Desde hace una década, América Latina es foco de atención de muchas grandes multinacionales de lujo para establecerse en la región, donde han encontrado nuevas oportunidades de negocio a través de una expansión retail.
Paradójicamente, y aun con las crisis económicas que surfean muchos de estos países, incluyendo México, la tendencia de consumo va a la alza, reportando un crecimiento global anual de 15 dígitos, y estipulándose entre seis y siete por ciento para los próximos años, un porcentaje relativamente alto en comparación con el crecimiento previsto para Europa, de un dos a cuatro por ciento, o de Japón, de entre cero y dos por ciento, de acuerdo con el Boston Consulting Group.
Este crecimiento sostenido en la región latinoamericana en relación con los bienes de lujo es consecuencia del acceso al crédito por parte de un mayor rango del sector medio, un incremento del uso de tarjetas de crédito y los avances de la bancarización.
Y en este contexto, México y Brasil son los países que se están comiendo el pastel con una participación del 50% dentro del mercado de bienes de lujo, como lo indica la MBA en Gestión del Lujo de la Fundación Armando Álvarez Penteado (FAAP), seguidos muy de lejos por Argentina y Venezuela, y con algunas sorpresas en países como Chile, Colombia y Perú.
La participación de México juega en dos sentidos: como potencial consumidor y como potencial exportador a la región latinoamericana.
En el primer punto, el 5.2% de la población mexicana consume bienes de lujo, lo que en términos numéricos se traduce en 7.2 millones de mexicanos.
Y como potencial exportador, México canaliza el 55% del total de sus exportaciones a Latinoamérica, un indicativo que bien han capitalizado muchas multinacionales para elegirlo como punto de partida.
Y en este sentido Cancún juega un papel protagónico, y de grandes ligas, por su contribución al desplazamiento natural por su geografía, por su participación turística y por su economía.
La incursión en Cancún de la firma de relojería suiza Quinting, “la marca de los presidentes”, la única que se habla al tú por tú con la legendaria firma Rolex, así lo ha entendido. De hecho elegió el Caribe mexicano como punto estratégico para desplazarse a mayor velocidad a los mercados latinoamericanos, tema hoy de nuestra portada.
En los últimos tres años Cancún presentó un fenómeno interesante con la colocación de empresas multinacionales de bienes de lujo de todos los giros: automotriz, joyería, diseño y vinos.
Latitud 21 a lo largo de sus 12 años de historia ha recopilado esa información de propia voz de directivos de altos vuelos de firmas de lujo como Louis Vouitton, siendo la tienda de Cancún la que reporta más ventas en toda América Latina después de Brasil. TAG Heuer colocó aquí una de las siete que posee en AL. Maserati y Ferrari eligieron este destino como punto estratégico de México y AL. Cartier instaló en Cancún la boutique más grande de la marca en todo el país, considerándose una de las más rentables en cuanto a facturación a nivel Latinoamérica. En tanto, Omega concentra en este polo turístico una de las cuatro tiendas retail del territorio nacional, y Tiffany & Co. apostó a México y Cancún las más grandes inversiones de todo el mercado latinoamericano.
Las multinacionales de bienes de lujo quieren verse y dejarse ver en un territorio que se mantiene fuerte aun en aguas turbulentas. Su inserción física (retail) y virtual (on line) les está redituando sendos dividendos… como ventanas a un mundo cambiante, como sociedades aspiracionales o como una amplia región para explorar. Es tiempo de Latinoamérica para captar millonarias inversiones, y de Cancún, a sus 45 años, como punto de llegada y partida… y ya no solo turística.