Capítulo XL • Soluciones

por ahernandez@latitud21.com.mx

 

 

Los textos que abordan temas importantes relacionados con sistemas sociopolíticos, ecológicos y espirituales suelen estar colmados de críticas de todo tipo, desde las histéricas de los fanáticos, hasta las razonables de personas sinceras e inteligentes, pero casi nunca plantean soluciones realistas, factibles, que le sirvan al lector como referencias de dirección y de sentido para que pueda actuar de acuerdo con su visión del mundo.

Sistemas políticos y sus consecuencias

Las inquietudes del espíritu humano y su evolución lo han llevado a explorar e implantar muy diversos sistemas políticos y sociales, así como diversas religiones y visiones del mundo, y con ellas ha experimentado, a veces por milenios, como en el caso de Egipto con los faraones, a veces por centurias, como en el de la antigua Roma con los emperadores, o por años, como en el de las dictaduras latinoamericanas, africanas, asiáticas, etc., que duran lo mismo que el dictador.

Ya desde los tiempos del maravilloso pueblo griego, luego en el Renacimiento, después en Francia, se manejó el concepto de república y, en la era moderna, el de república democrática o monarquía parlamentaria, cuyo eje central es la libertad del individuo.

Es en estos sistemas en donde se ha logrado imponer la libertad del ser humano, desarrollar con más fuerza sus características creativas y generar y aplicar con más ímpetu y eficacia los derechos humanos. El principal de los cuales es el derecho a la vida, la vida del ser humano presente y futuro, el «derecho a la vida en libertad».

En el mundo actual, con sus enormes errores y deficiencias, los 20 países más desarrollados (a excepción de China), y los 20 de mayor ingreso per cápita (entre los que no está China), son países democráticos cuyos sistemas se basan en la división de poderes (sean republicanos o parlamentarios), salvo quizás alguna monarquía o dictadura petrolera (mientras le dura el petróleo)

Y es que la experiencia histórica demuestra que en los países en donde el poder radica en el pueblo, que lo ejerce en elecciones libres, en donde hay división de poderes, se respetan los derechos humanos y prevalece el estado de derecho, se logra una mejor justicia social y mayores niveles de vida.

Ha quedado demostrado que los sistemas demagógicos impuestos por canallas y perversos que engañan al pueblo, llámese comunismo, mesianismo histórico, populismo, etc., conducen a la pobreza y a la depredación ecológica.

Soluciones globales

Por desgracia, desde el punto de vista del desarrollo sustentable y la protección ecológica, en ningún sistema se ha dado todavía la conciencia necesaria que obligue a actuar al respecto seria y responsablemente.

De todas formas, es en los países desarrollados del primer mundo (Alemania, Inglaterra, Estados Unidos, etc.) en donde, apenas en el siglo pasado y al principio en forma fanática, nace la conciencia del problema ecológico.

Todavía hoy no ha surgido ningún líder que logre institucionalizar o por lo menos encabezar un movimiento ecológico mundial. Es impresionante la cantidad de textos, documentales, informes científicos que existen en todo el mundo sobre el asunto, por ejemplo, del calentamiento de la Tierra, del hoyo de ozono, de la extinción de especies, de la contaminación de la atmósfera y de los mares, del abatimiento de los niveles del agua en los pozos por sobreexplotación, de la deforestación de las selvas y sus consecuencias, tanto en las lluvias como en el ciclo del oxígeno, de las lluvias ácidas y sus efectos devastadores, etc. Con la información existente sobre cada uno de esos temas se podrían llenar bibliotecas enteras y, sin embargo, es muy poco lo que se hace. ¿Por qué?

La razón es simple: NADIE, ni políticos en primer lugar, ni ciudadanos, queremos pagar en nuestros consumos el precio ecológico de los artículos que consumimos.

Ningún político asume la responsabilidad de incrementar el costo de la vida, permitiendo que el petróleo (como energía no renovable) y la generación de la electricidad (como consumidora de petróleo y contaminante) y el carbón (como generador de energía y contaminante), etc., incluyan el precio ecológico porque nosotros los consumidores preferimos comprar hoy barato que pensar en un futuro que creemos que no nos pertenece. Los políticos saben reaccionar a las demandas de los votantes.

