Alejandro Rosel
Twitter: @AlejandroRosel7 / Desde el camerino
Hoy inicio una etapa que he evitado a lo largo de muchos años: escribir una columna. Las razones son varias, la más destacada: mi miedo a las letras, mi miedo a la censura, aunque usted no lo crea.
Sin embargo, en este nuevo año es momento de asumir retos y por ello acepté la invitación de mi querido amigo Amador Gutiérrez, director general de Grupo Editorial Latitud 21, a participar en este prestigiado medio, que hoy me abre las puertas. Muchas gracias por la confianza y el afecto.
Al llegar el 2020 se abren en Quintana Roo grandes expectativas por los 50 años de Cancún y cómo llegamos a ellos. Sin duda, siendo una ciudad joven tiene grandes retos que asumir y muchas acciones que ordenar.
La movilidad, la seguridad, el orden urbano, la basura, la pavimentación de calles, iluminación, empleo, accesibilidad y nuevas tecnologías son parte de los retos a enfrentar al llegar a este cumpleaños tan importante. Sin embargo, todas estas tareas de gran importancia se ven opacadas cuando en el día a día nos encontramos con un bemol fundamental que trastoca todo: la actitud ciudadana.
Si, así como usted lo lee. Todas las mañanas al transitar desde muy temprano por este municipio me encuentro con varios y a veces muchos ejemplos de la falta de civismo por parte de los que hoy aquí vivimos. La manera en la que enfrentamos nuestro día a día, en una ciudad que ha crecido en población de una manera importante en los últimos años, nos ha hecho ser ciudadanos hostiles; quizá no todos, pero muchos sí lo somos.
Ejemplos hay muchos: transitar a poca velocidad en carriles de alta, no ceder el paso a vehículos y peatones, tirar basura en la calle, estacionarnos “un minutito” en un lugar prohibido, ocupar lugares para personas con discapacidad o embarazadas en estacionamientos o lugares públicos. En fin, la lista es enorme. Pero ¿qué tan difícil es para todos los que hoy aquí vivimos el dar un poco a este destino?, el más importante de México y uno de los más importantes de América Latina.
Un poco de cortesía, civismo, amabilidad y respeto, pensando en estar a la altura de uno de los lugares más codiciados del mundo, donde además es por nosotros y nuestras familias, y así contribuir a que estos 50 años no sean un reto sino una oportunidad para hacer de Cancún un lugar mejor para todos. Que el camino sea divertido y exitoso. Hasta la próxima.