Confianza y agradecimiento
Justamente por eso, comenta que lo más satisfactorio es que los clientes agradecen que les ofrezcan algo que sale de lo tradicional, algo más de vanguardia.
Más adelante comenta que realizarán cursos para quien quiera aprender y emprender así como ellos.
Por eso, invita a todos los que tengan ganas de emprender algún negocio, sea del giro que sea, a que se animen y no tengan miedo. “Tropiezos siempre habrá, pero hay que confiar; nosotros por ejemplo hemos tenido críticas, pero lo tomamos como algo constructivo, para mejorar el producto y capacitarnos. La verdad es que esto es un mundo muy extenso, tanto la panadería, como la chocolatería o incluso ahora la cocina molecular. Si te gusta y amas lo que haces, sigue ahí, hazlo con pasión y las cosas poco a poco se irán dando”.
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Paquetes
6 piezas: 150 pesos
9 piezas: 240 pesos
12 piezas: 350 pesos
Barras: $130 pesos
Todos son rellenos con fruta, licor o algo de temporada, pero sobre todo, con una capa de chocolate muy colorida.