Las soluciones propuestas en las dos grandes reuniones mundiales sobre el tema, la de Río y la de Tokio, no se han podido implementar correctamente por la razón antes mencionada.

Sin embargo, las soluciones globales deben ser analizadas, implementadas y supervisadas por la ONU, que es el organismo multinacional más importante creado por el espíritu humano. Es en ella en donde debe aparecer el gran líder mundial del medio ambiente, es en su seno en donde se debe legislar para los grandes problemas del orbe.

Existe en el mundo un gran problema, que es el de los nacionalismos acendrados, los conceptos de autonomía nacional y fronteras que han justificado los crímenes más grandes de la historia. Hoy con la globalización, los problemas no sólo son locales o nacionales, sino mundiales; el consumo excesivo de carbón de hulla en las repúblicas socialistas, provoca la destrucción de los bosques en Alemania; los aerosoles y el abuso del aire acondicionado en los países desarrollados, produce el hoyo de ozono que nos afecta a todos; el transporte deficiente del petróleo contamina mares nacionales e internacionales, y TODOS contaminamos la atmósfera (unos más que otros). Así pues, todos los ciudadanos del mundo, unidos, deberemos presionar, para que nuestros políticos apoyen en la ONU las mociones de análisis, estudios, conclusiones y legislaciones que rijan en TODAS las naciones del mundo con miras a un bien global, compartido, presente y futuro.

En este libro he hablado ya de la división de los países, según su ingreso per cápita, en primero, tercero y quinto mundos. Como es lógico y fácil de comprender, los problemas para los países de cada una de esas categorías son totalmente diferentes, no sólo en lo económico, sino también en relación con su visión del mundo, en donde tradiciones, costumbres, educación, religiones, etc., difieren por completo.

Soluciones locales

Insistir en que los problemas ecológicos se deben resolver localmente de la misma forma en Suiza, que en Bangladesh, Kenia, Estados Unidos y México es mentira de políticos ignorantes y demagogos.

Es cierto que existen problemas generales, ligados normalmente a las grandes empresas transnacionales y locales, productoras y consumidoras de energía. Por ejemplo, las grandes empresas productoras de electricidad con combustibles fósiles no renovables, o las de producción de energía eléctrica con energía atómica, como también la producción de monóxido de carbono (CO) por las emisiones de los vehículos de motor, principalmente autos y camiones, pueden tener soluciones globales.

Existen tres tipos de soluciones:

  1. Globales. Que deben ser resueltas y legisladas en la ONU.
  2. Locales. Que deben ser resueltas y legisladas en cada estado en congruencia con su propia realidad.
  3. Regionales. Que deben ser analizadas en el marco de una legislación del país con su propia visión regional de la realidad.

Las legislaciones globales, locales y regionales se deben a su propio ámbito y uno engloba a la otra, pero otorga la discrecionalidad de sus propias características.

a) Soluciones globales. Ejemplos:

1. Una planta generadora de electricidad con combustibles fósiles deberá cumplir especificaciones de protección a la atmósfera en todo el mundo, en cualquier país, o región en donde se coloque.

2. Los coches deberán incluir tecnologías anticontaminantes.

3. Las televisiones y computadoras deberán producirse, en cualquier país del mundo, con materiales reciclables.

Estas medidas inevitablemente elevarán los costos de los productos, lo cual afectará la economía de todos los países del primero, tercero y quinto mundos.

b) Soluciones locales. Luego vendrán los conceptos locales y es aquí en donde no es válido pensar que se pueden universalizar las legislaciones, pues eso provocaría una enorme injusticia social. Por ejemplo, no se puede aplicar el mismo criterio ecológico para hacer una carretera en un país de primer mundo, que ya tiene comunicado al 100% de sus poblaciones de más de 50 habitantes, que en un país aún mal comunicado. Tampoco es justo aplicar el mismo criterio ecológico para la producción hidroeléctrica (energía producida por presas en los ríos), en países que ya aprovechan el 90% de sus recursos hidrológicos, que en uno donde sólo se aprovecha el 10% de los mismos.

