El enorme reto de la movilidad

por ahernandez@latitud21.com.mx
  • Al buen entendedor
  • Sergio González Rubiera
    Presidente de la AMAV Quintana Roo 
  • • sgrubiera@acticonsultores.com

De gran preocupación me resulta atestiguar que cada día siguen llegando “madrinas”, esos transportes enormes para automóviles con más y más de ellos, nuevecitos y flamantes para seguir inundando las estrechas y maltratadas calles de Cancún, Playa del Carmen y carreteras de Quintana Roo.

Las agencias de autos siguen recibiendo vehículos nuevos a diario, que por supuesto se siguen vendiendo, en una ciudad en la que auténticamente ya no caben más. 

Por décadas en nuestros países se ha privilegiado al automóvil y se ha menospreciado al peatón, al espacio público y al privilegio de caminar. Cancún, el más exitoso destino turístico de México, en conjunto con la Riviera Maya, no es la excepción en esta práctica; al seguir fomentando el uso del automóvil indiscriminadamente, y reducir las opciones para el transeúnte y para quienes no poseen un automóvil, se sigue saturando a la ciudad, a las vialidades, se complica la convivencia y hasta se deteriora el tejido social por muy diversas razones, que comparten su causa en el insolente, inaudito, insoportable e insufrible caos vehicular.

Vayamos por partes, diría Jack 

“El Destripador”…

En una ciudad saturada de autos, con vías estrechas, llenas de baches, pocos lugares de estacionamiento, mala planificación de semáforos, y tránsito caótico a todas horas, lo que menos se requiere es más vías para transportar más autos; lo que se requiere con urgencia son soluciones de transporte público masivo, pero de gran calidad que nos permita y nos invite a todos a dejar el auto en casa y usar el transporte público.

Claro que ni usted que me lee, ni yo, vamos a dejar el auto en casa mientras no haya rutas acordes, autobuses dignos y limpios con aire acondicionado, conectividad y muchas otras comodidades.

La solución al caos vehicular y estrechez de la zona hotelera de Cancún no era un puente moderno, que sólo llevará más autos; lo que se requiere es transporte urbano lagunar; diversos puntos de parada en la laguna de la zona hotelera, barcos cómodos que cruzan la laguna en sólo 12 minutos como lo que propuso el empresario Germán Orozco, en paz descanse, que bastante sabía del tema.

Lo que se requiere son estacionamientos para 5 mil autos en Tajamar o sus proximidades y varias rutas de autobuses de colores que vayan desde esos enormes “parkings”, hacia puntos determinados de la zona hotelera, sin paradas intermedias y una conexión con bicicletas gratuitas para que los trabajadores y los ejecutivos puedan llegar a sus centros de trabajo. Un boleto único, que se compra en módulos inteligentes, que se puede pagar con tarjetas de todo tipo y que sirve lo mismo para el bus de colores que para el aqua taxi, que se puede comprar por día, por semana, por mes o por trimestre.

Necesitábamos un Boulevard Colosio elevado de alta velocidad, sin semáforos, y no el remedo que se hizo gastando una millonada, que resolvió los baches, pero que sigue sin resolver los tiempos y el drama que es entrar y salir de Cancún.

La movilidad es un asunto de enorme prioridad que requiere estudios, planeación estratégica, consenso, inversión del estado y mucha socialización.

La enorme deficiencia en el transporte público tiene incidencia en el tejido social y en la calidad de vida de las familias. Es inconcebible que un trabajador de la zona hotelera de Cancún, y también de la Riviera Maya en diversos puntos, tenga que invertir 4 o 5 horas de su vida diaria en transportarse, implicando con ello, el poco, poquísimo tiempo que le puede dedicar a su familia; las largas horas de abandono a los hijos generan también ociosidad, ansiedad y delincuencia juvenil.

La malísima calidad del transporte público genera también cientos de automóviles que viajan con un solo ocupante, provocando el tránsito vehicular caótico que a todos estresa y que incide también en el humor, el ánimo y la salud mental de toda la población.

La movilidad no es algo que pueda decidir y resolver el gobierno por sí solo, ni es algo que se resuelva mágicamente con modificación de rutas o renovación de unidades de transporte; la movilidad es un asunto de derechos humanos de la mayor importancia, es una asignatura que merece planificación consensuada, involucración de expertos, que requiere de presupuestos significativos y de que se le otorgue prioridad estratégica.

Si el asunto de la movilidad no se atiende de manera integral, estratégica y con recursos importantes en Quintana Roo, dentro de poco la ciudad de Cancún, para empezar, será un gran estacionamiento, los tiempos de desplazamiento serán una locura insostenible y la salud mental continuará en franco deterioro y no exagero, hoy todo mundo está ya de mal humor por el tráfico, como le llamamos aquí al tránsito vehicular, una locura pues…

No hagan anuncios huecos, no aborden el tema sin planeación, y no nos dejemos llevar a la ligera, el asunto es de la mayor importancia…

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