Ingeniero de profesión, Marcos Constandse Madrazo, además de ser uno de los pioneros en el Caribe Mexicano e impulsor de conceptos únicos para la atracción del turismo, es un escritor que comparte su filosofía de vida, fragmentos de la historia y crecimiento de este destino. Una de sus obras es “Ecología y Espiritualidad”, en la que aporta su interesante visión y propuestas para avanzar en el desarrollo económico de la región, privilegiando acciones que moderen y regulen el consumo, para reducir la huella ecológica, a fin de preservar lo más valioso de la humanidad y que está bajo profunda amenaza: el medio ambiente.
Hoy más que nunca este tema cobra relevancia, por lo que en cada edición de Latitud 21 incluiremos fragmentos de esta publicación. Búscalo completo en nuestra web: www.l21.mx.
Con la intención de darle al desarrollo de mis ideas la mayor claridad y precisión posibles, voy a apoyarme en definiciones tomadas de diccionarios y otras obras de consulta cuando lo juzgue necesario. De esta manera se reducirán esas diferencias de significado que suelen surgir sobre todo cuando se tocan temas como los del presente libro. Estas definiciones las incluyo al margen para no entorpecer la fluidez del discurso, y a veces las repito por comodidad del lector. Las palabras, dice Antonio Tovar, son puros instrumentos gramaticales que nos sirven para ordenar percepciones y pensamientos.
La ecología no estudia, por un lado, el medio ambiente (objeto de las ciencias naturales) y, por el otro, a los seres humanos (objeto de las ciencias naturales, sociales, políticas, etc.), sino la relación que existe entre ambos.
En la biosfera interactúan: 1) los seres humanos, 2) los demás seres vivos y 3) los objetos inanimados. Los primeros poseen espíritu, vida y energía; los segundos, sólo vida y energía; y los terceros, nada más energía. Así pues, en la biosfera se da el espíritu, es verdad, pero únicamente porque en ella vive el portador del espíritu, que es el ser humano. Si éste desapareciera, la biosfera quedaría sólo con vida y energía. El que se da cuenta de que la biosfera existe es el ser humano, él es el que se percata de esa relación y, por lo tanto, es el creador de la ciencia ecológica.
Por eso se dice que la ecología es una parte de la sociología que trata de las condiciones de existencia y desenvolvimiento de las sociedades humanas. Esta es la razón por la cual todos los que llevados de una irracional emoción desean el retorno a lo que llaman «la vida natural», no se dan cuenta de que al eliminar lo espiritual, que no es natural, eliminan lo humano, y con ello promueven la involución hacia lo inhumano, hacia la animalidad. Hablar del espíritu de la naturaleza sin incluir la condición humana es usar un lenguaje arcaico, retornar al pasado.
La forma correcta es darnos cuenta, o sea, desarrollar la conciencia de la relación que existe entre espíritu, vida, energía y materia, de ese todo relacionado que hemos dado en llamar biosfera; a la cual, para conservarla como es hoy, no podemos sustraerle ninguno de sus cuatro ingredientes, ni tampoco alterarla más allá de lo que la razón, la experiencia y la ciencia nos indican. De lo contrario, podríamos negarles a los humanos del futuro la oportunidad de ser. Esa es nuestra responsabilidad actual.
Definiciones al margen:
Ecología: Ciencia que estudia las relaciones existentes entre los seres vivientes y el medio ambiente en el que viven.
Parte de la sociología que estudia la relación entre los grupos humanos, tanto físico como social.
Ciencia: Conocimiento cierto de las cosas por sus principios y causas.
Cuerpo de doctrina metódicamente formado y ordenado, que constituye un ramo particular del humano saber.
Conjunto de conocimientos relativos a las ciencias exactas, físico-químicas y naturales.
Ciencia infusa: Conocimiento infundido directamente por Dios y no adquirido por medios humanos.
Ciencias exactas: Las que sólo admiten principios, consecuencias y hechos rigurosamente demostrables.
Ciencias físico-matemáticas: Las que estudian la naturaleza desde el punto de vista de los movimientos.
Ciencias morales: Las relativas a la filosofía.
Ciencias naturales: Las que tienen por objeto el conocimiento de las leyes y propiedades de los cuerpos.
Ciencias ocultas: Cada una de las que prosperaron en la Edad Media -alquimia, astrología, cábala, cartomancia, magia, etc.- con un lenguaje simbólico incomprensible para los no iniciados.
Ciencias políticas: Las que estudian los principios fundamentales referentes a las relaciones entre gobernantes y gobernados, consideradas a partir del hombre, unidad esencial.
Espiritualidad: Naturaleza y condición espiritual.
Calidad de las cosas espiritualizadas. Obra o cosa espiritual.
Conjunto de ideas referentes a la vida espiritual.
Espíritu: Ser inmaterial dotado de razón. Alma racional.
Espiritualizar: Hacer espiritual a una persona por medio de la gracia y espíritu de piedad.
Figurarse o considerar como espiritual lo que de suyo es corpóreo, para reconocerlo y entenderlo.
Biosfera: Conjunto de los medios en donde se desarrollan los seres vivos.
El conjunto que forman los seres vivos con el medio en que se desarrollan.