Se comete una injusticia histórica y social, cuando se trata de imponer en el tercero y el quinto mundos restricciones que en el primer mundo nunca se tuvieron, pues en su momento devastaron sus bosques, contaminaron sus ríos, agotaron sus recursos naturales, su fauna, su  flora, contaminaron y siguen contaminando océanos, mares y la atmósfera que nos afecta a todos.

Por eso las legislaciones locales deben corresponder a las soluciones y problemas locales y buscar interacciones. Por ejemplo, se habla mucho de la devastación de los bosques tropicales, que equivale a la que los países desarrollados perpetraron contra sus bosques, de climas fríos, y que después, ya ricos, rehabilitaron.

Este problema es real y, efectivamente, ante nuestros ojos se están acabando los bosques tropicales de maderas finas y los bosques húmedos en donde existe la mayor biodiversidad del planeta. ¿Por qué?

La razón es la más simple e históricamente conocida: el hambre. Cuando a un ser humano le ponen la disyuntiva de tirar un árbol (o matar un animal) o ver morir de hambre a sus seres queridos, simplemente tumba el árbol (o mata al animal). Así de simple y sencillo; y eso ha sido, es y será por los siglos de los siglos. A menos que se evite.

Solución:

Mucho se ha hablado de los grandes productores de CO₂ (transnacionales o nacionales) que empobrecen la atmósfera de oxígeno, y todos sabemos que los bosques, además de equilibrar el clima, son grandes productores de este elemento vital. La solución, entonces, es que los productores de bióxido de carbono emitan bonos canjeables por oxígeno, y que estos bonos los puedan cobrar los productores de oxígeno.

Si sabemos cuánto CO₂ produce una planta que consume, digamos, carbón, y cuánto oxígeno produce una hectárea de bosque tropical, pues simplemente se puede canjear uno por otro. Por cada litro que consume nuestro automóvil, podríamos pagar, por ejemplo, un centavo como precio ecológico por el oxígeno, con lo cual podríamos empezar a rehabilitar millones de hectáreas devastadas de nuestros bosques en todo el mundo. O podríamos también pagar un centavo por cada kilogramo de papel que consumimos (del baño, periódico, etc.), con lo cual repoblaríamos todos los bosques templados que una mezcla de personas con hambre, políticos corruptos y talamontes ambiciosos han devastado en todo el tercero y el quinto mundos, como lo hicieron en su momento en el primer mundo.

Medidas como éstas se pueden instituir global y localmente, según la diferente capacidad de cada país, y ayudarían mucho a solucionar problemas en todos lados, ya sean globales, locales o regionales. Es cuestión de que todos estemos de acuerdo en que debemos pagar el precio ecológico de nuestro consumo, un precio que nosotros fijemos, y no que vayamos a copiar a otros mundos.

c) Soluciones regionales. Este es el punto focal de cada región, en donde el problema lo tenemos a nuestro lado.

Cada región tiene sus características sociales, económicas y ecológicas propias: las costas son diferentes a los desiertos, los cuales difieren de los bosques; no es lo mismo tirar un árbol en el bosque, que el único que queda en un desierto.

Cada región requiere su propio estudio y análisis, y es aquí en donde radica uno de los principales problemas del tercer mundo, ya no digamos del quinto mundo: simplemente nunca hay recursos para realizar los estudios necesarios.

Además, en el tercer mundo han aparecido grupos ecologistas politizados, que normalmente obedecen a intereses económicos, sociales o políticos, y grupos políticos que los utilizan, que ante la ausencia de estudios REALES, técnicos y con bases científicas, politizan todas las acciones u obras del desarrollo y frenan con una inconsciencia y una demagogia terribles cualquier posibilidad de desarrollo.

