Las características propias de América Latina, las cuales incluyen una vasta riqueza de capital humano y recursos naturales, así como diversidad y dinamismo económico y político, impulsan a nuestra región hacia la generación de condiciones propicias para la atracción de inversiones y su inserción como un actor clave en el proceso de globalización del siglo XXI. Además, en los dos últimos años México logró consensar una serie de reformas económicas que, a través de la modernización de sectores estratégicos, sientan las bases para que las futuras generaciones de mexicanos puedan acceder a más y mejores oportunidades que impacten de manera positiva en su calidad de vida.
Con escenarios promisorios en nuestro país y en la región, México tiene el honor de dar la bienvenida a la décima edición del Foro Económico Mundial en su version América Latina, que se llevará a cabo en Riviera Maya, Quintana Roo, del 6 al 8 de mayo, con la presencia de más de 750 participantes, entre los que destacan jefes de Estado, presidentes de compañías multinacionales, académicos y líderes de opinión, quienes tratarán temas de vital importancia para la región.
Este evento de gran impacto regional constituye una plataforma ideal para abordar cuestiones clave como la necesidad de aumentar la productividad y la competitividad, facilitar el acceso a nuevas oportunidades de inversión e identificar nuevas acciones hacia una mayor inclusión social, que permitan un desarrollo sostenible y el progreso humano de forma integral en la próxima década.
Quintana Roo, una de las entidades más seguras del país, cuenta con una importante infraestructura capaz de albergar eventos de talla mundial y una estratégica conectividad aérea que la posiciona como uno de los destinos turísticos líderes en América Latina y en el mundo, por ello es el escenario perfecto para este tipo de encuentros. Ya en el pasado fue anfitrión de importantes eventos de diálogo multilateral, como la quinta Conferencia Ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC), la Conferencia del Cambio Climático (COP 16), la Cumbre de Líderes de América del Norte y la XXI Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe como parte de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
La realización del Foro en Quintana Roo se debe en gran medida al cabildeo que desde su versión en Panamá en 2014 llevó a cabo el gobernador del estado, Roberto Borge Angulo, de la mano del Gobierno de la República, la Secretaría de Relaciones Exteriores y ProMéxico.
El Foro se da en un momento de gran oportunidad y cambios en la región. Por un lado está la reciente elección del exministro de Relaciones Exteriores de Uruguay, Luis Almagro, como nuevo secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA). Almagro ha dicho que trabajará para que el organismo vele por los intereses de las mil millones de personas que habitan el continente americano, con el pragmatismo, la búsqueda de la unidad y la solidaridad como ejes de su gestión.
Por otro lado está la reciente Cumbre de las Américas que se llevó a cabo en Panamá en abril, y en donde por primera vez participó Cuba. Más allá del encuentro histórico entre Raúl Castro y Barack Obama, las conclusiones de Panamá dejan ver que hoy en América Latina hay un amplio diálogo entre diversas corrientes políticas y sobre todo interés por discutir temas de trascendencia en materia de educación, innovación, tecnología, derechos humanos y seguridad ciudadana.
Mediante la coordinación de esfuerzos entre actores de los tres niveles de gobierno y la iniciativa privada, México se consolida como un ejemplo del potencial y capacidad de construir una economía sostenible que permita el desarrollo social de sus habitantes y así mejorar su calidad de vida. Sin lugar a dudas, el país reúne las condiciones necesarias para ser una potencia emergente en el siglo XXI y compartir experiencias de éxito durante el Foro Económico Mundial de Latinoamérica 2015.
*Internacionalista, Washington, DC.