La imprecisión de las leyes, la confusión de legislaciones que no corresponden a la realidad, la presencia de políticos corruptos y de fanáticos ecologistas en todo el mundo, producen una mezcla que para el tercer mundo es fatal. No toman en cuenta el factor humano, económico y social de cada país y región. En todo el mundo, esto debería considerarse «traición a la patria», pues condena a la pobreza a miles de ciudadanos y al subdesarrollo, desnutrición y muerte a sus hijos. Yo siempre prefiero la sonrisa de un niño al canto de un pájaro, pero los deseo juntos al mismo tiempo.

Solución:

Es aquí en donde se requiere la solidaridad internacional, pero sobre todo la nacional, para solucionar problemas.

1.-Es imperativo que los organismos internacionales apoyen económicamente a los países del tercero y el quinto mundos con recursos económicos para la realización de estudios ecológicos locales y regionales (sin imponer que sean como los de ellos).

2.-Es imperativo que los políticos del tercer mundo no se roben ese dinero y lo apliquen adecuadamente a los estudios requeridos.

3.-Es imperativo que los gobiernos centrales, estatales y municipales, apliquen recursos con honestidad y certeza técnica y verídica, estableciendo las prioridades nacionales y regionales que se requieran, sin politizarlos.

4. Pero lo más imperativo es que la comunidad, no los grupos fanáticos, o políticos, de cada región, país o mundiales, participen activamente, tomando en cuenta sus intereses particulares y desarrollando una conciencia colectiva de la realidad regional, local y mundial, para dar los pasos necesarios en cada caso, y equilibrar con desarrollo sustentable las medidas que se adopten.

Ejemplos:

1º. Una zona costera. Las zonas costeras tienen áreas de fragilidad ecológica que se deben respetar. La mayoría de las costas en el primer mundo, y ya una gran cantidad en el tercero, han desarrollado durante el siglo pasado, y muchos desde hace varios siglos, «carreteras costeras» que inevitablemente han seccionado los ecosistemas, al desconectar la parte que va del mar a la carretera de la que va del otro lado de la carretera hacia el interior del continente. También debemos tomar en cuenta, por ejemplo, que los ríos llegan al mar y cruzan puentes carreteros, pero llegan con sus cargas de sedimentos y contaminantes, además de que existen corrientes subterráneas que arrastran sustancias tóxicas.

Entonces, las costas se tienen que analizar regionalmente y, de esa manera, de esa manera, ir creando sus propias legislaciones ecológicas, con bases técnicas y científicas.

Pasos del estudio ecológico de una zona costera:

1. Se toma una fotografía aérea para respaldar el estudio actual o se utilizan dos fotografías satelitales.

2. Se dan puntos clave en tierra con sus coordenadas geográficas para poder localizarlos y marcarlos en la fotografía y en los planos.

3. Se zonifica con base en la fotografía marcada para determinar una unidad de gestión ambiental (UGA).

4. Se hace un levantamiento topográfico de cada UGA, para localizar correctamente en la realidad las características supuestas.

5. Con todos estos datos, se procede a realizar un estudio técnico científico de caracterización ambiental, que permite marcar con precisión las zonas que se deben respetar, las frágiles y las susceptibles de desarrollo.

Una vez delimitadas perfectamente estas áreas, se determina con apoyo técnico y científico la capacidad de desarrollo en función del área aprovechable y del menor daño ecológico.

Se marcan los factores compensatorios y de conservación de cada desarrollo.

2º. Legislación con delfines. Como en Estados Unidos existía una legislación que limitaba el nado con delfines, se ha tratado de imitar el concepto en México. Pero en aquel país se corrió una demanda que alegaba: «¿Por qué no se puede nadar con un delfín y sí montar un caballo?, ¿no son ambos mamíferos?» La ley fue modificada, pues estaba profundamente influenciada por tabúes místicos, que diferenciaban calidades en el reino animal.

El humanismo moderno marca con razón que a los seres del reino animal se les debe dar un trato humanista, que es diferente a un trato humano; todos estamos de acuerdo en que a los animales se les debe tratar bien.

Es sabido que muchos animales bien tratados guardan lealtad y afecto hacia sus dueños o entrenadores. Y no sólo eso, el dueño de un caballo o un perro, o el entrenador de un delfín (como todo aquel que nada con ellos), son y siempre han sido grandes defensores de los animales.

Nadar con un delfín es una experiencia importante, pues es un contacto con un animal de gran nobleza, que generalmente se muestra paciente, tranquilo y feliz; está probado que su contacto produce en los humanos una agradable sensación de serenidad, además de que las delfinoterapias ayudan, entre otras cosas, a tratar a pequeños autistas.

¿No se deben tomar en cuenta la satisfacción del cliente, el efecto positivo para la conservación, las divisas que genera a países necesitados de fuentes de trabajo, etcétera?

Si se desea hacer legislaciones correctas, se debe tomar en cuenta LA REALIDAD total, y no hacerlas con sentido político, mala fe o miedos psicológicos.

La idea de que nada se puede hacer es hija del fanatismo; la de que todo se puede es hija del desarrollismo.

La única postura sólida es el desarrollo sustentable, apoyado en la libertad y el libre mercado.

La energía que requiere un país para desarrollarse, las características, las presas para producir electricidad y distritos de riego que produzcan alimentos, las fábricas que produzcan artículos de consumo, los cuartos del hotel que albergan turistas, generan divisas y fuentes de empleo, las líneas de transmisión de energía, los aeropuertos, muelles y puertos que transportan mercancías y personas, las líneas de ferrocarril, etc., no son caprichos o productos innecesarios para un país, sino la base de su desarrollo y bienestar económico; son conceptos que el tercero y el quinto mundos requieren realizar para romper el círculo vicioso de la pobreza y depredación ecológica a la que están sometidos. Obstaculizar el desarrollo es condenar a los pueblos a la pobreza, a la injusticia, a la desnutrición y a la ignorancia.

Cada uno de esos conceptos requiere estudios, pero no con su espíritu tecnocrático, sino profundamente social. Se deberá siempre tomar la alternativa con mayor desarrollo y menor daño social.

De la misma manera, se puede analizar una cuenca de un río, en la cual se piensa realizar una presa o la trayectoria de una carretera, que deberá permitir la conexión de la región ecológica que afecta, o de un oleoducto, como el de Alaska que permitió y respetó las rutas tradicionales de migración de los renos, etcétera.

El presente ensayo no pretende ser un estudio técnico, simplemente plantea que para cada problema existe una solución, y que hoy se tienen las herramientas para hacer estudios veraces de costos y compensaciones ecológicas; y que con las herramientas correctas y tomando en cuenta las realidades socioeconómicas de cada país, se puede alcanzar un desarrollo racional y sustentable en todo el mundo.

No hacerlo es un problema que trasciende lo natural para ubicarse en lo espiritual, en el mundo de valores universales que no marcan la dirección a nuestra conducta colectiva en beneficio de las generaciones futuras.

Conclusiones

He titulado este libro Ecología y espiritualidad porque considero que el problema ecológico es un problema del espíritu.

Nadie en particular puede solucionar un problema que nos corresponde a todos, no existe la posibilidad de avanzar sólidamente en la solución de problemas como el consumo energético, la generación de contaminantes, desechos que no son biodegradables, acumulación de basura, agotamiento de mantos freáticos, contaminación del agua con drenajes, etc., si no es con nuestra propia participación.

Es fundamental exigirles a los países del primer mundo, no sólo en el nivel político, sino en el de ciudadanos, de personas, de ONG honestas y actuantes, de literatura, radio, televisión, cartas, etc., que «se den cuenta». Interpelar a los poderosos y crearles conciencia de que no es un problema ajeno, que es «nuestro problema», de todos.

Es también muy importante comprender lo que hemos repetido en el libro: los problemas del futuro se solucionarán con las tecnologías del futuro.

Ejemplo: Hace apenas 20 años no se veía otra solución para el abasto de energía eléctrica que la producida por la energía atómica; la experiencia de Chernóbil generó una «nueva conciencia» que se canalizó hacia nuevos recursos; hoy parece ser el hidrógeno la solución y el espíritu humano seguirá generando otra y otra. En la libertad, el espíritu humano no tiene límites. Hace 100 años nadie podía imaginar el mundo como es hoy; hemos transformado todo. El siglo XX fue una prueba del horror que podemos generar con guerras y bombas atómicas, pero también de los logros que podemos alcanzar en bienestar, salud, alimentación y derechos humanos; tiramos la bomba, pero creamos la Organización de las Naciones. Unidad; vimos dictaduras de terror sin límites con los países comunistas y fascistas, pero institucionalizamos los derechos humanos.

Si este libro logra despertar en algunas personas un deseo honesto, limpio, de participar en la solución de los problemas de su mundo y de sus hijos; si logra hacer meditar a un solo político del poder que tiene en sus manos de legislar en ecología; si convence a algunos ecologistas fanáticos honestos, que hay y muchos, de participar con una mayor visión global, en la que nos recentremos en lo humano, tomando en cuenta nuestro entorno, como es fundamental, entonces habrá cumplido su objetivo.

En la espiritualidad podremos encontrar el sentido de nuestra vida. El positivismo y el materialismo han ayudado a la humanidad a avanzar, pero no plantean soluciones finales, pues el motor que más nos mueve es la búsqueda del sentido de la vida. Considerar que somos, como quieren los mecanicistas, materia integrada al azar, y por lo tanto que la vida no tiene razón ni sentido, es un error, como lo es el pensar que nos van a salvar extraterrestres o un milagro de Dios.

Dios actúa a través del mundo que ha creado y a través de nosotros. Somos los seres humanos los que hacemos que las cosas pasen, y si queremos que pasen bien debemos acatar el imperativo ético, tan simple y sencillo como reconocer que el otro es como yo, que tiene los mismos derechos y obligaciones, que es, como lo soy yo, fin y no medio y que el otro es también el que me sigue, el que viene detrás de mí; si todos logramos que esa visión espiritual forme parte de nosotros y se manifieste a través de la cultura en hechos concretos, entonces nuestra biosfera estará a salvo y seguirá siendo terreno fértil de nuevas generaciones, que le darán campo al espíritu humano, para que en esta sucesión de aciertos y errores que ha sido la evolución continúe el ESPÍRITU HUMANO avanzando en la dirección de la justicia, la belleza y la verdad.

Notas al calce

Dirección: Acción y efecto de dirigir o dirigirse.

Camino o rumbo que un cuerpo sigue en su movimiento.

Consejo, enseñanza y preceptos con que se encamina uno.

Sentido. Que incluye o explica con sentimiento.

Cada una de las aptitudes que tiene el alma de percibir, por medio de determinados órganos corporales.

Dictadura. Gobierno que, invocando el interés público, se ejerce fuera de las leyes constitutivas de un país.

Monarquía. Estado regido por un monarca.

República. Forma de gobierno representativo en que el poder reside en el pueblo, personificado éste por un jefe supremo llamado presidente. En las repúblicas modernas el poder se divide en tres partes: Poder Legislativo, que legisla y determina leyes (congreso y senado); Poder Ejecutivo, que ejecuta y procura el seguimiento de las mismas; Poder Judicial, que vigila y determina, en su caso, la aplicación de la ley.

Trasnacionales. Que traspasan fronteras, trascienden los límites nacionales.

CO. Monóxido de carbono, contaminante que se desprende de la combustión de energéticos fósiles como el carbón de hulla, el petróleo, etc.

Aerofotografía. Fotografía tomada a una altitud determinada con una cámara específica.

Fotografía satelital. Fotografía tomada con una técnica que permite tener datos asombrosos del suelo, de su vegetación y características y también de algunos elementos del subsuelo.

Georreferenciada. Punto referido a su longitud y latitud (referenciada con los paralelos y meridianos del mundo).

Conciencia. Concepto que involucra “darnos cuenta”.

Pauta comparativa que nos marca lo bueno y lo malo para nosotros, nuestros semejantes, el medio ambiente o nuestras generaciones futuras.